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Red Internacional

“No hace falta legalizar las drogas. Debe derogarse la prohibición”, sostuvo en una entrevista reciente. Filósofo, profesor universitario y ensayista, se hizo conocido por sus investigaciones y divulgación sobre drogas, desde una perspectiva antiprohibicionista. Murió este domingo en Ibiza, donde en los años 70 impulsó la revolución sexual.

Martes 23 de noviembre de 2021 | 12:39

Antonio Escohotado, fue profesor de filosofía y metodología y prolífico ensayista. Autor de libros como De Physis a polis, Majestades, crímenes y víctimas, Realidad y sustancia, Rameras y esposas, El espíritu de la comedia. Sin embargo, aunque él comenzó a renegar en los últimos años de esto, se hizo popularmente conocido por su impresionante obra sobre las drogas.

Historia general de las drogas, es la investigación más amplia sobre el tema que se haya publicado hasta el momento. En él propone un recorrido histórico sobre el uso y legislación de los diversos tipos de droga. Aborda aspectos históricos, culturales, mitológicos, antropológicos, sociológicos, políticos, químicos y médicos. Desde los ritos religiosos para acceder a la verdad revelada en determinadas sociedades hasta la invasión del crack y las drogas de diseño, desde las guerras del opio hasta el estallido de la psicodelia. También recorrió el uso terapéutico que en determinadas épocas le asignaron al cannabis, como al LSD. El uso que poetas y escritores encontraron en las sustancias, tiene un capítulo destacado en su monumental investigación. Asimismo mostró la transición de la farmacología hasta la industria farmacéutica. Pero sobre todo, trazó los problemas que conlleva la prohibición.

Mostró los motivos e intereses de los Estados Unidos, cuando a comienzos del siglo XX, en plena expansión de la producción fordista, impulsó la prohibición de las sustancias psicoactivas. Recién a fines de la Primera Guerra Mundial, al firmar en 1919 el Tratado de Versalles -tratado de paz que puso fin al estado de guerra entre Alemania y los Países Aliados- logra introducir la prohibición del cultivo y la regulación del consumo de cocaína. Sin embargo será en la década de los 70 cuando aplicará a escala mundial la política sangrienta que se cobra la vida de cientos de miles de personas: la guerra contra las drogas.

Drogas: historia de su uso y prohibición

En el prólogo, Escohotado afirma “la particular historia de las drogas ilumina la historia general de la humanidad con una luz propia, como cuando abrimos una ventana hasta entonces cerrada al horizonte y las mismas cosas aparecen bajo una perspectiva nueva”.

El libro incluye más de 300 imágenes en sus 1.542 páginas y fue publicado por primera vez en 1989. Fue traducido al inglés, francés, italiano, portugués, búlgaro y checo.

En 2019, Escohotado pública Mi Ibiza privada, allí retrata sus aventuras en la isla así como sus desventuras, como cuando acabó en la cárcel de Cuenca donde escribió Historia general de las drogas.

El filósofo y escritor español en los años setenta se fue a vivir a Ibiza. Allí fundó la discoteca Amnesia, donde pretendió llevar adelante la revolución sexual. Se convirtió en un personaje polémico por su defensa del uso de las drogas. Distribuía LSD porque sostenía que sería bueno para el mundo. “Es una cosa a largo plazo y, sobre todo, no lo puede entender el que no haya tenido experiencia de primera mano. Es imposible. Es como si le dices a un ciego que cómo es el Museo del Prado”.

En los últimos años de su vida reiteradas veces expresó que estaba harto de ser “el de las drogas”. Sostuvo: “es que me da vergüenza que me confundan con el propagandista de esto y de lo otro… Pero, por otro lado, me da tanta vergüenza y me indigna tanto ver a la gente, sobre todo en los hospitales, morir entre dolores atroces cuando podrían morir tranquilamente en su casa simplemente teniendo los opiáceos adecuados y, probablemente, vivir muchos más años. Yo estoy haciendo un experimento conmigo mismo y, en verdad, no he parado de hacerlo. Estoy haciendo de cobaya de la humanidad”. Se refería al a su tratamiento contra el cáncer.

Antes de esto, a lo largo de toda su vida, repitió: “Apología significa que uno toma algo como incondicionalmente bueno. Las drogas no son ni incondicionalmente buenas ni incondicionalmente malas”. Afirmaba que lo que él defendía era la libertad de tomarlas o no tomarlas. Por este tema se enfrentó al Gobierno de Carlos Menem que llegó a pedir su extradición a Argentina por realizar apología de las drogas cuando estuvo en el país.

Abrazó las ideas del Partido Comunista, hasta que conoció los crímenes del estalinismo. Murió siendo un liberal de derecha.


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