La innovación, clave del éxito de Barcelona

Este último año no ha sido fácil para Barcelona, que se ha enfrentado a desafíos sin precedentes. Recuperar la apertura al mundo, la creatividad, la visión cosmopolita, la calidad de vida y la cultura es imprescindible para recobrar el optimismo

La innovación, clave del éxito de BCN_MEDIA_2

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XAVIER TORRA. PRESIDENTE DE EURECAT, CENTRO TECNOLÓGICO DE CATALUNYA

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La reputación de una ciudad se construye a partir de conceptos intangibles como la confianza, el aprecio, la admiración y la buena impresión que genera, a partir de indicadores que permiten evaluar en qué aspectos sobresale y cuáles debería acabar de perfilar para mejorar su imagen. En este sentido, Barcelona cuenta con una marca y una proyección internacional muy bien definidas, que ratifican el esfuerzo y los recursos que ha dedicado desde hace años a consolidar su visibilidad internacional, en la que el éxito de los Juegos Olímpicos de 1992 marcó un punto de inflexión muy grande en la percepción de la ciudad.

Esta sensación positiva ha acompañado a Barcelona desde entonces. Su estilo de vida ha sido un fuerte reclamo turístico y ha ayudado a empujar una transformación mucho más profunda, que ha atraído talento de todo el mundo, ha seducido a importantes empresas, ha generado nuevos mercados y sectores de actividad y ha contribuido a dibujar un ecosistema innovador relevante.

Durante las últimas décadas, la ciudad se ha consolidado como fuerza tractora de un país industrial, emprendedor e innovador, en parte, gracias a su tradición empresarial y comercial. Íntimamente ligado a ello, se ha creado una amplia red de clústeres en sectores de alto valor añadido, como la automoción, la biotecnología, la alimentación, la energía, el diseño, las ciencias sociales o la movilidad. Su dinamismo queda también acreditado por los 47,2 millones de pasajeros que movió el aeropuerto de El Prat el año pasado, un gran porcentaje de los cuales están vinculados a la proyección de la ciudad en el campo del turismo, el ocio y los negocios.

Recuperar la raíces

Aún así, no se puede obviar que este último año no ha sido fácil para Barcelona, que se ha enfrentado en pocos meses a desafíos sin precedentes. La apertura al mundo, la creatividad, la visión cosmopolita, la calidad de vida y la cultura la han situado en lo más alto y muchos coincidimos en que recuperar estas raíces es imprescindible para recobrar el optimismo y la inspiración. La innovación es también un puntal de Barcelona, que ha sido pionera en apostar por nuevos sectores basados en el conocimiento y que ha configurado el 22@, el distrito de la innovación, que es todo un modelo de referencia.

Según los especialistas, la buena reputación de una ciudad está directamente vinculada al incremento de las visitas turísticas y las inversiones extranjeras. No es extraño entonces que Barcelona sea muy sensible respecto a la percepción que genera. En este respecto, la imagen que proyecte esta semana, coincidiendo con el Mobile World Congress, es especialmente importante. Durante la feria, la ciudad es un gran escaparate para el resto del mundo y este año se percibe que quiere mostrar, más que nunca, la mejor cara.

Servicios y bienestar

Aunque todavía no alcanza los niveles de las capitales que encabezan la lista de 'smart cities' más avanzadas, como Copenhague, Singapur y Estocolmo, es una ciudad viva y dinámica, con una clara apuesta por avanzar en la eficiencia de sus servicios y en la generación de bienestar. Así lo acreditan iniciativas vinculadas a la incubación y la aceleración de empresas, sus infraestructuras culturales y sociales y el dinamismo de sus centros tecnológicos y de investigación, como es el caso de Eurecat, con ambiciosos proyectos en las áreas digital, industrial y biotecnológica.

La posición de Barcelona como quinto 'hub' europeo de empresas de base tecnológica, solo por detrás de Londres, Berlín, París y Amsterdam, y su capacidad para atraer estudiantes internacionales, justo después de Boston, Nueva York, Londres, París, Chicago y Toronto, son otros de los elementos que abren buenas perspectivas. También es prometedor el posicionamiento de Barcelona y su área metropolitana entre las capitales de la innovación en Europa y hay que poner de relieve su reputación global en la adopción temprana de las nuevas tecnologías, un aspecto esencial para encabezar el liderazgo en la digitalización si consigue, entre otros hitos, adelantarse en la carrera del 5G.

La capital catalana ofrece, pues, un entorno propicio para la interacción entre empresas, emprendedores con todo tipo de perfiles y de procedencias y centros de investigación y tecnológicos para generar nuevas ideas y proyectos. Pero es clave mantener esta intensidad y fijar aún más la imagen de una Barcelona moderna y activa, con una cultura innovadora arraigada y vibrante. Para lograrlo, es fundamental mantener y ensanchar los puentes internacionales, aportando toda la dimensión y las capacidades del conocimiento y el tejido empresarial local. Asimismo, si queremos ser un 'hub' tecnológico la ciudad debe vivir más la innovación en la manera de acoger a sus ciudadanos y visitantes, en los servicios que proporciona y en la forma de enfocar el futuro desde el punto de vista económico, social, urbanístico y medioambiental.

Decisiones a corto plazo

El éxito de Barcelona como ciudad se enfrenta, en este sentido, a retos que requerirán de una profunda reflexión y de decisiones estratégicas en el corto plazo para responder a cuestiones clave, entre ellas, la compatibilidad entre su modelo turístico, la calidad de vida de sus habitantes y la aspiración de ser un referente en el ámbito tecnológico. En este contexto, es primordial dilucidar si ha llegado el momento de empezar a apostar claramente por un cambio y definir cuáles deberían ser las políticas que lo promuevan. Eurecat quiere acompañar muy estrechamente a la ciudad en todo este debate aportando soluciones tecnológicas para la toma de decisiones y contribuir, especialmente, a afianzar su ecosistema innovador, para que el éxito tecnológico tenga impacto sobre las pequeñas y medianas empresas catalanas y repercuta positivamente en la vida de los ciudadanos, transfiriendo conocimiento al tejido industrial y empresarial y promoviendo el bienestar y la innovación social.