Redacción-

El 23 de noviembre se aprobaba, en Nueva Zelanda, el proyecto de ley que permite realizar el servicio de análisis de drogas en entornos de ocio. Ley que entrará en vigor el 6 de diciembre, pero realmente supone pasar a permanente el proyecto piloto que ya se estaba llevando a cabo en el país.

Los resultados del proyecto piloto han sido tan positivos que el Ministerio de Salud ya recomendó en abril este paso a una ley permanente. Durante el proyecto piloto el 68 % de los participantes cambiaron su comportamiento como resultado de acceder al servicio, y el 87 % dijo que entendía mejor los daños del uso de drogas después de hablar con las personas responsables de los servicios de análisis.

Antes de proceder al proyecto piloto que posteriormente han transformado en una ley permanente, el análisis de drogas ya era una realidad en el país, sin embargo, las trabajadoras a cargo de los servicios no tenían una protección legal ante su trabajo.  Por ello esta ley consiste, entre otras cosas, en otorgar amplias protecciones legales para las personas que ofrecen el servicio y para las personas que acceden a él.

Entre otras medidas, la ley recoge que las trabajadoras de estos servicios tienen prohibido recopilar información personal sobre las personas que acceden a los servicios. Además, nadie involucrado en el proceso de análisis puede ser acusado penalmente de posesión, ni los resultados pueden utilizarse en ningún proceso penal posterior.

En muchos países, incluido Estados Unidos, el análisis de drogas se encuentra en una zona legal gris. Esto significa que los voluntarios que hacen el trabajo corren el riesgo de ser procesados ​​penalmente. Otros países, como los Países Bajos, tienen servicios que están autorizados por el gobierno.

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