Por redacción de Sin Comillas

El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2022 de Transparencia Internacional pone de manifiesto que la mayor parte del mundo sigue sin combatir de lleno la corrupción: el 95 % de los países sólo han conseguido avances mínimos o nulos desde 2017.

El Índice de Paz Global (IPG) muestra que el mundo es un lugar menos pacífico. Existe un nexo evidente entre esta violencia y la corrupción: los países que tienen las puntuaciones más bajas en en el IPG también tienen puntuaciones muy bajas en el IPC. Los gobiernos asediados por la corrupción carecen de capacidad para proteger a las personas y, a su vez, en esos contextos el descontento público tiene más probabilidades de transformarse en violencia. Este círculo vicioso impacta a países de todas las regiones, desde Sudán del Sur (13) hasta Brasil (38).

“La corrupción ha hecho que nuestro mundo sea un lugar más peligroso. Los gobiernos no han logrado, de manera colectiva, contrarrestar este fenómeno y, con esto, agudizan el aumento de la violencia y el conflicto que se observa en la actualidad, lo cual plantea peligros para las personas de todas partes del mundo. La única salida ante esta situación es que los Estados enfrenten la ardua tarea de erradicar la corrupción en todos los niveles para asegurar que los gobiernos trabajen para todas las personas y no solo para una élite reducida”, señaló Delia Ferreira Rubio, presidenta de Transparency International.

El IPC clasifica 180 países y territorios según las percepciones que estos tienen sobre el nivel de corrupción en el sector público, empleando una escala de cero (muy corrupto) a 100 (muy baja corrupción).

En 43 de ellos, el promedio global del IPC sigue sin mostrar variaciones, por undécimo año consecutivo, y más de las dos terceras partes de los países tienen un problema grave de corrupción y una puntuación inferior a 50.

Dinamarca (90) ocupa el primer lugar en el índice de este año, y Finlandia y Nueva Zelanda se ubican muy cerca, ambos países con una puntuación de 87. La solidez de las instituciones democráticas y el respeto de los derechos humanos también hacen que estos países estén entre los más pacíficos del mundo, según el Índice de Paz Global. En la región de las Américas, Canadá (74), Uruguay (74) y Estados Unidos (69) se ubican a la cabeza.

Venezuela (14), Sudán del Sur (13), Siria (13) y Somalia (12) están en los últimos lugares del IPC.

Este año, 26 países –entre los cuales se encuentran el Reino Unido (73), Qatar (58) y Guatemala (24) – han alcanzado niveles mínimos históricos. Desde el año 2017, diez países han registrado un descenso significativo en las puntuaciones del IPC.

Los países que más descendieron son: Luxemburgo (77), Canadá (74), Reino Unido (73), Austria (71), Malasia (47), Mongolia (33), Pakistán (27), Honduras (23), Nicaragua (19) y Haití (17).

Durante ese mismo período, ocho países mostraron mejoras en el IPC: Irlanda (77), Corea del Sur (63), Armenia (46), Vietnam (42), Maldivas (40), Moldavia (39), Angola (33) y Uzbekistán (31).

Transparencia Internacional insta a los gobiernos a priorizar los compromisos contra la corrupción, reforzando los mecanismos de pesos y contrapesos, reivindicando los derechos a la información y limitando la influencia privada para, finalmente, liberar al mundo de la corrupción y de la violencia que esta trae aparejada.

“El dato positivo es que los líderes pueden combatir la corrupción y promover la paz al mismo tiempo. Los gobiernos deben abrir los espacios para hacer partícipe al público en la toma de decisiones, desde activistas y empresarios hasta comunidades marginadas y grupos de jóvenes. En las sociedades democráticas, las personas pueden alzar sus voces para contribuir a erradicar la corrupción y exigir un mundo más seguro para todos nosotros”, comentó Daniel Eriksson, director ejecutivo de Transparencia Internacional.