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El caso de asesinato y desaparición que tiene al FBI en ascuas

Hace más de un mes, una pareja fue asesinada y su hija de 13 años desapareció

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El caso de asesinato y desaparición que tiene al FBI en ascuas

El condado de Barron, al norte de Wisconsin en Estados Unidos con una población de 3,400 habitantes tendrá una navidad muy triste. La noche del 15 de octubre, James y Denise Closs fueron asesinados a tiros en su casa, localizada a cerca de 6 kilómetros del pueblo. Y la hija de la pareja, Jayme Closs de 13 años desapareció sin dejar rastros.

La policía respondió esa noche a una llamada de 911 que provino del celular de la madre a la 1:00 de la madrugada. Sin embargo, nadie habló. En la casa los agentes no encontraron el arma homicida y al revisar todas las habitaciones de la casa y los alrededores no encontraron a la niña.

Inmediatamente se informó a la población sobre el hecho y los habitantes junto a los oficiales armaron equipos de búsqueda para encontrar a la pequeña. La policía manejaba la hipótesis de que quizás había corrido asustada. Poco después, la tesis cambió, y comenzó a tratarse como un secuestro.

Robert Naigberg de 72 años, abuelo de Jayme y padre de Denise Closs dijo que era muy difícil no saber el paradero de la niña. “No puedo hacer nada por James y Denise, pero por ella...”, dijo al Wisconsin State Journal.

Sin arma homicida, motivo, ni pistas, la policía del condado solicitó ayuda al FBI. Ambas fuerzas unidas suman al menos 200 oficiales e investigadores. No obstante, luego de perseguir más de 2,300 pistas y revisar docenas de videos de vigilancia tampoco la institución federal ha encontrado respuestas.

“¿Quién era el blanco aquí?”, se pregunta el sheriff de Barron, Chris Fitzgerald. “Esa es la pregunta del millón de dólares. ¿Se trató de un robo que salió mal? ¿Por qué escogieron esa casa? Quisiera saber”, dice resignado.

En busca de conseguir información, se ha ofrecido una recompensa de 50,000 dólares por la aparición o cualquier información sobre Jayme. Esto ha auspiciado para que los investigadores reciban al menos 50 pistas diarias, pero ninguna resulta en el paradero de la pequeña.

La población continúa expectante y pendiente de las informaciones. Más de 100 voluntarios ayudan todavía en la búsqueda. El caso permanece abierto y como prioridad número uno dice el sheriff Fitzgerald. Pero también hay miedo en la comunidad. “Yo reviso las puertas cada diez minutos”, dice Jennifer, hermana de Denise Closs. “Mucha gente está asustada y no quiere salir en la oscuridad a solas”, explica.

La ciudad de Barron está dividida por la concurrida Highway 8 por donde pasan enormes camiones constantemente, y está dominada por la planta procesadora Jennie-O Turkey Store, donde tanto James como Denise Closs trabajaron la mayor parte de sus vidas adultas. Los agentes del FBI han pensado también que alguien de paso por el pueblo pudo haber cometido el hecho y raptado a la niña, pero es otra de las teorías que no han podido comprobar.

Por el momento, casi dos meses después del horrendo hecho, la comunidad de Barron intenta recuperarse para las navidades. Pero cada día los volantes y fotos de Jayme les recuerda que hay un asesino suelto y una pequeña de 13 años desaparecida.

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