El movimiento internacional «Abrazos Gratis» («Free Hugs»), dedicado a ofrecer abrazos a desconocidos «en un mundo en el que reina la desconfianza», ha decidido apostar por un servicio de pago que permita sostener económicamente su iniciativa para combatir la soledad.
«Quienes se abonen a nuestro servicio ‘premium’ tendrán derecho a diez abrazos con final feliz cada mes, y con su cuota estarán contribuyendo a que todo el mundo pueda recibir abrazos gratuitos de nuestros voluntarios, que tienen sus gastos fijos que hay que sufragar», ha explicado esta mañana Luna «Flow» Violeta, portavoz en España de este movimiento ciudadano.
El nuevo servicio de pago se ha puesto en marcha en todo el mundo hoy mismo, y los primeros abonados ya han empezado a opinar a través de las redes sociales.
«Dicen que es una transacción afectiva de signo positivo, pero a mí me ha parecido una paja de toda la vida», comentaba uno de los clientes, que considera que «la chica que me ha tocado debería quitarse esas pulseras contra el cáncer porque se mueven y te rozan».
«Hay que ir puliendo cosas y educando a nuestros conciudadanos para que no griten obscenidades a los voluntarios. Se trata de que entiendan que ofrecemos afecto espontáneo desde una perspectiva emocional, no solo física», ha comentado uno de los voluntarios mientras entregaba su calor humano a un vigilante del metro de Barcelona.
Los ayuntamientos de las principales ciudades españolas estudian cómo afrontar este tipo de actividades en la vía pública. «Si no son pajas, si son intercambios afectivos, no tenemos nada que decir. Pero primero queremos comprobar que no son pajas», ha aclarado esta misma mañana el alcalde de Barcelona y abonado número 67, Xavier Trias.
