EN NOMBRE PROPIO

Bonmatí (Aecoc): "Este verano, con el proceso de vacunación avanzado, debe marcar un punto de inflexión en la recuperación de la actividad de bares y restaurantes"

viernes, 30 de julio de 2021

Josu00e9 Maru00eda Bonmatu00ed dtor gral Aecoc (Foto Aecoc)


Con más de 30.000 empresas asociadas, la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC) es una de las mayores asociaciones empresariales del país y la única que reúne a todos los agentes de la cadena de valor, desde productores y fabricantes, a operadores logísticos y distribuidores. Una asociación multisectorial que abarca compañías de Gran Consumo, Horeca, Salud, entre otros sectores, y que trabajan en colaboración para aportar mayor valor al Consumidor. En Agrodiario hemos entrevistado al director general de AECOC, José María Bonmatí, para nuestra sección 'En nombre propio'...


¿Qué es la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC)? ¿Qué objetivos tiene?


Con más de 31.000 empresas asociadas, AECOC es una de las mayores organizaciones empresariales del país y la única en la que la industria y la distribución de los principales sectores trabajan en estrecha colaboración en pro de la mejora competitiva de la cadena de valor.


AECOC reúne tanto a grandes compañías como a pymes que cuya facturación conjunta supone cerca del 25% del PIB nacional.


En 2020, abrimos nuestro actual plan estratégico, que será vigente hasta 2023 y que marca los objetivos de la Asociación para este periodo. En este plan se refuerzan los ejes de competitividad, sostenibilidad y digitalización sobre lo que pivotó la acción de AECOC en el plan estratégico anterior e incorpora nuevas prioridades, como la transparencia en la cadena de valor; la eficiencia operacional; la anticipación al marco regulatorio la gestión del talento y la empleabilidad; la calidad de los datos y de la información de los productos, y el fomento de la competitividad en toda la cadena de valor del gran consumo.


¿Cuántos asociados la forman? ¿Qué sectores abarca?


Actualmente, AECOC cuenta con más de 31.000 empresas asociadas, el 85% de las cuales son PYMES.


Somos una asociación multisectorial, con una importante presencia de empresas de los sectores de la alimentación y bebidas; ferretería y bricolaje; droguería y perfumería; bienes tecnológicos de consumo; hostelería; textil; salud y con representación de otros como la banca, libros, deportes, etc.


El sector de alimentación y bebidas es el de mayor peso en nuestra organización, aportando un 56,9% de nuestro total de socios.


En la actualidad, ¿cuáles son los principales retos que tienen las empresas de fabricación y distribución en los ámbitos de la logística y del transporte?


La crisis sanitaria ha tenido un gran impacto en todos los sectores y áreas de actividad de las empresas y, en ese sentido, la logística y el transporte no han sido una excepción. En las primeras fases de la pandemia, los principales retos consistieron en garantizar la seguridad en los centros de trabajo y el abastecimiento de los productos esenciales al conjunto de la población. El sector dio clara muestra de su eficacia y robustez superando con nota ambos objetivos, ya que se controlaron los contagios en entornos laborales y el índice de disponibilidad de productos en los lineales fue en España el más alto de todo el mundo junto con Canadá.


Los avances en el plan de vacunación y el levantamiento progresivo de las restricciones permiten avanzar cuáles van a ser las prioridades en una nueva normalidad, claramente marcada por el despegue del e-commerce.


En este contexto, en el último año, hemos visto cómo los distribuidores han innovado en sus estrategias para responder a la creciente demanda online, ya sea apostando por dark stores, adaptando algunas de sus tiendas o incluso alcanzando acuerdos con operadores de delivery para poder responder eficazmente al reto de la última milla.


Y es que la distribución urbana presenta, en este contexto de cambio, grandes desafíos fruto del despegue tecnológico, la gran actividad regulatoria que se está produciendo y se va a producir en este ámbito y también la necesidad de impulsar una logística y un transporte más sostenible.


La apuesta por un modelo de crecimiento más sostenible es, din duda, una las tendencias de mayor impacto en el sector. El gran consumo está plenamente comprometido con la descarbonización de su cadena de suministro, si bien para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible es imprescindible contar con el apoyo de una administración sensible a la importancia de preservar la unidad de mercado para evitar pérdida de competitividad y también dispuesta a acometer las inversiones necesarias para impulsar la renovación del parque de vehículos pesados y ligeros hacia modelos más sostenibles.


También la recuperación de la rentabilidad en las operaciones y resolver la ecuación para hacer del e-commerce un negocio rentable y sostenible es otro de los grandes desafíos para el sector de la logística y el transporte.


¿Cuáles son los principales desafíos para el gran consumo a corto y medio plazo?


La transformación y la sostenibilidad serán dos de los principales ejes de cambio para las empresas del gran consumo en los próximos años. Según los datos de nuestro último barómetro, el 75% de las compañías del sector tiene planes para aumentar sus inversiones en materia de sostenibilidad durante este año. Se trata de un compromiso ineludible, ya que casi la mitad de los consumidores busca marcas comprometidas con el cuidado del medio ambiente e incluso afirma estar dispuesto a dejar de comprar productos que consideran no sostenibles.


