expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

La verdadera historia de los viajes a la Luna: Los precursores

Desde siempre los seres humanos hemos mirado y admirado el cielo que nos rodea. A los seres humanos nos han llamado la atención los astros nocturnos y, de forma especial la Luna.
Aprovechando que se han cumplido cincuenta años de la primera vez que, de forma oficial, el hombre llegó a la Luna, te propongo la experiencia de acercarnos a la historia de los viajes a la Luna, no como nos la han contado siempre, sino con datos inusuales que confirman de manera exacta que la primera ocasión en que se pisó no fue en 1969, sino antes. Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!



Siglo II d. C. Primer viaje a la Luna
Luciano es posiblemente el autor que primero nos muestra lo que es un viaje a la Luna. Natural de Samósata, ciudad de la que toma su apelativo, vivió aproximadamente entre el año 120 y el 180 de nuestra era. 
Con datos poco fiables sobre su vida, parece que fue abogado y escultor, Luciano de Samósata viajó por toda cuenta mediterránea en tiempos del emperador Marco Aurelio dando conferencias. Residió en Roma y, sobre todo, en Atenas donde publicó la mayoría de sus obras. En la época dorada del sofismo, Luciano siguió esta corriente filosófica, pero centrándose en escribir discursos ingeniosos, a veces divertidos, que pretendían más entretener que analizar y profundizar. En su obra se basó en la forma del diálogo platónico, en el uso de la anécdota y el argumento de la retórica sofista y la fantasía de la comedia, además de la sátira y el cinismo.

El cráter Lucian debe su nombre a Luciano de Samósata
La obra de Luciano es variada y numerosa con diálogos satíricos y morales (Diálogo de los diosasDiálogos de las cortesanas o Caronte el cínico), parodias de tragedias clásicas (La tragedia de la gota El pie ligero), diálogos literarios como El parásito, ejercicios de retórica como Elogio de la mosca, libros autobiográficos (El sueño o el gallo y Tratado sobre cómo escribir la historia), escritos filosóficos (La pantomima y El pecador) y novelas satíricas como El asno o Relatos verídicos.
Esta última obra es la que nos acerca a lo que sería el primer viaje a la Luna que ha llegado hasta nosotros. Tras una navegación más allá de nuestras Columnas de Hércules hacia el Océano del Occidente, una tempestad en las Islas de las vides eleva el navío y los lleva en un viaje a través del aire a nuestro satélite.



Siglo I a. C. La suma sacerdotisa Norma invoca a la Luna.
Antes de desear ir a la Luna hemos caído bajo su fascinación, por lo que retrocedemos varios siglos para recordar ese hechizo que nos provoca la visión de nuestro satélite.
Dos siglos antes de Luciano, en plena dominación romana los habitantes de las Galias intentan mantener sus costumbres. Norma, suma sacerdotisa de los druidas, mantiene una relación secreta y prohibida con Polione, procónsul romano, con el que tiene dos hijos, aunque la relación de éste se ha debilitado, ya que se ha enamorado de la joven sacerdotisa Adalgisa.
Los druidas y guerreros galos se reúnen en el bosque de Irminsul  esperando que Norma dé la señal cuando aparezca la Luna para atacar a los invasores romanos. Norma, que aún desconoce la relación ente Polione y Adalgisa entona un canto de paz invocando a la Luna, esa diosa casta y pura, para que reine la paz entre los pueblos.
La grabación refleja perfectamente el ambiente: el bosque a la luz de la Luna, la melodía que transcurre lenta y sencilla hasta parecernos eterna. Este efecto lo consigue Bellini elevando cada una de las frases temáticas, relativamente cortas, a registros cada vez más agudos, incrementando el dinamismo sin aumentar el tempo ni el volumen. La realización con los planos y el movimiento de la cámara se adaptan perfectamente a este estilo del compositor ofreciéndonos un trabajo exquisito. 




La interpretación, muy interesante aunque sin la brillantez de otras cantantes, corresponde a la soprano Sondra Radvanovsky en una producción correspondiente a la temporada 2017 del Metropolitan Opera House de Nueva York.  


