Pese a que la empresa asegura que el uniforme corporativo de verano es «el más fresco posible», el fabricante de lencería Intimissimi no ha logrado convencer a sus empleados para que luzcan las bragas de encaje y el sostén oficiales de la nueva temporada Primavera-Verano. «Ni un tanguita de la línea básica, ni un camisón vaporoso con una cenefas preciosas que hemos diseñado expresamente… se niegan a ponerse nada», lamenta un portavoz del grupo Calzedonia, al que pertenece la firma.
La directiva estuvo reunida ayer varias horas con la plantilla, intentando llegar a un acuerdo. El director de operaciones llegó a desfilar en la sala de juntas con una braguita pantalón y un sensual fular de seda azul eléctrico. «No conectaron con la propuesta y hasta se oyeron risas. Parece mentira que estén tan poco familiarizados con el producto que ellos mismos elaboran», se quejaba el directivo.
Aunque parte de los empleados llegó a aceptar llevar la lencería por debajo del mono habitual de trabajo a cambio de una mejora en sus condiciones laborales, finalmente la negociación quedó estancada y hubo incluso amenazas de huelga. «Me da igual que sea gratis, me da igual que me dejen elegir el color que quiera, tengo 45 años, peso 95 kilos y soy un hombre que no quiere llevar bragas, no es tan difícil de entender. ¿Si trabajáramos en Dodot también nos obligarían a llevar pañales?», preguntaba ayer uno de los trabajadores de Intimissimi.
«Los empleados de Dodot llevamos pañales desde siempre y es un orgullo para todos porque sentimos la empresa como nuestra y estamos encantados con el producto que fabricamos», han respondido desde la plantilla de Procter&Gamble, cuyo líder sindical lleva un disfraz de hipopótamo desde que se presentó la conocida mascota de la marca en 1986.