En cuanto a la digitalización, la compra omnicanal es hoy una realidad a la que las empresas no pueden dar la espalda. Las compras online de gran consumo se han duplicado durante la pandemia, alcanzando en un solo año cuotas que se esperaban para dentro de un lustro. Este crecimiento exponencial está teniendo un gran impacto en las operaciones de unas compañías para las que hasta hace poco más de un año este canal era prácticamente residual en su volumen global de ventas.


Otro de los aspectos que marcarán el futuro inmediato es la reordenación del mercado. Durante la pandemia, la distribución alimentaria ha crecido, en parte, debido al trasvase de consumidores que se ha producido por el cierre de bares y restaurantes. Del mismo modo, los operadores regionales han podido atraer a nuevos clientes a causa de las restricciones a la movilidad.


Con la recuperación progresiva de la normalidad, los operadores observan atentos la evolución de ambos canales.


¿Qué impacto está teniendo la crisis del Covid en el gran consumo?


El impacto de la crisis del COVID ha tratado de forma muy dispar a los distintos sectores integrados en el gran consumo. Así, mientras la distribución alimentaria fue declarada esencial y pudo mantener su actividad, la hostelería – y toda la industria de alimentación y bebidas que le da servicio- o todo el comercio no alimentario han sufrido un terrible impacto por el cierre impuesto a sus negocios.


La progresiva recuperación de la normalidad hace que el consumo doméstico y el del fuera del hogar vuelvan a convivir –y habrá que ver como evoluciona esa convivencia- y, por otro lado, sectores como el de la ferretería y el bricolaje o la electrónica de consumo que, al inicio de la pandemia sufrieron mucho, ahora están registrando cifras de venta récord debido al incremento del tiempo que el consumidor pasa en el hogar y la inversión que hace en el mismo.


¿Cuál está siendo el comportamiento de la demanda en estos meses?


El avance del proceso de vacunación y la buena evolución de la crisis sanitaria hace que el consumidor recupere la confianza, algo que es esencial para el consumo. De hecho, el Índice de Confianza del Consumidor vuelve a estar en los niveles de mayo de 2019 -tras haber caído en picado al inicio de la crisis, y las expectativas para este verano son mucho mejores que las que teníamos el pasado año.


El consumidor percibe que la situación mejora, si bien aún seguimos en un contexto de contención del gasto. Y es que, según nuestros informes, el 94% de los ciudadanos gastan ahora menos que antes de la pandemia, ya sea por precaución o por la imposibilidad de invertir en ciertas partidas, como el turismo o la restauración. El reto en los próximos meses para empresas y, sobre todo, para la administración, es tomar medidas e impulsar planes que permitan recuperar la confianza de cara a liberar ese ahorro embalsamado y reactivar el consumo.


¿Qué expectativas tienen las empresas distribuidoras de productos de gran consumo para cerrar este 2021?


Según los datos del último barómetro de AECOC, las empresas de la distribución alimentaria cuentan con mantener para este 2021 un crecimiento de, al menos, el 4%.


Aun así, el 58% cree que ya este año devolverá parte de la cuota de mercado “prestada” por la hostelería durante la pandemia.


¿Cómo se encuentra el sector Horeca tras más de un año de Covid?


El sector horeca ha sido uno de los más golpeados por la crisis sanitaria. El cierre de los establecimientos ha puesto en riesgo el 30% de los negocios de restauración del país y llevó al cierre de 85.000 locales en 2020, con 700.000 trabajadores afectados y una pérdida de 70.000 millones en la facturación.


Las restricciones a la hostelería también han afectado al negocio de los proveedores, como los fabricantes de alimentación y bebidas, ya que el crecimiento del consumo en los hogares no ha compensado, ni de lejos, la facturación que estas empresas obtenían en bares y restaurantes.


Este verano, con el proceso de vacunación ya avanzado, debe marcar un punto de inflexión en la recuperación de la actividad de bares y restaurantes, si bien la pandemia ha dañado profundamente al sector y necesitaremos tiempo para volver a los niveles de consumo y de actividad previos a la crisis sanitaria.


En este sentido, ¿qué medidas necesita el sector para poder liderar la reactivación económica y social? ¿Y respecto al gran consumo?


Desde el inicio de la crisis hemos reclamado medidas para garantizar la pervivencia y liquidez del mayor número posible de negocios y el mantenimiento del máximo número de puestos de trabajo. Medidas como los ERTE han sido fundamentales para este segundo propósito, por lo que las asociaciones empresariales reclamamos que se prolonguen en el tiempo.


No obstante, es evidente que los paquetes de ayuda puestos a disposición de los diferentes sectores han sido insuficientes, ya que la pandemia ha llevado al cierre a muchos restaurantes y comercios no alimentarios, así como a muchos de sus proveedores.


