GAZA Tras la muerte de tres cabecillas del brazo armado

Israel y Hamas prosiguen los ataques sin descartar volver a negociar en El Cairo

  • Hamas advierte que Israel "pagará un precio muy alto" tras perder parte de su cúpula

  • Al menos cuatro palestinos han muerto por los bombardeos israelíes esta mañana

  • Por su parte, las milicias han disparado cerca de 20 proyectiles sin provocar víctimas

  • El presidente palestino Abu Mazen viaja a Egipto para reanudar el diálogo entre las partes

Un hombre intenta apagar las llamas de una persona herida tras un...

Un hombre intenta apagar las llamas de una persona herida tras un ataque israelí en Rafah, en Gaza. REUTERS

Con la propuesta de tregua egipcia aún en el horizonte y la posibilidad de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que imponga un alto el fuego, el enfrentamiento entre Israel y el grupo islamista Hamas cumple hoy 46 días con nuevos ataques aéreos israelíes en la Franja de Gaza y proyectiles palestinos contra el sur israelí.

El portavoz de ministerio de Sanidad en Gaza, Ashraf al Qedra, ha afirmado que 4 palestinos, entre ellos un menor de 14 años, murieron en dos ataques aéreos esta mañana. El ejército israelí indica que anoche la Fuerza Aérea atacó "20 objetivos terroristas, entre ellos lanzaderas de proyectiles y almacenes de armas".

Por otro lado, las milicias han disparado este viernes cerca de 20 cohetes y proyectiles de mortero sin provocar víctimas.

Tras la muerte de tres importantes cabecillas del brazo armado de Hamas, el líder islamista en Gaza, Ismail Haniya avisa que "el camino es largo y las Brigadas Azzadin Al Qassam harán pagar al enemigo un precio muy alto. Sus crímenes solo refuerzan nuestro compromiso con las demandas del fin de las agresiones y el bloqueo".

El brazo armado de Hamas ha ejecutado a 18 palestinos acusados de colaborar con Israel, siete de ellos públicamente de un tiro a la cabeza junto a la Gran Mezquita Omari de Gaza, informa Reuters. Es la primera ejecución en este enclave, una de las principales plazas de la Franja, desde la última en 1990. Las otras 11 personas fueron ejecutadas y sus cuerpos abandonados en una comisaría de policía abandonada, próxima a la ciudad de Gaza.

Según Hamas, son agentes locales que dieron el chivatazo a Israel sobre el paradero de decenas de milicianos y cabecillas muertos esta semana.

Israel calcula que alrededor de 1000 efectivos pertenecientes a los armados palestinos han muerto en esta escalada y denuncia que Hamas impide revelar sus nombres y cadáveres en los hospitales. Según este grupo y fuentes sanitarias de Gaza, sin embargo, la mayoría de los 2070 muertos son civiles. En el otro lado, han muerto 64 soldados israelíes y tres civiles.

No hay duda que la cúpula del brazo armado de Hamas ha sufrido el mayor golpe en varios años. La muerte de su número 3 (Mohamed Abu Shmala) y 4 (Raed Al Atar) además de uno de los principales encargados del contrabando de armas (Mohamed Barhum) se suman al ataque contra el llamado "jefe de la resistencia armada de Gaza", Mohamed Deif. Mientras Hamas niega su muerte en el ataque que acabó el pasado martes con la vida de su segunda esposa y dos hijos, fuentes israelíes estiman que murió.

Pese a las bombas, proyectiles y retórica, Israel y Hamas no descartan volver a la negociación indirecta que lleve a un alto el fuego de cara a una tregua duradera.

"Si hubiera estado en esa casa, no hay duda que estaría muerto pero Abu Jaled (Deif) no estaba así que Israel ha fracasado", asegura un portavoz de Hamas sobre un hombre que en el pasado sobrevivió a cuatro ataques y que lleva más de 20 años en la lista de búsqueda de Israel por su responsabilidad en ataques y atentados suicidas.

La muerte de algunos de los principales jefes del brazo armado de Hamas no corresponde a nueva táctica sino a la oportunidad operativa. Durante las primeras semanas de la ofensiva Margen Protector, iniciada el pasado 8 de julio, los servicios secretos israelíes (Shin Bet) esperaron que alguno de ellos saliera de sus búnkers. Su espera dio fruto en la madrugada del miércoles cuando los tres se reunieron en un edificio perteneciente a un miembro de Hamas en Rafah. Tras la confirmación de la Inteligencia, un caza F-16 destruyó la casa.

"Los terroristas deben saber que les perseguiremos estén donde estén. Nadie en Hamas goza de inmunidad ni sus cabecillas de las Brigadas Azzadin Al Qassam ni sus líderes políticos", advierte el general Yoav Mordejai.

La solución egipcia

El camino a El Cairo pasa por Doha. Tras reunirse ayer en Catar con el líder islamista Jaled Meshal y el emir catarí, Tamin bin Hamad al Zani, el presidente palestino, Abu Mazen llega esta tarde a Egipto para intentar reanudar el diálogo entre las partes.

Pese a las bombas, proyectiles y retórica, Israel y Hamas no descartan volver a la negociación indirecta que lleve a un alto el fuego de cara a una tregua duradera.

Mientras que muchos ministros de su Gobierno se oponen en privado y en público, Netanyahu insiste en la propuesta egipcia para sellar una de las ofensivas más largas de la historia de Israel. El cisma entre Netanyahu y sus ministros más nacionalistas es tan grande como el misterio sobre Deif.

Por otro lado, con una Franja cada vez más castigada, Hamas no puede permitirse una guerra de desgaste con Israel. Su liderazgo, sobre todo el gazatí, sabe que si no acepta la mediación egipcia --aunque le moleste a su aliado catarí y a Meshal-- corre el peligro de que Israel apueste por una salida unilateral o acepte un acuerdo en el ámbito internacional.

Hamas deseaba que Egipto condenara duramente el ataque en Rafah que mató a sus tres cabecillas . El Cairo, sin embargo, no llora su muerte ya que eran figuras clave en la zona fronteriza con Egipto.

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