playa libro

El verano es una de las mejores estaciones del año: hace buen tiempo, estamos de vacaciones y todo ello implica estar tirado en una playa con un buen libro entre las manos. Leer en la playa es uno de los mejores placeres de las vacaciones y uno al que todos los librópatas de pro nos entregamos con entusiasmo. Pero leer en la playa también tiene ciertas consecuencias… Hay ciertas experiencias que todos los que hemos intentando leer alguna vez en la playa hemos vivido.

1. Ver como el viento hace que pierdas la página de lectura

Quizás deberíamos dejar de ir a la playa un día con brisa (o viento huracanado, para que nos vamos a engañar, es difícil leer esos días en los que tienes que vigilar que la sombrilla no salga volando…)

2. Perder el hilo por culpa de los demás…

Y, no, no hablamos de los niños que juegan con entusiasmo haciendo ruido a tu lado. Si el problema no es ese… El problema es la fascinante conversación que tienen los de la toalla de al lado…

3. ¡La marca de los dedazos!

O el momento doloroso en el que te das cuenta de que la crema solar no se había absorbido tanto como pensabas

4. Enfrentarte a un libro que cruje

Quizás igual que sacudes la arena de tus pies al irte de la playa deberías sacudir la arena del libro…

5. El dolor de quedarte sin lectura

Especialmente doloroso cuando estás de vacaciones en algún destino de playa en el que no hay mucha oferta de libros para leer

6. Hacer la maleta

Muy relacionado con el anterior: ese momento difícil en el que tienes que decidir qué libros te vas a llevar a tus vacaciones en la playa

7. Encontrar la posición

O lo que es lo mismo: probar todas las combinaciones posibles hasta encontrar cómo leer cómodamente (sabiendo que no lo vas a lograr nunca…) Soñar con ser como esos señores que se traen sus sillitas a la playa

8. El dolor general corporal

El efecto inevitable de lo anterior. Tanto probar postura para no encontrarla hace que acabes pagando el precio.

9. El familiar/amigo ‘pausa de la publicidad’

Como esos anuncios que siempre llegan en el momento álgido de la película, la serie o el programa que estás viendo, también hay alguien así en el entorno cercano cuando estás leyendo en la playa que se empeña en hablarte en los momentos más interesantes.