Opinión | LIBERTAD CONDICIONAL

Lucía Etxebarria

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El mercadillo emocional de los falsos psicólogos

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Tomás se intentó suicidar después de una ruptura. Llevaba tiempo acudiendo a una psicóloga. Tras el suceso, la psicóloga pasó a visitarle a su casa y, después de una charla, le dijo a la familia que no veía ningún riesgo, que había sido una llamada de atención. Él volvió a hacer lo mismo a los seis meses.

Luis lleva 15 años, 15, visitando a una psicóloga cada semana, a 60 euros la sesión. Le expliqué que un psicólogo con ética no trata a un paciente durante 15 años a no ser que haya un problema muy serio, en cuyo caso debería haber un psiquiatra asesorando, una evaluación de neurólogo y una batería de tests. Le dije que él había desarrollado una dependencia de su psicóloga. Me contestó que yo no sabía de lo que estaba hablando. Respondí que uno de los signos más claros de que se padece una adicción es que el adicto niega que la padece.

Falsas terapias

Laura fue a visitar a una psicóloga por una crisis de pareja. La psicóloga le dijo que estaba enredada en una constelación familiar y que repetía los problemas de su tía. Cuando a Clara la ingresaron con una crisis de ansiedad la psicóloga clínica que la evaluó en el hospital determinó que Clara llevaba años sufriendo maltrato severo y que padecía síndrome de estrés postraumático.

Vi a una psicóloga dos años tras la muerte de mi padre: entré deprimida y salí más deprimida aún

Por último, yo. Fui a visitar a una psicóloga dos años tras la muerte de mi padre. Entré deprimida, salí más deprimida aún. En el camino dejé a mi pareja de entonces, algo de lo que me arrepiento profundamente. Desarrollé un problema con el alcohol del que ya he hablado en esta misma sección. Y me dejé dinero como para haberme podido comprar un coche.

Confusión de términos

¿Qué tienen en común las cuatro personas que nos trataron? Que ninguno era psicólogo. Nosotros creíamos que lo eran porque, como media España, confundíamos palabras. Pero un terapeuta no es un psicólogo. Un psicólogo es una persona que ha cursado una carrera difícil (lo sé porque la estoy estudiando, ¿de dónde creen que saco tanto dato para estos artículos?).

Los psicólogos de España llevan años avisando sobre las falsas terapias de lo que se ha dado en llamar el «mercadillo emocional». Individuos sin formación que están tratando a personas con problemas mentales o con problemas emocionales que pueden terminar convirtiéndose en algo más serio.

Personas que ofrecen ayuda en distintos procesos, como duelos, enfermedades, problemas de pareja, de trabajo… Pero que no tienen la formación para entender e interpretar los problemas emocionales desde un punto de vista riguroso.

Desinterés de la administración

Cuando el Colegio de Psicólogos aprecia que alguien se anuncia como 'coach' o terapeuta asegurando que puede tratar estados depresivos o de ansiedad, y que no está colegiado como psicólogo/a, se le escribe una carta. Pero es imposible controlar a toda esta gente que, además, en muchos casos, no se anuncia. En numerosas ocasiones, es el colegio el que ha acudido a la administración de salud demostrando que se venden tratamientos psicológicos sin la titulación adecuada. Desafortunadamente, casi siempre la respuesta ha sido de insensibilidad absoluta: la administración no hace absolutamente nada.

No solo estamos ante un problema profesional, sino que, sobre todo, se trata de una amenaza contra la salud pública

Si usted acude a un terapeuta y, como a nosotros nos sucedió, cree que está acudiendo a un psicólogo, debe exigir siempre el carnet de colegiado.  No sea que caiga usted en manos de una persona que ha hecho un cursillo de unas pocas semanas en 'coaching', terapia gestalt o constelaciones familiares y que está tan capacitada para tratar un problema emocional o un trastorno mental como yo para resolver ecuaciones de Fourier.

Código deontológico

No solo estamos ante un problema profesional, sino que, sobre todo, es una amenaza contra la salud pública. El riesgo que va a correr usted es muy alto. Los ejemplos que he dado son reales y hablo de personas de mi entorno, a las que conozco muy bien (he cambiado nombres, como siempre). Si ya hablara de lo que me han contado y no he vivido de cerca, podría contar auténticos dramas.

Es obvio que habrá colegiados que hagan su trabajo de forma rigurosa y otros que no, pero si un profesional está colegiado ya es garantía de que ha tenido una formación y de que forma parte de un colectivo que tiene un código deontológico al que debe atenerse. Una vez usted sepa que esa persona está colegiada, ya depende de su instinto el que usted decida si se encuentra a gusto y si cree que entre ambos pueden recorrer un camino de interacción mutua, aprendizaje y soluciones. Pero no se juegue la salud. La salud mental no es ninguna broma y lo que está pasando es muy serio.