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Luis García Fernández

20 Dic 2022
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Firmas

Tardar en + infinitivo

Los profesores de ELE saben bien que tarde y tardar son términos que plantean cierta perplejidad a los estudiantes. Les sorprende que tarde signifique ‘fuera del tiempo oportuno’ y ‘una parte del día’, pero estos significados son tan distintos que el estudiante no suele confundirlos.

El caso de tardar es más sutil porque sus significados están lo suficientemente cerca para producir una situación paradójica: que se pueda usar el verbo tardar en situaciones en las que no hay tardanza alguna e, incluso, en las que se ha actuado con prontitud. En efecto, cuando un hablante de español dice La ambulancia tardó en llegar está afirmando que se ha producido un hecho negativo y eso depende directamente del significado del verbo tardar. En el diccionario en línea de la Real Academia Española, esta es la segunda acepción: ‘emplear demasiado tiempo en hacer algo’(curiosamente, no la primera, que es la única en la entrada correspondiente del Diccionario de Autoridades, 1739). Pero si ese mismo hablante de español dice La ambulancia tardó un minuto en llegar está afirmando que se ha producido un hecho positivo y, en este caso, la valoración positiva no está codificada lingüísticamente, sino que es una inferencia que se obtiene por nuestro conocimiento del mundo: un minuto de tiempo para la llegada de una ambulancia es poco. Esto produce una situación paradójica que da título a esta reflexión: Si la ambulancia tardó un minuto en llegar, la ambulancia no tardó.

¿Cómo es posible que pase esto? Pues porque el significado de tardar en el segundo ejemplo es distinto y se corresponde con la primera acepción del diccionario de la Real Academia Española: ‘Emplear tiempo en hacer algo’. En esta acepción, tardar significa «menos» que en la otra; diríamos que ha sufrido un proceso de gramaticalización.

Este proceso se define como el desarrollo desde formas léxicas a formas gramaticales, y de formas gramaticales a formas aún más gramaticales. El proceso de gramaticalización es lo que ha producido que el verbo latino habeo, que significaba ‘tengo’, se haya convertido en el auxiliar de las formas compuestas del verbo o que el demostrativo latino ille, ‘aquel’, haya dado lugar al artículo español el.

Se entiende que, para el aprendiz de ELE, puede resultar confuso que se pueda tardar un minuto y no tardar a la vez. En las lenguas de nuestro entorno, el significado de Tardó un minuto en llegar se expresa con un verbo de significado menos específico; así, en inglés se diría Anne took a minute to arrive y en francés: Anne a mis une minute à arriver. El verbo to take se traduce por ‘tomar’ y mettre por ‘poner’ o ‘meter’.

Por ahora, lo que vemos es que si tardar no lleva complemento temporal de duración (un minuto), conserva su significado original de demora. En cambio, si lleva un complemento de duración, la demora se calcula con la información que tenemos sobre cómo funciona el mundo real, a no ser que el complemento en sí mismo exprese que el segmento de tiempo fue excesivo; es lo que sucede en La ambulancia tardó {mucho / demasiado} en llegar, donde sí se expresa tardanza, pero no con el verbo tardar, sino con los adverbios mucho y demasiado.

Todo esto puede parecer complejo y los hablantes nativos suelen tener dificultad para hacer este conocimiento explícito, pero no, por supuesto, para entender las secuencias en cuestión. Ya sabemos que la gramática de la lengua madre es así. Pero, desafortunadamente, para el estudiante de ELE y para su profesor, esto no es todo. Todos los ejemplos que hemos empleado contenían el verbo llegar y no ha sido elegido al azar. Consideremos ahora una secuencia con un verbo que denote un evento durativo: Juan recibió una carta a las tres y tardó quince minutos en leerla. Este ejemplo es más complejo porque la secuencia es ambigua: obsérvese que es posible medir el tiempo que pasa entre la recepción de la carta y el comienzo de la lectura o entre el comienzo y el final de la lectura.

Este mismo efecto tiene lugar con la interpretación de demora. En efecto, en Juan recibió una carta y tardó en leerla tenemos dos interpretaciones: en la primera se mide el tiempo que emplea en empezar a leer la carta desde un momento previo que sirve de referencia y, en la segunda, el tiempo que pasa desde que empieza a leerla hasta que acaba de hacerlo.

Esta doble interpretación que se produce con leer la carta, frente a lo que ocurre con llegar, por ejemplo, se debe a que el primer predicado es una realización en los términos de la teoría del Modo de acción de Zeno Vendler; las realizaciones son predicados durativos que conducen a la obtención de un fin, de manera que se puede medir el período que hay antes de que empiecen o el período entre el inicio y el final del evento: llegar, en cambio, es un logro, un predicado puntual, con el que no se obtiene la segunda interpretación porque no tiene una duración interna que pueda ser medida.

 

A estas alturas, se preguntará el lector, probablemente, qué es la construcción <tardar en + infinitivo>. En la Nueva gramática de la lengua española, RAE-ASALE la clasifica como perífrasis verbal en los parágrafos 28.11m-o y allí pueden verse los argumentos para ello. Las perífrasis verbales son, si se me permite la expresión, animales mitológicos gramaticales compuestos de dos o más elementos (como la esfinge) de los que nos ocuparemos en otra ocasión…

 

Este artículo de Luis García Fernández es uno de los contenidos del número 15 de la publicación trimestral impresa Archiletras / Revista de Lengua y Letras.
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