Retomo el arte y la difícil tarea de escribir en este blog. En parte, como terapia necesaria para ordenar todo aquello que leo y que intento digerir y, por otro lado, como medio de expresión e intercambio de conocimiento. Aunque siga siendo un medio válido, es cierto que el blog no está dentro de las tendencias como uno de los medios donde publicar contenidos, pero haciendo un ejercicio de romanticismo seguiré (o al menos voy a intentarlo) publicando en este blog contenidos. Eso sí, como todo hábito nuevo debe empezar por un pequeño esfuerzo con el mayor impacto posible, haré post algo más reflexivos, documentando, uniendo puntos y quizá menos técnicos que los anteriores (si es que lo fueron algún día…).

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Para empezar, quería hablaros de la gestión del futuro y de la planificación. Mucha literatura se ha escrito ya al respecto sobre la implicación de estar inmerso en el llamado «mundo VUCA«, de la gestión de la incertidumbre, la necesidad de ser resiliente y anti-frágil, pensamiento sistémico, etc. Lo cierto es que cualquier empresa de hoy día ha de mirar al futuro, intentar visualizarlo, posicionarse allí, al mismo tiempo que explota el presente. Es super complicado llevarlo a la práctica, pero es el entrenamiento más fiable para poder navegar en mercados donde existe tanta interconexión, volatilidad e incertidumbre.

Hace pocos días estuve escuchando una entrevista a Jose Antonio Llorente cofundador y actual presidente de LLYC (una consultora de comunicación con oficinas en 16 países), debutó el pasado 22 de julio en el BME Growth, cerrando la jornada con una revalorización del 32,06%. Y precisamente lo que me llamó la atención de la entrevista fue que la captación de capital iba destinada, en parte, a invertir en creatividad y en tecnologías exponenciales. Y, sobre todo, a adoptar una cultura de experimentación, de exploración de nuevos escenarios y soluciones disruptivas.

Traigo este ejemplo como constatación de que, cada vez más, la gestión hoy en día de una empresa ha de pasar inexorablemente por abrazar la experimentación, un proceso que debería comenzar con la exploración de señales, de tendencias, el pretotipado de soluciones y el diseño de experimentos con los que obtener insights.

En este sentido, quería comentaros el marco de trabajo que uso. Antes de nada, y como punto de partida quería recomendaros seguir (si no lo hacéis ya) a dos profesionales que os inspirarán hasta el infinito: David Alayón, en el tema de diseño de futuros, y Javier G. Recuenco, en CPS (complex problem solving). Os comparto una variante del marco de trabajo moonshot thinking de solveforx.com de Google que me descubrió en su día David, al que le he añadido variantes en los tres ejes, a raíz de una charla BBVA Open Talks donde escuché decir a Javier que, en lugar de trabajar con tecnologías radicales, usaban tecnologías maduras para transformar las propuestas de valor de las empresas para las que trabajaban.

La adaptación de este framework para el diseño de futuros es la forma que, por ahora, tengo de explicar mi particular enfoque sobre cómo innovar en modelos de negocio.

Y para concretar y dar un paso más, a partir de los tres horizontes de McKinsey incluidos en el libro de David White, Mehrdad Baghai, Steve Coley, Alchemy Growth Practical Insights Enterprise, intento darle sentido a una hoja de ruta que me sirve para encajar piezas y conectar puntos. Sobre todo, me sirve para visualizar la forma de abordar un proceso de transformación del portfolio de una empresa, de innovación en el modelo de su negocio.

Para empezar, cambio la representación visual. A mí, particularmente, me encaja más un círculo virtuoso donde se comienza por entender el modelo de negocio actual, el que sostiene (o no) actualmente la empresa para, a partir de ahí, trabajar en la captación de señales, el análisis de tendencias y el diseño de posibles escenarios. Es el punto de partida para poder dedicar recursos a explorar posibles soluciones en el escenario que se haya decidido jugar. Conceptos como el prototipado, el aprendizaje validado y el diseño de experimentos sirven para poder analizar si existen problemas reales a resolver y soluciones radicales y factibles. El tercer paso es poder decidir trabajar (incubar) alguno o algunos de esos fit problema-solución con el objetivo de acelerar el proceso de encaje en el mercado y su posterior crecimiento y escalado. Esto supondrá que dichas soluciones serán incluidas en el portfolio, en el «explotar» de la empresa. Es un círculo virtuoso complejo. Primero, porque la gerencia de la empresa, el consejo de administración, debe permitir trabajar bajo un horizonte temporal a medio plazo. Ojo que este «medio plazo» pueden ser 3 o 6 meses, dependiendo del contexto y su velocidad. Además, debe permitir no obtener resultados positivos de inmediato. Pero, en segundo lugar, es preciso contar con talento, con personas, dispuestas a adoptar esta forma de abordar la incertidumbre, de innovar.

En todo caso, cada etapa tiene su profundidad y podrás trabajar la misma con las herramientas y métodos que mejor se adapten o con los que te sientas más cómodo por tu experiencia.

Para terminar, os dejo algunos recursos sobre el arte de diseñar experimentos:

Eso es todo! Espero que los contenidos te puedan ser de utilidad y, sobre todo, te ayuden a inspirarte en cualquier proceso de innovación de productos, servicios o modelos de negocio.