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Correr entre cuevas: cuando se avanza en kilómetros y se retrocede en el tiempo
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la kobaz koba trail acoge a 500 corredores

Correr entre cuevas: cuando se avanza en kilómetros y se retrocede en el tiempo

El Kobaz koba Trail supone un viaje atrás en el tiempo con un trazado de "gran belleza" que discurre por los senderos que recorrían los primeros humanos y que ha ganado en "espectacularidad"

Foto: Varios participantes en la Kobaz Koba Trail transitan por una de las cuevas incluidas en el recorrido, con el primer corredor con calzado minimalista.
Varios participantes en la Kobaz Koba Trail transitan por una de las cuevas incluidas en el recorrido, con el primer corredor con calzado minimalista.

¿Se puede avanzar y retroceder al mismo tiempo? ¿Es posible subir en kilómetros y descender en el tiempo? ¿Puede una carrera medir la distancia en horas y minutos y los participantes evaluar el recorrido en miles y miles de años? Sí, sin duda. Y la prueba de ello es la Kobaz Koba Trail. La prueba de montaña de Zestoa (Guipúzcoa) traslada a los corredores a la Prehistoria con un trazado que discurre por los mismos senderos que recorrían los primeros humanos y por las cavernas que habitaron. Se avanza en la distancia pero se retrocede en la Historia.

Este domingo está programado el tercer salto al pasado que ofrece esta carrera y al que se sumarán 500 corredores que han agotado todas las plazas disponibles en esta máquina del tiempo. Nunca ha habido asientos vacíos en este viaje a la Prehistoria que ofrece una prueba que en sus tres años de existencia ya se ha convertido en una referencia indiscutible para los amantes del trail running. ¿El motivo? La Kobaz Koba es algo más que dar zancadas, es una combinación de deporte, naturaleza e historia a lo largo de las dos distancias de 25 y 13 kilómetros dentro de un ambiente festivo. “El corredor entiende que está corriendo por un entorno especial, tanto por paisaje como por historia. Nos volcamos en el respeto a la naturaleza y en la difusión de unos valores de respeto y sostenibilidad de un entorno único desde la Prehistoria”, pone en valor Aritz Landaburu desde la organización.

Siempre se agotan los dorsales para una prueba que en sus tres años de existencia se ha convertido en referencia indiscutible para los amantes del trail

El entorno de Zestoa es muy rico en cuevas de arte rupuestre. El mapa, además, no es fijo y poco a poco va sumando nuevas ‘equis’. En los últimos cuatro-cinco años se han descubierto varias cavidades (Astuigaina, Erlaitz, Astigarraga o Danbolinzulo) que han ampliado un recorrido que está comandado por Ekain, uno de los grandes santuarios prehistóricos europeos junto a Altamira o Lascaux gracias a sus impresionantes conjuntos de pinturas rupestres. En 2008 la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad a esta cueva descubierta en 1969 y que permanece cerrada al público para preservar la conservación de sus imágenes. No obstante, sus pinturas, en especial su espectacular panel de caballos, pueden contemplarse en la réplica de la cueva, Ekainberri, que este año cumple su décimo aniversario con 280.000 visitas recibidas hasta la fecha.

Ekain, la joya de la corona

Ekain, como la joya de la corona del valle, saluda a la carrera, que recorre varias de las cavidades que fueron habitadas en la Edad del Hielo, al final del Paleolítico, donde los primeros humanos dejaron abundantes restos materiales y expresiones de arte rupestre. El trazado conecta las cuevas por los senderos que recorrieron los primeros pobladores de la Tierra dentro de un circuito de “gran belleza”.

Foto: Imagen de la Kobaz Koba de 2016 (Foto: www.kobazkobatrail.com) Opinión

La carrera volverá a reunir a 500 'prehistóricos' entre la prueba larga, de un desnivel acumulado de 1.850 metros, y el trazado corto, de 750 metros. Son medio millar los que tomarán la salida pero la nómina de corredores podría ser mucho más elevada de no ser por las limitaciones que impone un recorrido que discurre por espacios naturales y hay que preservar su protección. De hecho, la lista de espera para esta edición ha sido "muy amplia" y este 'límite de la sostenibilidad' ha dejado fuera a más de un centenar de aspirantes a viajar en el tiempo. La pretensión de la organización es poder crecer en la medida de lo posible en las próximas ediciones pero los tiempos los marca la protección al entorno, el ganador indiscutible e la prueba.

Los participantes se enfrentarán a dos circuitos que comparten paso por Santa Engracia, “uno de los puntos más espectaculares del recorrido”, convertido en “lugar ideal” para “ver a los corredores sufriendo cuesta arriba”. La distancia de 25 kilómetros suma la ‘pared’ de Endoia, que castigará las piernas (y el ánimo) de los corredores con su duro kilómetro largo en la última parte de la carrera.

Al exigente recorrido se suma este año el factor del barro por las intensas lluvias y nevadas: "Podemos garantizar que la prueba va a ser muy dura"

Al ya de por sí exigente recorrido hay que sumar este año el factor del barro acumulado por las intensas lluvias y nevadas de las últimas semana, lo que va a endurecer de forma considerable la carrera. Las precipitaciones se resisten a abandonar Guipúzcoa. Da la sensación de que el agua también quiere sumarse a la prueba. “Podemos garantizar que este año el recorrido va a ser muy duro, con barro a tope”, advierte Landaburu, quien está convencido de que “el recorrido superará todas las expectativas creadas” ya que los pequeños cambios realizados “incluso beneficiarán a la espectacularidad de la prueba”. Aunque existe la posibilidad de que las inclemencias meteorológicas afecten al desarrollo de la prueba, la organización trabaja con “innumerables revisiones del recorrido y adecuaciones sobre el terreno” para solventar cualquier contratiempo.

placeholder Uno de los participantes en una pasada edición de la Kobaz Koba Trail.
Uno de los participantes en una pasada edición de la Kobaz Koba Trail.

