Cultura

Muere Robert Venturi, el premio Pritzker que explicó la mala arquitectura

ARQUITECTURA

Junto a Denise Scott Brown desafió la obra de los maestros racionalistas y reivindicó la emoción y la representación

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La noticia de la muerte de Robert Venturi ha llegado a España con sordina. No ha habido teletipos ni obituarios al cabo de dos días, a diferencia de lo ocurrido hace unos días con Paul Virilio, contemporáneo y colega suyo en el oficio de pensador de la arquitectura. La tentación es utilizar a Virilo como el negativo que explica a Venturi. Virilio, que creció en la Europa de la Guerra, escribió una arquitectura de las cicatrices, fría y brutal. Venturi, que se educó en Estados Unidos durante las décadas del optimismo, escribió una arquitectura desprejuiciada, bromista y kitsch.

Algunos datos biográficos: Robert Venturi nació (1925) en una familia de cuáqueros de Pensilvania, se educó en Princeton y se benefició de las enseñanzas de la legión de maestros europeos racionalistas que se instalaron en América por la II Guerra Mundial. Aprendió de ellos para luego negarlos. Fue ayudante de Louis Khan en Pensilvania y allí conoció a Denise Scott Brown, su mujer y su socia académica. Juntos se instalaron en Yale en los años 60. Desde allí desarrollaron y lanzaron gran parte de su obra académica.

¿Qué obra? Muy en resumen, hay que centrarse en dos libros, Complejidad y contradicción en la arquitectura contemporánea (1966) y Aprendiendo de Las Vegas (1972), que se explican mutuamente. Complejidad y contradicción funcionaba como una refutación de la arquitectura racionalista, de su punto de partida idealista y de su puesta en práctica apisonadora. Aprendiendo de Las Vegas significaba la reivindicación de la mala arquitectura de la ciudad de los casinos como una manera apoyar su tesis. Venturi hablaba de los restaurantes con forma de hamburguesa, de los hoteles que imitan Las Vegas, de as falsas fachadas historicistas y reclamaba que, más allá de la caricatura, expresaban la necesidad del ser humano de una arquitectura que fuera representación, memoria y emoción. No sólo función. "Menos es aburrido", escribió la pareja en respuesta al "less is more" de Mies van der Rohe.

Venturi y Scott Brown también tuvieron su estudio y construyeron obras controvertidas que expresaban esa manera de criticar la arquitectura del siglo XX. Al cabo de los años, sus obras no son muy conocidas para un espectador medianamente interesado en la arquitectra, por lo que se ha extendido la idea de que el valor de Venturi consiste en su obra teórica, más que en su obra construida. Pero también puede que ése sea un prejuicio. En cualquier caso, sus méritos fueron suficientes para que, en 1991, Venturi recibiera el Premio Pritzker. A su mujer la excluyeron del palmarés, por razones nunca bien explicadas. Probablemente, hoy no ocurriría.