Un buen desayuno para empezar el día

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Estaba tan lejano, tan distante, que parecía que jamás iba a llegar. Sin embargo, en lo más profundo de nuestro ser,  un oscuro sentimiento de pesimismo cobraba cada día más y más fuerza con cada puesta de sol. Y es que el verano toca a su fin ¡Lacrimógeno adiós a las vacaciones, amargo hola al trabajo! No obstante, y para hacer honor a la verdad, muchos han disfrutado del verano lo que España del mundial de Brasil. Nos referimos, sin duda, a los valientes hombres y mujeres del gremio de la hostelería que han dado este verano algo más que su energía y tiempo por el deleite de todos ¡Que Dios los bendigan!

Pero no es momento para lamentarse. Atrás quedaron las sabrosas mariscadas junto al mar y los deliciosos helados de mil sabores. La refrescante rubia de cristal tiene que dejar paso a la ingrata morena de máquina. Y no nos referimos a una nueva tendencia en teñidos de pelo ¡Qué más quisiéramos! Y es que tenemos que despedirnos de las heladas y refrescantes cervezas de terraza para dar paso al estimulante café. Un café tan negro y amargo como el despiadado sonido del despertador un lunes por la mañana.

Es posible que no haya ningún remedio para acabar de forma fulminante con este cruel martirio. Sin embargo, sí que hay algunos trucos para paliar los apocalípticos efectos de un mal despertar. Y el más importante pasa, como dice el dicho, por desayunar como un rey. No obstante, los más supersticiosos podéis seguir frotando décimos de lotería en las despejadas frentes de la población alopécica.

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El desayuno, la comida más importante del día, es lo único que puede endulzar estas oscuras mañanas sacadas de los cuentos más tenebrosos de Poe. Y no hay mejor forma de hacerlo que como cuando éramos angelicales infantes y nuestra “mami” nos despertaba con un dulce beso en la mejilla y un suculento desayuno. Sin embargo, sino queréis que vuestros progenitores recurran a un juez para sacaros de su casa, acudid a un bar o restaurante. Sin el beso, el resultado es casi el mismo.

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Lo primero, ¿qué beber? Para los que no les haya quedado claro que el café es la única solución al matutino rompecabezas, pueden optar por alternativas más “light” como zumos, tés o infusiones. No obstante, esto no les librará de asaltar la máquina de café de la oficina con los ojos inyectados en sangre y gimiendo cual zombi ¡Avisados estáis!

Y ahora lo importante: el sólido. Nada de anoréxicos platos europeos. Un buen bocadillo de esos que chorrean grasa como sangre las víctimas de una película de género gore.

En primer lugar, encontramos la tradicional “catalana”. Un crujiente pan tostado, jamón del bueno y unas rodajas de fresco tomate. O restregado en el pan ¡Qué más da! A esas horas nos comeríamos hasta el brazo del comensal de la mesa de al lado. No obstante, desde Bedoya Hotelería les sugerimos que se centren en el bocadillo que tienen entre manos.

A continuación está el clásico sándwich mixto. Sabroso jamón de York acompañado de una fina loncha de queso fundido. Y todo ello entre dos tiernas capas de pan de molde. Esto haría centrar la cabeza hasta a la mismísima niña de “El Exorcista”. Sin embargo, este plato tiene su aspecto negativo: si pides sólo un sándwich el de la mesa de al lado sigue corriendo peligro. Así que ándate con ojo.

Ahora es el turno de las jóvenes promesas. Ya lo adelantábamos la semana pasada en el anterior post. Nos referimos, sin duda, a la afamada carne de cangrejo servida sobre pan tostado con mayonesa. Si aún no lo habéis probado, os adelantamos que no quedaréis indiferentes. Es más, cuando lo hagáis, tendréis que quitar la foto de vuestros hijos de la cartera para poner una del camarero que os la sirvió.

Para los paladares más campestres existe una alternativa un tanto “hardcore”: el tradicional bocata de chorizo. Pan, chorizo y mantequilla para que el tráfico fluya. Aunque claro, para algunos esto de la mantequilla puede resultar una ofensa. Lo toméis como lo toméis, debéis recordar que al chorizo le ocurre como a las emisoras musicales de la radio: se repite.

Por último, no podíamos irnos sin mencionar a un veterano: el bocadillo de atún con tomate. Muy acorde con nuestra costumbre pescadera. Y aunque no es el pescado más representativo de la gastronomía local, por esta vez pasa. Además, su sabor no te defraudará.

Pues hasta aquí hemos llegado. Esperamos que hayan disfrutado del desayuno, porque ahora toca comerse la mañana ¡Ánimo!

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