Bartolo Marí ‘Sendic’ y su hija Miley posan con Sammy, el caballo de la familia que han conseguido recuperar en Mallorca después de muchos días buscándolo.

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El pasado 30 de diciembre Bartolo Marí Sendic incorporaba a Sammy a su familia, uno de esos regalos que su hija Miley jamás olvidará. Sammy es un precioso caballo oldenburguer de 14 años de edad. No destaca por su valor comercial ni por su valor competitivo. Fríamente, sería un caballo del montón.

Sí que es una preciosidad. Tiene una larga crin. Es negro, todo negro excepto en dos detalles que le dan personalidad propia. Luce dos manchas blancas. Una cubre desde la parte baja de la caña hasta el casco de su cuarto trasero izquierdo y parece un calcetín. La otra mancha la tiene en la frente y recuerda una estrella.

Durante los cuatro días en los que la familia acondicionaba el nuevo espacio que ocuparía, Sammy estuvo en unas cuadras cercanas, en Porroig.

Allí, la hermana de Bartolo solía echar una mano y su hija solía practicar hípica. Sammy también tenía el corazón robado a la propiedad de esas cuadras. Tanto que hubo varias ofertas por su parte respecto al futuro de Sammy que su nueva familia prefirió rechazar para llevarlo a casa y ofrecerle un dulce retiro en la finca de su familia en es Cubells.

Llegó el día 7 de enero a su cuadra recién acondicionada. Dos balas de paja le dieron la bienvenida a su nueva casa. El caballo también parecía celebrar el acontecimiento: «Se revolcaba por el suelo de alegría», asegura a Periódico de Ibiza y Formentera el dueño.

Todo eran alegrías hasta que llegó el 17 de enero. Se acercaba el temporal Gloria y esa noche empezaba a dar señales con sus vientos, que camuflarían cualquier ruido extraño durante la noche.

La mañana siguiente amaneció con el nuevo espacio del caballo vacío. Sammy no estaba. La puerta que cierra su cuadra estaba abierta.

¿El viento? Extraño, pero qué si no. Le buscaron más de 10 días por los alrededores. A caballo, a pie, en bici, en coche, llamamientos a través de redes sociales, incluso una vidente especializada en comunicación animal ofreció su ayuda, pero Sammy no aparecía.

Durante esos días de búsqueda hubo varios detalles que llamaron la atención de Bartolo. Las cuadras donde pasó esos cuatro días el caballo repentinamente dejaron de necesitar la ayuda de su hermana y dejaron de tener hueco para que su hija pudiera montar en sus instalaciones.

Pero lo que puso en alerta a Bartolo vino de donde menos esperaba. La vidente aseguró que el caballo había estado en un sitio pequeño y cerrado. Su desesperación le llevó a tragarse su escepticismo. El almacén de la misma propiedad que las cuadras, que esos días permanecía cerrado a cal y canto, y por el que habían pasado «mil veces» mientras le buscaban.

Desde una ventana abierta pudieron ver evidencias de la presencia de un caballo. Había un pastor eléctrico (esas cintas que mantienen al animal acotado a base de pequeñas descargas al tocarlo), bolsas de pienso para caballos para una semana, sacos de excremento… Todo cuadraba con el tiempo que llevaba desaparecido, pero ni rastro de Sammy.

La propiedad de las cuadras ha abierto en Llucmajor (Mallorca) unas nuevas instalaciones. Las sospechas de Bartolo le llevaron a avisar a la Guardia Civil ante la constancia del traslado de un buen número de animales fuera de la isla. El registro, justo antes de embarcar a Mallorca, no dio frutos. Sammy no estaba entre esos caballos.

Pero la isla es pequeña y no tardó en llegarle el rumor de otro transporte, en este caso anterior al registrado por la Benemérita. Esto movió a Bartolo a viajar a Mallorca para echar un vistazo a esas nuevas cuadras en Llucmajor.

Viaje a Mallorca

El 31 de enero, una vez allí, pudo divisar a lo lejos su inconfundible figura, algo más delgada, eso sí. La ayuda de una cámara con un buen zoom confirmó sus sospechas, aunque había algo distinto en su aspecto más allá de esos huesos que asomaban.

Eso no fue ningún impedimento para avisar a la Guardia Civil de Llucmajor en ese mismo momento. Tras una minuciosa descripción de Sammy, Bartolo acompañó a los agentes en su inspección.

La propiedad de las cuadras de Porroig y Llucmajor no pudo rebatir los argumentos de Bartolo ante la Guardia Civil. Al parecer llegó a decir que era un regalo, nada que pudiera demostrar, por lo que Sammy ya está con Miley en casa. La denuncia, en los juzgados.

Por su parte, ante las preguntas de este periódico, la propiedad de las cuadras de Porroig asegura que el caballo «se escapó de su casa» ya que «los caballos son animales de manada y si un caballo está solo en un sitio va a buscar otros caballos. Como yo tengo caballos él vino a verlos». No ha querido explicar cuánto tiempo duró esa «visita», ni como llegó a Llucmajor, ni mucho menos cómo, dónde ni cuándo Sammy perdió su calcetín y su estrella.