Aunque abatidos por la tristeza, compartida también por el resto del mundo, los argentinos han tenido hoy la oportunidad de reparar en los sonidos de la naturaleza, de apreciar el canto de los pájaros o el rumor del aire. El fallecimiento a los 60 años del exfutbolista Diego Armando Maradona ha provocado que Argentina, por primera vez en la historia, guardara un minuto de silencio. El que Maradona sin duda merecía.
«Están callados. No nos llegan señales. Completamente en silencio. Es inaudito», confirmaban científicos norteamericanos que, por primera vez, dejaron de escuchar el incesante parloteo que, desde Argentina, se expande a cada minuto por el resto del globo. «Nunca nadie los puso de acuerdo para que se callaran un minuto entero», añaden los expertos.
Rojos, con lágrimas y temblando por la pérdida pero también por el tremendo esfuerzo que están haciendo, los argentinos miran el reloj en estos momentos con los labios sellados por primera vez mientras el resto de la humanidad los observa también con el corazón en un puño.
«Ha sido la última proeza de Maradona. Ha logrado lo imposible», insisten los especialistas, que precisan, eso sí, que los argentinos sí callaron admirados unos segundos en el Mundial del 86 en ocasión del Gol del Siglo, mérito también del exfutbolista.
Se cree que, cuando acabe ese minuto de silencio, los argentinos concluirán que los mejores silencios son los silencios de los argentinos.
