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Las razones por las que esta ciudadana de Estados Unidos, nacida en México, planea votar por Donald Trump

Martha Doss es vista por Republicanos en Texas como parte de la regeneración de su partida

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El día en que Martha Doss se convirtió en ciudadana de Estados Unidos en 2017, no podía dejar de pensar en su madre.

"Quería desesperadamente ser americana", dijo al recordar a la mujer que la trajo a ella y a su hermana gemela de México a Estados Unidos cuando eran niñas a mediados de los 1980s.

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Convertirse en ciudadana significaba que el sueño de su madre de darles una mejor vida a sus hijas en cierta forma se había cumplido.

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También implicaba que, en 2020, Martha podría votar en la que seguramente será una de las elecciones presidenciales más contenciosas y reñidas.

Y en ese día de 2017 en que Martha prometió "apoyar y defender la constitución y las leyes de Estados Unidos de América contra todo enemigo, extranjero o interno", supo exactamente por quién votaría: Donald Trump.

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Mientras muchos latinos de todo el país abandonan el Partido Republicano, Martha refleja la complejidad del electorado texano ante la proximidad de las elecciones de 2020.

Los observadores están muy atentos, preguntándose si este es el momento en que los demócratas podrán ganar en un estado que ha sido leal a los republicanos por décadas.

Los demócratas han logrado considerables avances entre la tradicionalmente conservadora población latina del estado, que está creciendo, rejuveneciendo y tornándose más progresista.

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Pero todavía hay hombres y mujeres como Martha que se aferran al Partido Republicano.

Martha sabe que a no pocos sorprende que una latina y nueva estadounidense apoye con tanto entusiasmo a un político que muchos consideran sataniza a los inmigrantes.

Pero sus profundas creencias religiosas la llevaron al Partido Republicano.

Dice que lo que más le ofende es cómo los demócratas dan por hecho el voto de los afroamericanos y latinos.

“Con ellos siempre se trata de política de identidad”, dice.

"Si una persona es hispana, o afroamericana o LGBTQ, entonces automáticamente tiene que ser demócrata. Conmigo no es así. Si miro ambas plataformas, como mujer de fe, mis valores cristianos se alínean más con ser conservadora".

Datos del censo y encuestas sugieren que Martha es la excepción, no la regla.

Aunque los latinos de Texas tienden a ser más conservadores que los de California o Arizona, las encuestas indican que el 77% dice que Trump y sus políticas revertirán el progreso que han logrado los latinos y el 97% que Trump ha hecho o dicho algo que los ha hecho enojar.

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Así, Martha, de 37 años, madre de cuatro hijos a la que le gusta ostentar el estilo Trump y adorna cualquier prenda suya con la bandera de Estados Unidos, demuestra que el bloque electoral latino no es uniforme.

Ella representa a un segmento demográfico del que rara vez se oye hablar: los conservadores de color.

‘A veces pienso que estoy loca’

Desde que Trump fue electo en 2016, Martha ha recorrido el estado para asistir a sus actos políticos y convivir con los simpatizantes del presidente.

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Prolífica usuaria de Facebook, Martha y lo que publica en los medios sociales ha llamado la atención de republicanos locales, estatales y nacionales.

Entre sus fans está el comisionado de Agricultura de Texas Sid Miller, quien compartió una foto de Martha de la visita de Trump a Dallas en octubre en la que sostiene un letrero que dice: "Me hice ciudadana en 2017. Voy a votar por Trump en 2020!".

"Gracias Martha Doss por hacerlo como se debe!", dice él en el pie de foto.

La Asamblea Republicana Hispana Nacional le pidió a la naciente estrella de los medios sociales entre los círculos conservadores asistir a una concentración a mediados de noviembre en Bossier City, La., donde Trump reuniría apoyo para el candidato republicano a gobernador, para generar material que el grupo pudiera usar en Facebook y Twitter.

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A las 4:40 a.m. el día del evento, Martha se apresuraba por salir de la casa de su suegra en Georgetown con su esposo, Wesley, para poder llegar a Louisiana.

Harrison, su hijo de 2 años, estaba llorando. No quería dejarlo, pero Martha y Wesley ya iban atrasados a la presentación de Trump.

En ocasiones anteriores, Wesley, un robusto agente del sheriff de pelo entrecano, hacía fila desde la noche anterior, y Martha llegaba antes del amanecer para alcanzar los mejores asientos.

"Me sentí horrible", dijo Martha. "A veces pienso que estoy loca... totalmente loca por dejar todo lo que estoy haciendo por ir a ver al presidente".

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En el acto de Bossier City, Martha, de 4 pies 10 de estatura, iba de un grupo a otro, se presentaba, recorría de arriba abajo las gradas y chocaba las manos con extraños, elogiando a Trump, criticando a los demócratas y tomándose selfies y videos.