La idea de organizar una carrera por el valle siempre había estado latente en Zestoa, un municipio de 3.500 habitantes. Existían los mejores ingredientes para conformar un gran menú. Se contaba con un “territorio espectacular” y “grandes posibilidades”, con zonas que son “verdaderas postales”. Sólo quedaba “adecuar el recorrido a las necesidades de dureza y belleza que debe asegurar un trail para tener éxito”. Y el maridaje perfecto llegó en 2016 de la mano del club de montañismo de Zestoa Agiro y la empresa Arazi que gestiona la réplica de Ekain junto a la sociedad de ciencias Aranzadi. La colaboración que mantenían en la organización de iniciativas, como marchas para chavales, conoció un paso (o zancada) más allá e hizo posible el “sueño” de “crear una trail que mostrase este territorio único y diera a conocer las maravillas del entorno natural de Zestoa y su arte rupestre”, con el apoyo del ayuntamiento de la localidad, patrocinadores y grupos de voluntarios.

"El recorrido superará todas las expectativas creadas ya que los cambios realizados incluso beneficiarán a la espectacularidad de la prueba"

Ya desde la primera edición se tuvo “muy claro” que la Kobaz Koba Trail tenía que ser algo más que una carrera. “Indudablemente. Con los mimbres con los que se empezó a diseñar no podía ser de otra manera”, expone Landaburu. Los que han corrido la prueba en las dos ediciones anteriores dan fe de ello.

El recorrido apenas ha variado con respecto al de la primera edición. Se han incorporado “pequeñas modificaciones” para atender “problemas detectados” en los dos anteriores años. Además, la trail transcurre por terrenos privados y hay que ajustarse a las “condiciones particulares” de cada uno de ellos. En todo caso, este año sí habrá grandes novedades en la prueba corta, ya que se ha reducido su distancia de 17 a 13 kilómetros para “conseguir un recorrido más fácilmente superable y así ayudar a popularizar el trail entre los que no puedan enfrentarse al reto” de los 25 kilómetros. Las dos pruebas adoptan el nombre de dos galerías de Ekain en su honor: ‘Zaldei bidea’ para la prueba larga en homenaje a la “belleza y resistencia” del caballo, y ‘Artzei bidea’ en alusión a los osos que vivían en las cuevas de los alrededores de Zestoa.

Foto: Miles de corredores participan en la última edición de la Behobia-San Sebastián. (EFE)

Un escenario espectacular

La “espectacularidad” de la prueba no es el único factor que hace que la Kobaz Koba Trail haya obtenido desde su primera edición una inmejorable respuesta de los aficionados al trail, que en Guipúzcoa disponen de un calendario que incluye más de medio centenar de pruebas de montaña al año, entre ellas la afamada Zegama-Aizkorri (en la que ha participado -y ganado- Kilian Jornet), la Flysch Trail de Zumaia o la Erlaitz Aiako Harriak de Irún. “¿Qué es lo que hace especial a la carrera y la distingue del resto de pruebas del País Vasco? Además de la organización y el cuidado del detalle para todos los corredores, un escenario espectacular y el cariño con el que se recibe a todos los corredores. El mensaje que ofrece Kobaz Koba es de ser partícipes de una trail para todos, para el primer clasificado y para todos los que toman la salida”, señala Landaburu. No falta tampoco el ingrediente del ambiente festivo, ya que durante toda la mañana habrá música, actuaciones, degustaciones de productos vascos y un buen aperitivo para corredores y acompañantes.

Si se trata de vivir experiencias, los más atrevidos volverán a tener este año la posibilidad de realizar la prueba como aquellos primeros humanos con un calzado minimalista carente de desnivel entre el talón y la parte delantera. Esta ‘categoría minimal’, la principal novedad en la pasada edición, aún está a falta de kilómetros para cuajar. “Está poco a poco dándose a conocer. Al fin y al cabo no es un cambio de calzado sino un cambio de forma de correr que no se puede aplicar de un día a otro. Es volver a los orígenes de la humanidad, cuando el calzado no existía o solamente tenía por finalidad cubrirse de posibles daños en los pies, como pinchazos o rozaduras. Actualmente, nacemos y el calzado está siempre presente en nuestro día a día, por lo que los corredores que opten por pasarse al ‘minimal’ deben de hacerlo de modo paulatino y gradual. Esta forma de correr es muy beneficiosa y creemos que poco a poco seguirá cuajando”, sostiene Landaburu. De momento, y vista la meteorología, toca calzarse las zapatillas. No por ello se dejará de ser un prehistórico.

¿Se puede avanzar y retroceder al mismo tiempo? ¿Es posible subir en kilómetros y descender en el tiempo? ¿Puede una carrera medir la distancia en horas y minutos y los participantes evaluar el recorrido en miles y miles de años? Sí, sin duda. Y la prueba de ello es la Kobaz Koba Trail. La prueba de montaña de Zestoa (Guipúzcoa) traslada a los corredores a la Prehistoria con un trazado que discurre por los mismos senderos que recorrían los primeros humanos y por las cavernas que habitaron. Se avanza en la distancia pero se retrocede en la Historia.

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