Lo mismo usaban peluquines para disimular al ir a los bancos a consumar sus estafas, que controlaban a sus víctimas con dispositivos digitales de última generación. Igual estudiaban a los 'primos' en la calle, que les escudriñaban en Internet, para hacerse pasar por ellos con la máxima eficacia. Sabían tan al dedillo lo que cada banco necesitaba para dar créditos y lo que cada tienda online exigía para compras, que tenían manuales de cada establecimiento, para montar el teatro más adecuado posi
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