"¿Por qué no bailan?", preguntó a un grupo de mujeres que estaban sentadas en las gradas.

Se probó las gafas de una mujer con la bandera de Estados Unidos y contó su historia de inmigración a unos hombres que estaban sentados junto a ellas. Más selfies.

"Si pudiera hablar con cada una de estas personas, abrazarlas y decirles que los amo por apoyar a nuestro presidente, lo haría", dijo.

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Y la gente queda encantada con ella.

En la tarde-noche, una estación de radio local le pidió una entrevista.

Teri Netterville, una personalidad conservadora de radio de Shreveport, la escuchaba desde el otro extremo de la mesa. Martha la hechizó.

Soltó algunas lágrimas cuando le contó la historia de su madre: “Tenía tres trabajos. Ella nunca dependió de la atención médica del gobierno. Mi madre vino aquí y quería hacerse americana”.

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Después de la entrevista, Teri corrió hacia Martha.

"Tu historia nos tocó a todos. Necesitamos tu voz", le dijo Teri.

En las concentraciones políticas, Martha busca a personas como ella.

Es importante para ellos saber que no están solos, dice; una tarea más difícil en Louisiana.

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A diferencia de los eventos en Texas, en el de Louisiana la gran mayoría eran blancos.

Logró dar con un chico de 16 años cuyos padres habían emigrado de México. Intercambiaron algunas palabras en español, y más tarde Martha hizo a Wesley darle al muchacho su sombrero de Trump.

También se acercó a Mac Brown, un joven afroamericano de 23 años de Shreveport. Se compadecieron por ser relegados por sus familias.

“Antes me ofendía, pero ya no”, le dijo a Mac. “Ahora me doy cuenta de que simplemente no están informados... Mucha gente de mi cultura es demócrata por defecto”.

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Martha ha perdido a varias personas cercanas por su apoyo a Trump. Un familiar la atacó en medios sociales. Amigos de toda la vida le dejaron de hablar.

Ser un simpatizante latino de Trump puede ser una experiencia solitaria, aun en Texas, donde los latinos tienen historia de apoyar a los republicanos.

En 1998 el gobernador de Texas George W. Bush dijo que había obtenido el 40% de voto latino.

Aunque los politólogos en ese tiempo estimaron que la cifra era menor, el apoyo de los latinos a Bush de todas formas era mucho más grande que para otros políticos republicanos.

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Sin embargo, en estos tiempos ningún republicano puede contar con un apoyo tan elevado de los electores latinos, dice Albert Morales, director político de Latino Decisions, una organización nacional que se dedica a estudiar las tendencias de voto y opiniones de los latinos.

"Los días en que los republicanos obtenían el 40% del voto latino ya se acabaron", dijo. "Los latinos han relacionado la marca republicana con el racismo. Eso es irrefutable".

Según Latino Decisions, Texas registró la más alta afluencia de electores latinos de todos los tiempos en las elecciones de 2018, y apoyaron en su gran mayoría a los demócratas, especialmente en las más importantes carreras para la Cámara de Representantes federal.

Los latinos pueden ejercer una influencia aun más grande en las elecciones de 2020, dijo Morales.

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En Texas hay unos 3.7 millones de latinos en edad de votar que nunca han participado en una elección, y casi 400,000 más que podrán votar este año.

"Ahí tiene 4 millones de latinos latentes que pueden ser registrados o movilizados", dijo Morales. "Y nueve veces de cada 10 van a votar demócrata".

La pregunta es si los demócratas serán capaces de aprovechar ese potencial, especialmente tomando en cuenta que los jóvenes tienden a votar menos.

El presidente del Partido Republicano del condado de Dallas Rodney Anderson dijo que es prematuro decir que los latinos de Texas abandonarán al partido en 2020.

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Agregó que el partido se ha esforzado no solo por reclutar electores latinos, sino también candidatos, como Luisa del Rosal, una inmigrante millennial de México que se postuló para el Congreso por el Norte de Dallas.

"La misma infraestructura del partido está llegando a las comunidades de color y electores que entienden que el Partido Demócrata se está yendo demasiado a la extrema izquierda", dijo Anderson.

"Y eso no es aceptable para comunidades que valoran los valores familiares tradicionales, como lo hace la mayoría de las familias de los electores latinos".

‘Dios lo está usando’

Martha se acercó a la política por su amiga Naomi Narvaiz, como ella, pequeña empresaria activa en la política republicana local.

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En 2016 Naomi llevó a Martha a ver a su cuñada Susan Narvaiz, la ex alcaldesa de San Marcos y candidata al Congreso, dar un discurso.

En ese discurso, cuenta Martha, oyó a Susan hablar de su oposición al aborto. Sintió que concordaba con ella, pues cree que Dios quiere que luche por los que aún no han nacido.

Era la primera vez que Martha había escuchado hablar del aborto en un contexto político.

Desde ese momento sintió que era republicana.

