¿Qué tenemos en común tú y yo, querido lector? Entre otras muchas cosas, que ¡ambos necesitamos influir a los demás! Si eres profesor, necesitas influir a tus alumnos; si tienes pareja, necesitas influirla; si tienes hijos, necesitas influirlos; si eres sanitario, necesitas influir a tus pacientes; si eres un profesional, necesitas influir en tu empresa, o en tus clientes, o en tus proveedores; y así hasta el infinito. Da igual qué hagas o quién seas, ¡necesitas influir!

Es más, el mero hecho de compartir nuestros pensamientos y nuestras ideas dispara en nuestro cerebro una oleada de placer. Y por supuesto, no nos basta con compartirlos: necesitamos además provocar una reacción. Cada vez que compartimos nuestras ideas y opiniones perseguimos impactar, poco o mucho, pero suscitar un cambio.

Y aquí radica el problema: solemos afrontar esta tarea desde una perspectiva egocéntrica. Pensamos en primer lugar en nosotros mismos: en lo que nos persuade a nosotros, en nuestro estado mental, en nuestros deseos, en nuestros objetivos. Pero, no lo dudes, si pretendes cambiar al otro, necesitas considerar lo que pasa por su cabeza y comprender cómo funciona su cerebro.

La psicóloga Tali Sharot, consciente de este reto, ha publicado recientemente un libro para ayudarnos en esta ¿misión imposible?: The Influential Mind: What the Brain Reveals About Our Power to Change Others. Según la Dra. Sharot, nuestros intentos de cambiar las ideas de otra persona solo tendrán éxito si se alinean con los principios que gobiernan el funcionamiento de nuestro cerebro. La autora dedica un capítulo de su libro para explicar cada uno de los siete principios que ha identificado:

  • Creencias previas
  • Emoción
  • Incentivos
  • Agencia
  • Curiosidad
  • Estado mental
  • Otras personas

1. CREENCIAS PREVIAS: INFLUYE EN EL COMPORTAMIENTO ELABORANDO DESDE EL TERRITORIO COMÚN EN LUGAR DE TRATAR DE PROBAR QUE LOS DEMÁS ESTÁN EQUIVOCADOS

Según Tali Sharot, cuando le proporcionas nuevos datos a alguien, rápidamente aceptará aquella evidencia que confirme sus nociones preconcebidas (lo que se conoce como «creencias previas») y evaluará la evidencia en contra con ojo crítico. Es lo que se conoce en psicología como sesgo de confirmación: una vez que te posicionas con respecto a un tema, es más probable que busques o des crédito a la evidencia que apoya tu postura, antes que a la evidencia que la desacredite.

De hecho, presentar a las personas información que contradice su opinión puede hacer que presenten argumentos totalmente nuevos que refuercen aún más su visión original, conducta conocida como «efecto boomerang». A fin de cuentas, en Internet encontrarás datos y argumentos que sustenten cualquier postura sobre cualquier tema. Y cuanto más inteligente sea la persona, más sofisticados serán sus argumentos y más se esforzará en encontrar fallos en los tuyos, todo con el objetivo de salvaguardar su postura.

Por consiguiente, para influir a otra persona, no arranques tratando de demostrar que está equivocada, trata de arrancar desde el territorio común. Cuando una creencia establecida es difícil de eliminar, sembrar una nueva puede ser la respuesta.

Describe Sharot un experimento donde se comprobó cómo decirles a los padres que se niegan a vacunar a sus hijos que la ciencia ha demostrado que las vacunas no causan autismo no alteró el comportamiento de los padres. En cambio, decirles que las vacunas protegerían a sus hijos de enfermedades mortales era más efectivo: el argumento no contradecía sus creencias anteriores y era compatible con el objetivo común de mantener a los niños sanos.

En lugar de luchar contra las viejas creencias, utiliza argumentos que no las contradigan. Identifica motivaciones comunes y elabora desde ahí.

2. EMOCIÓN: TUS EMOCIONES SON CONTAGIOSAS, ÚSALAS CUIDADOSAMENTE

Una de las formas más poderosas de comunicar ideas de manera efectiva es compartir sentimientos. Compartir ideas suele llevar tiempo y esfuerzo cognitivo. Sin embargo, compartir sentimientos sucede instantánea y fácilmente. La forma como te sientes afecta rápida, automática y, a menudo, inconscientemente la forma como se sienten los que te rodean y cómo ellos se sienten influye en tus propias emociones.

Las emociones son especialmente contagiosas; al expresar los sentimientos por nosotros mismos, estamos configurando los estados emocionales de otras personas y, al hacerlo, aumentamos las probabilidades de que las personas frente a nosotros asuman nuestro punto de vista.

3. INCENTIVOS: INDUCE ACCIÓN UTILIZANDO ESTRATEGIAS POSITIVAS EN LUGAR DE ADVERTENCIAS Y AMENAZAS

A menudo, nuestro instinto es tratar de alterar las acciones de las personas mediante la advertencia de peligros futuros. La estrategia falla con frecuencia, porque el miedo puede desmotivar a las personas y llevarlas a bloquearse en lugar de actuar.

