jueves, 28 de marzo de 2024
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A pesar del peligro de la violencia, México continúa formando sacerdotes

México – Ciudad de México (Miércoles, 20-06-2018, Gaudium Press) México es considerado el país más peligroso del mundo para un sacerdote. El país mantiene ese triste récord desde hace doce años, con un balance de 41 sacerdotes asesinados a lo largo de ese período. Este año, en un mes, tres sacerdotes perdieron la vida en México.

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«Formar un sacerdote representa de diez a doce años de estudio en el seminario. Cuando uno de ellos es asesinado, es como talar un árbol que demoró años para crecer», afirmó el Padre Omar Sotelo, director del Centro Católico Multimedial, un observatorio religioso mexicano.

Esa violencia se refleja en el número de vocaciones. «Hace algunos años que hay mucho menos candidatos en el seminario. El miedo impide a estos jóvenes seguir su vocación», alertó el Hermano Pedro Antonio Ribera Uribe, que estudia en el seminario de Chilapa. A pesar de eso, hay también jóvenes que encuentran su refugio en la Iglesia para distanciarse de esos ambientes.

Los seminaristas enfrentan dificultades para visitar las comunidades rurales de su Diócesis debido a la guerra entre grupos de narcotraficantes rivales. En Nejapa, Parroquia próxima de Chilapa, el Padre John Senyondo, desapareció durante varios meses hasta que su cuerpo fue encontrado en una fosa. El asesinato es tenido como retaliación de uno de los carteles por la libertad de expresión del religioso.

Pedro Uribe explicó que debido a la guerra de grupos rivales por el control del territorio, «hay meses enteros en los cuales no podemos ir a algunas parroquias». Los autos del seminario fueron marcados con un gran logotipo para evitar cualquier confusión con el cartel rival.

La violencia no era rutina cuando Uribe ingresó al seminario. «Cuando llegué a Chilapa a estudiar, la ciudad era tranquila y muy agradable. Las cosas cambiaron en mi tercer año. Las calles se vaciaron. El miedo se instaló», recuerda.

A pesar del miedo, los seminaristas son hombres de Fe y hace varios años se reúnen todas las tardes para rezar juntos delante del Santísimo Sacramento implorando la paz.

El seminarista, que será ordenado dentro de algunos meses y designado a una parroquia de la Diócesis, tiene un santo protector y modelo para seguir. «La Iglesia siempre fue perseguida. En mi pueblo, hay un sacerdote mártir, San David Uribe Velazco [asesinado durante la Guerra de los Cristeros, donde en la década de 1920 se enfrentaron campesinos católicos mexicanos y al Estado anticatólico; David Uribe fue canonizado en 2000 por el Papa Juan Pablo II]. Fue uno de mis modelos a seguir a lo largo de todo mi seminario». (EPC)

 

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