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El que Trump haya nombrado a tantos jueces conservadores en las cortes federales es el principal motivo de su apoyo al presidente.

El ascenso de Trump por el Partido Republicano fue reforzado con el apoyo de los evangélicos, que representan alrededor del 25% de los electores republicanos.

Martha, que asiste a dos iglesias pentecostales, pertenece a ese grupo.

Está totalmente consciente de las indiscreciones de Trump, incluido su historial de infidelidad, prácticas de negocios cuestionables y, por supuesto, la grabación en que se jacta del poder de su fama, de que puede manosear las partes íntimas de las mujeres sin que le pase nada.

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Desde el punto de vista de Martha, él es hombre y los hombres cometen errores.

"Yo he hecho cosas en mi pasado. Todos hemos hecho algo que lamentamos", dijo.

“Yo creo firmemente que Dios lo está usando. Hay cosas que se pueden pasar por alto porque nadie está a la altura de la gloria de Dios. Sí, (esas cosas) pasaron, pero no durante su presidencia. Si hubieran pasado durante su presidencia, tendríamos inconveniente con ello”.

Sí han pasado cosas durante su presidencia. El 13 de diciembre Trump se convirtió en el tercer presidente en ser sometido a juicio político por la Cámara de Representantes.

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En cuanto a eso, Martha reitera lo que ha dicho Trump, quien denunció el proceso como una "caza de brujas" por los demócratas y los medios.

La adoración de Marta por Trump no se extiende a todos los republicanos. Se postuló a un cargo en el Partido Republicano el condado de Hays, pues dice que necesita un nuevo liderazgo y más diversidad.

Y dice que está dispuesta a echar con su voto a cualquier republicano que no apoye la abolición del aborto.

De modo que para Martha todo se reduce al hecho de que Trump ha cumplido sus promesas.

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"Me encanta su promesa de que aseguraría nuestra frontera", dijo.

"Él prometió que quitaría fondos a Planned Parenthood; prometió que recuperaría nuestros empleos, construiría nuestra economía y ha cumplido todas y cada una de sus promesas".

‘Estoy viviendo el sueño americano’

Martha quiere aprovechar la oportunidad de darle una nueva cara al Partido Republicano y a la inmigración.

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Martha nació en Durango, México, en 1982. Cuando tenía unos 3 años, su madre, Socorro Jiménez, se fue a Texas para estar con sus padres, llevándose a Martha y a su hermana gemela.

Los padres de Socorro eran residentes permanentes, y pidieron a Socorro y a sus hijas para que estuvieran legalmente en Estados Unidos.

Socorro solicitó la residencia, pero como muchos inmigrantes que esperan legalizarse a través de un familiar, tuvo que tomar una fila muy larga.

Trabajaba limpiando casas y oficinas y ayudaba en otros negocios de la familia. Aprendió inglés e inculcó a sus hijas el respeto a la bandera estadounidense, dice Martha.

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Martha logró legalizarse antes que su madre. A los 18 años obtuvo un permiso de trabajo y más tarde la residencia a través de su primer matrimonio.

Seis años después, su madre luchaba contra el cáncer, y tenía curiosidad de conocer cómo iba su trámite de residencia.

Así que la familia investigó, y supieron que a Socorro todavía le faltaba uno o dos años para que le dieran la residencia.

Socorro perdió su batalla contra el cáncer, sin poder nunca legalizarse.

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El paquete de la oficina de inmigración que confirmaba la aprobación de su solicitud llegó a la casa de la abuela de Martha después de que murió, dice Martha.

“Mi mamá quería hacer todo como se debe”, dijo. “Nuestro sistema de inmigración está descompuesto”.

Hoy, la familia de Martha tiene una amplia gama de status migratorios.

Aunque suele ser abierta, cuando la discusión gira hacia la situación migratoria de su familia, Martha se vuelve más reservada, sensible a la privacidad de su familia.

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Martha dice comprender a sus contemporáneos, los dreamers, los inmigrantes indocumentados que fueron traídos a Estados Unidos cuando eran niños; pero al mismo tiempo considera que las medidas que tomó el presidente Barack Obama para proteger a esos jóvenes no correspondían a sus facultades presidenciales.

A pesar de las acciones emprendidas por la administración Trump para restringir el paso de inmigrantes por la frontera del suroeste y hacer más difícil obtener la ciudadanía, Martha cree que Trump quiere mejorar el sistema.

La culpa es del Congreso por dar largas al asunto, dice.

Y confía en que cuando Trump sea reelecto, cumplirá sus promesas.

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"En los próximos cuatro años, va a pasar algo grande con la inmigración".

Martha se comprometió a utilizar su creciente plataforma para pugnar por familias como la suya.

“Estoy viviendo el sueño americano”, dijo. “Todos los días espero que las cosas que estoy haciendo hagan a mi madre sentirse orgullosa”.