Siglo II d. C. Regreso de la Luna a la Tierra.
La obra de Luciano de Samósata destaca por su habilidad literaria, su singular e imaginativo sentido del humor, su gusto por la sátira y la crítica y un interés por ser antidogmático, desenmascarar a charlatanes y embaucadores y luchar contra la corrupción y el vicio. De esta manera, llegó a convertirse en uno de los autores que más se leyó no sólo en su época sino también en el Renacimiento, sirviendo de inspiración a escritores y pensadores como Erasmo de Roterdam, Quevedo, Johnattan Swift o Voltaire.
El objetivo de Relatos verídicos es entretener al lector -o al oyente- a la vez que intenta hacer una crítica y ridiculización de los relatos de prodigios y leyendas inverosímiles, siendo en este sentido un adelantado de lo que siglos más tarde sería El Quijote, una parodia de novelas.



En la Luna, Luciano desencadena una serie de imaginativas descripciones con personajes como los cabalgabuitres y los cabalgahormigas, su amistad con Endimión, un griego que se ha erigido en rey de la Luna, la presencia de Faetonte, rey del sol, la guerra que presenció entre sus ejércitos de heliotas y selenitas con la presencia de asnos trompeteros. También deja su imaginación en cómo nacen los selenitas sin la presencia de mujeres en la isla o la existencia de otros tipos de seres como los hombres arbóreos.
Luciano de Samósata finaliza la parte del relato de la estancia en la Luna, aunque no sus Relatos verídicos con este texto.


3 de agosto de 1777. El astrónomo Bonafede es llevado a la Luna.
Tras esa primera mirada a la Luna en la ópera es ahora el compositor Joseph Haydn quien nos propone el primer viaje a nuestro satélite. En colaboración con Carlo Goldoni, el creador de los inolvidables personajes Arlequin o Colombina de la Commedia dell'arte, crea la ópera Il mondo della Luna a partir de un texto del dramaturgo que se había adaptado en varias ocasiones. El estreno tuvo lugar en el palacio de los Estérhazy durante la celebración de la boda de uno de los hijos del conde.
Se trata de una obra con una instrumentación para pequeña orquesta de cámara adaptada al lugar donde Haydn trabajaba con dos oboes, dos fagotes, dos trompas, dos trompetas, timbales, cuerdas y continuo. 
Como ópera bufa que pretendía entretener, el argumento se basa en una farsa. Ecclitico, un falso astrónomo trata de liberar a Clarice y Flaminia de Bonafede, su sobreprotector padre, además de a Lisetta, su criada de forma que puedan casarse con los maridos que han escogido, el propio Ecclitico, Ernesto y Cecco. Llevan a Bonafede al jardín, le dan un licor y le hacen creer que está en la Luna donde se le aparece su mismísimo emperador, quien se las apaña para arreglar las promesas de matrimonio entre las tres parejas antes de que el cándido Bonafede se dé cuenta de que está siendo engañado. Como es de esperar, la obra finaliza con las bodas de las parejas con el beneplácito del protagonista.
Divida en tres actos, la obra comienza con la habitual obertura y un quinteto inicial cantado por Ecclittico y cuatro estudiantes que cantan O luna lucente (Oh, luna brillante) a modo de introducción, antes de hacer ver a Bonafede las maravillas de la luna y la cantidad de personas que pasean por nuestro satélite.
La grabación pertenece a una representación que se llevó a cabo por Sol Lírica en el Teatro Empire de Buenos Aires en Argentina, con Ramiro Pérez en el rol de Ecclittico y la dirección musical de Ulises Maino.


1781: El barón de Munchausen viaja por dos veces a la Luna.
Karl Friedrich Hieronymus, barón de Münchhausen, sirvió como paje a Antonio Ulrico II, duque de Brunswici-Luneburgo, para alistarse posteriormente en el ejército ruso participando en varias campañas militares. A su regreso al hogar narró sus historias con unas versiones tan increíbles que le dieron fama de exagerado. Entre sus hazañas ficticias y maravillosas destacan el cabalgar sobre una bala de cañón, viajar a la luna o salvarse de hundirse tirando hacia arriba enérgicamente de su coleta. 
A partir de tales historias y añadiendo otras de carácter popular, el bibliotecario y científico Rudolf Erich Raspe publicó un libro del que se tiene noticia por primera vez en la traducción inglesa de 1781 con el título The surprising Adventures of Baron Munchausen (Las sorprendentes aventuras del Barón Munchausen), en la que el nombre original pierde la diéresis y una de las h. La novela fue traducida de nuevo al alemán y publicada con enorme éxito en esta ocasión por Gottfried August Burguer. Allí se presenta un personaje que es en cierta medida heredero de nuestro Don Quijote o Gulliver, un antihéroe cómico y bufón, tremendamente exagerado que inspira por igual simpatía y pena.