Por ello, de cara al futuro, habría que evitar cualquier medida que desincentive el consumo o la contratación, como subidas de impuestos o una reforma laboral que reste flexibilidad al mercado de trabajo. En paralelo, es imprescindible una gestión adecuada de los Fondos Next Generation, que ofrecen una magnífica oportunidad para configurar un ecosistema empresarial más sostenible, digital y competitivo y que deben ser bien aprovechados.


En su opinión, ¿la pandemia ha ayudado a mejorar la percepción de los consumidores sobre el sector alimentario?


La cadena de valor del gran consumo ha dado, desde el inicio de la pandemia, un ejemplo de eficiencia, robustez y solidaridad que ha sido efectivamente destacado por las administraciones y el conjunto de la sociedad. Hay que tener en cuenta que, cuando todo se paró y la pandemia nos encerró en nuestros hogares, los profesionales del sector agroalimentario siguieron acudiendo a diario a sus puestos de trabajo para que los alimentos y los productos de limpieza e higiene personal no faltasen en ningún hogar de nuestro país. Es importante tener en cuenta lo distinta que hubiera sido la situación si el sector no hubiera respondido como lo hizo y el suministro de alimentos no hubiese estado garantizado en todo momento.


Todo esto se consiguió con un gran esfuerzo por parte del sector y además garantizando unos niveles muy altos de abastecimiento.


Sin duda los consumidores han reconocido este trabajo y también el esfuerzo realizado para hacer de los establecimientos comerciales espacios seguros tanto para clientes como para trabajadores.


¿Cómo está afectando la subida del IVA de las bebidas azucaradas al 21%? ¿Y los plásticos?


Desde AECOC siempre hemos defendido que la vía impositiva no resulta eficaz para tratar de cambiar hábitos nutricionales o frenar problemas de salud que claramente tienen un origen multifactorial como, por ejemplo, la obesidad.

De hecho, hay ejemplos de otros países, como Dinamarca y Eslovenia, que, tras incorporar el impuesto, decidieron retirarlo tras comprobar los efectos negativos que tenía sobre la competitividad de sus empresas y el nulo impacto sobre la salud de la población.


Por otro lado, en un escenario de tanta incertidumbre económica como el actual, introducir nuevos impuestos que frenen el consumo parece lo menos adecuado. No hay que olvidar que la subida del IVA de las bebidas azucaradas y edulcoradas es una medida que acaba repercutiendo negativamente sobre toda la cadena agroalimentaria y, por tanto, también sobre los propios consumidores.


Por otro lado, el desafío de la eliminación de los plásticos de un solo uso, que recoge la Ley de Residuos y Suelos Contaminados, es un reto que el gran consumo asume como propio y en el que ya lleva mucho tiempo trabajando porque más allá de los requerimientos regulatorios el sector quiere ser parte del cambio que precisa nuestro planeta y demanda el consumidor. En ese sentid, muchas compañías trabajan incluso para adelantarse a los objetivos marcados y para buscar alternativas a un tipo de material que no siempre resulta sencillo de suplir.


En cualquier caso el sector comparte el objetivo pero también demanda un marco regulatorio armonizado, que preserve la unidad de mercado, y que permita a las empresas adoptar medidas globales sin necesidad de asumir los sobrecostes y pérdida de competitividad que supone el hecho de tener reglamentaciones distintas en cada territorio.


¿Y el anuncio de gravar la denominada 'comida basura'?


Tal y como hemos comentado tratar de cambiar hábitos alimenticios o estilos de vida por la vía impositiva parece realmente difícil. Por ello, nosotros consideramos que la clave es impulsar una cadena de valor transparente, que fomente la información rigurosa al consumidor para que éste pueda -en base a esa información- tomar libremente las decisiones que considere más oportunas. La imposición nunca resultará tan eficaz como trabajar en la concienciación y sensibilización del consumidor sobre la importancia de adoptar hábitos de consumo y estilos de vida saludables.


Por último, ¿cómo está impactando la digitalización en la evolución del comercio electrónico? ¿Considera que el ecommerce en alimentación afecta al modelo de negocio?


La pandemia ha consolidado el e-commerce como una opción de compra de alimentación más para los consumidores. El 95% de los compradores online de gran consumo afirma que seguirá haciendo parte de sus compras por este canal una vez acabe la crisis sanitaria, y tan solo un 5% dice que lo abandonará.


Como comentaba antes, la pandemia ha adelantado cinco años el ritmo previsto de las ventas de alimentación por internet, y un cambio así impacta claramente en la operativa de cualquier negocio.


En el último año hemos visto cómo diferentes cadenas transformaban alguna de sus tiendas en centros de preparación de los pedidos online, o especializaban los establecimientos cercanos a las zonas con más ventas por Internet para atender esta demanda. También hemos visto cómo han proliferado los acuerdos con plataformas de delivery para responder al reto de las entregas rápidas en la última milla.


España cuenta con una extensa red de tiendas de proximidad a las que el consumidor le gusta acudir. No obstante, durante la pandemia, muchos ciudadanos han entrado en el canal online, de modo que habrá que analizar con atención cómo evoluciona la convivencia entre la venta física y online durante los próximos años.   


PUBLICIDAD

SUSCRÍBETE A LA NEWSLETTER

ESTUDIO

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD