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Unicaja-Liberbank, sede en Málaga y bicefalia ejecutiva en la cúpula

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Sede central de Unicaja, en Málaga.
Sede central de Unicaja, en Málaga.

Unicaja logrará retener en Málaga la sede social del nuevo banco resultante de su fusión con Liberbank. La operación avanza de manera fluida a la espera de que los bancos de inversión y las empresas auditoras contratadas por ambas entidades finalicen sus análisis el próximo mes de febrero. Este estudio será clave para fijar el papel de cada banco en el nuevo grupo y la necesidad de afrontar hasta dos ampliaciones de capital para cubrir los costes del acuerdo, señalan fuentes financieras.

De manera paralela, las cúpulas de ambos grupos negocian aspectos fuera de balance -pero si cabe tanto o más importantes- de la operación, como la sede o la gobernanza de la futura entidad. Unicaja, liderada por Manuel Azuaga, ha pedido con insistencia que la sede social del nuevo grupo se mantenga en Málaga, a pesar de que gran parte de su operativa estará concentrada en Madrid.

Esta cuestión es clave para la entidad andaluza por los vínculos territoriales que aún conserva de su etapa como caja de ahorros. Liberbank acepta que la sede se vaya a la Costa del Sol al no tener un arraigo tan definido a un territorio concreto -la entidad es resultado de la fusión de CajaAstur, Caja Extremadura, Caja Cantabria y Caja Castilla-La Mancha-, pero exige a cambio un papel reforzado en la gestión del grupo.

El primer dibujo realizado por ambas partes entrega la presidencia al propio Azuaga -que este año cumple 72 años- y reservaría el papel de consejero delegado a Manuel Menéndez-Menéndez -más joven al hacer este año 60 años-, actual jefe de Liberbank. No obstante, aún está por definir el diseño de las funciones que tendrá cada puesto con especial atención a las directrices dadas por el BCE sobre el reparto de poder. En el caso de BBVA, la estructura aprobada hace apenas dos semanas reparte poderes entre ambas figuras otorgando al presidente ejecutivo la función de supervisión, definición de estrategia y representación institucional y deja al consejero delegado la gestión de los negocios del grupo.

Otro asunto relevante que está ya sobre la mesa es el de la composición del consejo de administración. Este dependerá tanto de la ecuación de canje que finalmente se fije entre las acciones de ambas compañías -se apunta a un 60% del nuevo grupo para Unicaja y 40% para Liberbank, aunque los números no están cerrados- como al resultado de la hipotética segunda ampliación de capital que el grupo tendría que realizar para cubrir los costes de la operación y mejorar sus ratios de solvencia. Fuentes del mercado sitúan estos costes de reestructuración en torno a los 400 millones de euros.

Esta segunda ampliación de capital también influiría en el reparto del consejo por parte de los accionistas, entre los que destaca la Fundación Unicaja (49% de Unicaja y un teórico 29% del nuevo grupo), los accionistas de la Fundación Caja de Asturias o el fondo Oceanwood, que controlan respectivamente un 24% y un 8% de Liberbank.

La integración entre Unicaja y Liberbank daría como resultado a la sexta entidad por activos en España, con casi 96.000 millones de euros, por encima de Bankinter, que controlaría el 4% de la cuota de mercado. Juntos suman cerca de 1.900 sucursales y una plantilla de más de 10.800 empleados, por lo que la integración requerirá posiblemente un ajuste futuro.

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