Las aventuras del Barón Munchausen se convirtieron en un clásico de la literatura alemana dando lugar a diversas versiones entre las que se encuentra la película homónima del grupo Monty Phyton con guión de Terry Gilliam y Charles McKeown y dirección del primero.
Comienza así el relato en que el barón nos cuenta cómo llegó a la Luna, no por primera, sino por segunda vez. Nótese la semejanza en la forma de viajar y algunas curiosidades de los selenitas con el relato de Luciano de Samósata, sin olvidar que Raspe realizaba la profesión de bibliotecario.


El episodio más conocido de Il mondo della Luna de Haydn es la escena en que Ecclettico proporciona a Bonafede un licor que le ha enviado el emperador de la luna para que pueda viajar hasta el satélite sin esfuerzo alguno. Es una escena que comienza con el protagonista y Ecclettico y en la que van apareciendo en escena el resto de protagonistas. Tras una introducción en forma de diálogo comienza Vado, vado, volo, volo (Voy, voy, vuelo, vuelo), una pieza en la que la etérea delicadeza del viaje en que Bonafede cree volar viene marcada por el uso de las cuerdas.
La interpretación, con subtítulos en castellano, pertenece a la versión de Sol Liírica que se representó en el Teatro Empire de Buenos Aires con Juan Salvador Trupia y Rodríguez como Bonadefe y Ramiro Pérez como Ecclittico y la dirección musical de Ulises Maino.


En la segunda ocasión en que el barón de Munchausen visita nuestro satélite se detiene a narrarnos con más detalle todo cuanto allí vio.
Por si alguno de quienes lean esto tuviera duda, y para que quede manifiestamente claro al lector del libro de Raspe la veracidad del texto, la versión inglesa de 1781 comienza de la siguiente forma:


AL PÚBLICO
Habiendo oído por primera vez que mis aventuras han sido puestas en duda y consideradas simples chanzas, me siento obligado a salir al paso y defender la veracidad de mi personaje mediante el pago de tres chelines al ayuntamiento de esta gran ciudad por la declaración jurada que aquí se adjunta.
Me he visto obligado a ello en consideración a mi honor, aunque llevo muchos años retirado de la vida pública y privada, y espero que ésta, mi última edición, me ponga en justos términos con mis lectores.
En la ciudad de Londres, Inglaterra.

Para continuar con un notable apoyo:


Nosotros, los abajo firmantes, como verdaderos creyentes en el provecho, declaramos solemnemente que todas las aventuras de nuestro amigo el barón Munchausen, en cualquier país donde acontecieren, son hechos reales y verdaderos. E igual que nos han creído a nosotros, siendo nuestras aventuras diez veces más extraordinarias, así esperamos que los verdaderos creyentes le otorguen a él todo su crédito y confianza.
Gulliver, 
Simbad, 
Aladino
Jurado en el ayuntamiento el pasado 9 de noviembre en ausencia del acalde.
Firmado: John (el portero)


Como verdaderos creyentes, pues, nos disponemos a leer algunas de las maravillosas cosas que el barón observó en su estancia en la luna.



Después de fijar nuestra atención en nuestro satélite junto a Norma y los galos y de viajar con Luciano de Samósata, el barón de Munchausen y el señor Bonafede hacia Il mondo della Luna, finalizamos esta primera parte de La verdadera historia de los viajes a la Luna que tendrá pronto continuación.
Continuará...
To be continued...

Si te gusta... ¡Comparte, comenta, sugiere!

Bibliografía consultada:
  • www.kareol.es: Letras y traducciones de óperas y música vocal.
  • Batta, András. Ópera. Compositores, obras, intérpretes. Könemann Verlagsgesellschaft mbHl, 1999, Colonia (Alemania)
  • Alier, Roger. Guía universal de la Ópera. Ediciones Robinbook, S. L. 2007, Barcelona. Ma non troppo.
  • Luciano de Samósata, Relatos verídicos (Historia verdadera).
  • El barón Munchausen en National Geographic. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario