La presunta asesina del crimen de Castro Urdiales (Cantabria), María del Carmen, repartió durante meses comida casera y croquetas a las vecinas del pueblo.

La mujer acusada de haber matado a su marido, haberlo decapitado, hervido la cabeza y regalado en una caja de cartón a una vecina, ahora nos trae un sorprendente nuevo capítulo de la historia.

Las croquetas de Castro Urdiales

Hace unos días, una vecina de la localidad del pueblo de Castro Urdiales denunció que había encontrado una cabeza de un hombre dentro de una caja de cartón. La cabeza pertenecía a Jesús María, un banquero jubilado que llevaba desaparecido desde el 11 de abril. Finalmente, la investigación de la Guardia Civil ha apuntado como principal autora del crimen a la mujer del difunto, María del Carmen. 

Las teorías y anécdotas sobre este crimen han sido numerosas, una de ellas fue este martes cuando la sospechosa declaró que había hervido la cabeza de su pareja para que no oliera mal. Ahora, la historia trae un nuevo capítulo consigo: varias vecinas del municipio han declarado al Programa de Ana Rosa (Telecinco) que Maria del Carmen hacía meses que repartía croquetas y comida casera a la gente del pueblo.

Desaparición en febrero

Jesús, que tenía 67 años, desapareció en febrero. La mujer denunció su desaparición un mes más tarde, argumentando que su novio la había abandonado sin dar explicaciones. A la policía no le cuadró esa versión, ya que comprobó que en las cuentas de Jesús no había habido movimientos bancarios.

Todo esto llevó a la policía a registrar el piso en búsqueda de nuevas pruebas. Antes de que lo hicieran, Carmen fue a casa de una amiga y le entregó una caja, en la que le aseguró que había juguetes sexuales. La mujer le dijo a la amiga que no quería que la policía encontrara sus supuestos juguetes sexuales para que no se llevasen mala impresión.

El pasado sábado, meses después que Carmen entregara la caja a su amiga, ésta abrió la caja por curiosidad y descubrió la cabeza de un hombre en su interior. Carmen, al ser detenida, aseguró que la cabeza la encontró en la puerta de su casa y que la guardó porque era el único recuerdo que tenía de su pareja.