Podemos superar nuestro instinto y, en cambio, utilizar estrategias positivas para cambiar el comportamiento, por ejemplo, ofreciendo recompensas inmediatas. La anticipación de las recompensas, incluso unas sencillas palabras de aprobación o un «me gusta» en línea puede desencadenar en el cerebro la respuesta de actuar.

Por ejemplo, advertir a los miembros del personal médico que deben lavarse las manos para prevenir la propagación de enfermedades no afectó su comportamiento. Sin embargo, un panel electrónico que mostraba la mejora de sus puntuaciones cada vez que desinfectaban sus manos sí lo hizo.

4. AGENCIA: AUMENTA LA SENSACIÓN DE CONTROL DE LA GENTE

El control está estrechamente relacionado con la influencia. Cuando alteras las creencias o acciones de alguien, en cierta medida estás ejerciendo control sobre ese individuo. Cuando otro te influye, estás cediendo ese control individual sobre ti.

Para afectar a otra persona, debemos superar nuestro propio instinto de control y considerar la necesidad de agencia de la otra. Esto se debe a que cuando las personas perciben coartada su propia agencia, se resisten. Sin embargo, si perciben que su agencia se está expandiendo, aceptan la experiencia y la encuentran gratificante.

Nuestro instinto al tratar de influir en las acciones de los demás es dar órdenes. Este enfoque a menudo falla, porque cuando las personas sienten que su independencia ha sido limitada, se ponen ansiosas y se desmotivan y es probable que tomen represalias. Por el contrario, expandir el sentido de agencia de las personas las hace más felices, más sanas, más productivas y más conformes.

Para generar impacto, a menudo necesitamos superar nuestro instinto de control y, en cambio, ofrecer una opción. Irónicamente, ceder control es una de las herramientas de influencia más poderosas.

5. CURIOSIDAD: REENMARCA EL MENSAJE PARA RESALTAR LA POSIBILIDAD DE PROGRESO, EN LUGAR DE LA FATALIDAD

El deseo de conocer es muy humano. Nos vemos obligados a buscar información por los mismos principios neuronales que nos llevan a buscar agua, alimento y sexo. La información es el alimento de tus creencias, y lo que crees tiene un profundo efecto en lo feliz que eres. Las personas tratan de llenar selectivamente sus mentes con conocimiento que fomentará creencias agradables y evitará información que pueda causar pensamientos desagradables.

Nuestra intuición nos dice que, si tenemos algo importante que transmitir, los demás querrán saberlo. Este instinto es incorrecto. En particular, si la información está vinculada a un mensaje sombrío, muchos lo evitarán activamente, como habrás notado durante las explicaciones informativas de seguridad antes de despegar el avión, a las que nadie presta atención.

Reenmarca tu mensaje para que la información que proporciones provoque sentimientos positivos, enfatiza la laguna informativa que estás llenando y muestra cómo podrán utilizar el conocimiento para mejorar.

6. ESTADO MENTAL: CUIDADO CON LA INFLUENCIA DE OTROS EN TU ESTADO EMOCIONAL

Estar estresado o intimidado cambia la forma en que procesamos la información y tomamos decisiones. Una consecuencia es que comenzamos a «jugar sobre seguro», incluso cuando asumir riesgos sería el mejor enfoque. Por ejemplo, cuando los equipos deportivos son los más débiles, juegan de manera demasiado conservadora, cuando, de hecho, lo mejor que pueden hacer es arriesgarse. Ser conscientes de esta influencia automática de los demás en nuestras decisiones puede permitirnos superarla cuando sea necesario al replantear la situación desde una perspectiva diferente.

El marco emocional de una persona afectará cómo reacciona a lo que tengas que decirle. Es necesario alinear las opiniones que ofreces y el estado de la persona frente a ti. La misma persona ignorará tu consejo un día, pero lo recibirá con los brazos abiertos otro día, simplemente porque su equipo de fútbol favorito perdió la noche anterior o porque el sol brilla en un día de invierno.

7. OTRAS PERSONAS: SÉ CONSCIENTE DEL (SOBRE)APRENDIZAJE SOCIAL

Instintivamente imitamos las elecciones de otros, porque asumimos que otros tienen información que no tenemos. Sin embargo, las decisiones de otras personas pueden provenir de consideraciones que son irrelevantes para nosotros. Debemos tener cuidado al seguir las elecciones de los demás, teniendo en cuenta que pueden no ser las adecuadas para nosotros.

Cuando enmarcas tu posición como positiva y popular, le darás más peso. Cuanta más gente parezca seguir una idea, más gente deseará seguirla.

DIÁLOGO ABIERTO

¿Qué otras técnicas conoces para influir a los demás?

[Créditos: Influencer by Becris from the Noun Project]