Tras más de dos semanas oyéndole decir «ya vaaaa», los familiares de Matilde Mondón, una adolescente de 17 años, se han visto obligados a llamar a los servicios sociales para que obliguen a su hija a vestirse de una vez o a «hacer simplemente algo» porque lleva 16 días mirando el móvil en albornoz después de darse una ducha. «Salió de la ducha y se quedó así… ya ya no sabemos qué hacer, si pedir la eutanasia o qué», comentan los padres.
Los asistentes que han atendido a Mondón desconocen si la causa de su estado semivegetativo ha sido «algo que haya podido ocurrir en la ducha», lo que sea que la chica está mirando en el móvil o (lo más probable) la fuerza excesiva que pueda estar ejerciendo la toalla enrollada sobre su cráneo. «Claramente, por la cantidad de tiempo que ha pasado tras salir del baño, su piel ya está seca, por lo que no tiene sentido que siga en albornoz… No sabemos qué está ocurriendo», afirma uno de los asistentes sociales que ha intentado razonar con Mondón.
La chica se ha limitado a decir que «ya va» y que está simplemente relajándose tras salir de la ducha «un ratito», pese a que ya han pasado 384 horas desde que se duchó.
Al cierre de la edición, los servicios sociales han informado a la prensa de que han logrado que Mondón haga progresos y que se ponga un calcetín, aunque por ahora sigue sobre la cama, tumbada y con el pelo inexplicablemente mojado.
