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29 Diciembre de 2016 15.12

Umana, creado por Jorge Gronda, es un sistema de salud público que compite con las prepagas tradicionales. ¿De qué se tratá

La vida se nos escurre hasta que, por alguna razón, tomamos el control. Para el doctor Jorge Gronda, ese momento llegó cuando, mirando una ecografía posoperatoria, se dio cuenta de que se había olvidado una gasa dentro de una paciente. ¿Qué hacer? ¿Mentir y justificar una nueva operacióñ

Gronda decidió que lo mejor era la verdad: le explicó a su paciente lo que había pasado y le ofreció hacerse cargo de los costos de la nueva intervención. La paciente aceptó y, al día de hoy, mantienen una relación de extrema confianza.

Pero esa experiencia marcó un antes y un después para Jorge. Su vida de cirujano y ginecólogo exitoso, de terrateniente jujeño privilegiado, de referente social, pasó a un segundo plano.

Cansado de todo, decidió emprender algo totalmente alejado de la medicina: la crianza de vicuñas, y, en una charla con coyas en el cerro, expertos milenarios en cómo cuidar a los animales, lo reconoció Rosario Quispe, fundadora de la asociación Warmi Sayajsungo, que trabaja para mejorar la infraestructura, la salud y la educación de las comunidades norteñas. Fue un diálogo corto, pero Quispe le aconsejó muy firmemente: “¿Doctor, por qué no deja las vicuñas y ayuda a las coyas, que nos estamos muriendó”. La propia tía de Quispe había muerto de cáncer de cuello uterino hacía apenas tres meses.

Toda su vida, Jorge Gronda convivió con los dos mundos, el campo y los lugareños de Jujuy, y el sistema de poder machista, autoritario y clasista que su familia, en parte, ayudó a instaurar. El mismo esquema que hace que el 30% de las mujeres latinoamericanas puedan solamente aspirar a ser empleadas domésticas, sin posibilidad de acceso a los adelantos y beneficios básicos disponibles para el resto de la población.

La realidad es que, en promedio, las coyas de la puna jujeña son madres a los 12, principalmente producto de abusos, y a los 20 ya tienen siete hijos, si tienen la suerte de estar vivas y sanas. En toda América latina, mueren 90.000 mujeres al año por cáncer de cuello de útero. Muertes innecesarias y evitables con un simple test de HPV.

El cambio

Determinado a generar un cambio, Jorge comenzó a viajar a los pueblos para atender a las campesinas, sin cobrarles. Pero la atención gratuita no es sostenible ni escalable, y las mujeres lo sabían.

“Mis amigos de derecha me decían que, si el lucro no es el fin, la cosa no funciona; mis amigos de izquierda, que sería un cerdo capitalista si les cobraba”. Por suerte, las mujeres jujeñas eran más inteligentes que los amigos de derecha y de izquierda del médico. Ellas querían y podían pagar; juntaron plata y se la hicieron llegar al doctor, para garantizar la continuidad del acceso a la atención.

La incursión en búsqueda de financiamiento por el mundo de las fundaciones y las ONG fue breve. Todas las donaciones venían con algún tipo de condicionamiento que hacían que fuera inviable desplegar todo el potencial del emprendimiento y lograr el impacto positivo buscado.

Fue tiempo después, en el consultorio, que una campesina vio que otras mujeres pasaban a la consulta sin entregar dinero, solo papelitos, y preguntó por qué. La respuesta, con la contundencia de la simplicidad, dio origen a Umana, un sistema de salud pública que hoy cuenta con más de 100.000 afiliados en Jujuy y Salta y 20.000 en el sistema replicado en Colombia.

¿Cómo funcioná

La lógica es sencilla: en el sistema de medicina prepaga tradicional, los médicos de cartilla reciben entre $ 200 y $ 250 pesos por consulta, y cobran a 90 días. En Umana, el asociado abona ese mismo precio, pero en efectivo y directamente al profesional. La ganancia queda totalmente en manos del prestador. Cuando se requieren prácticas más complejas y costosas, se puede utilizar el Banco de Salud, que financia cirugías en 6, 12 o 24 cuotas y ofrece planes de ahorro previo para partos.

El volumen de servicios que contrata, el conocimiento de los costos verdaderos y el pago al contado permiten que Umana acceda a precios justos en su red de prestadores, que se transmiten transparentemente a sus usuarios, sin comisiones de intermediario. “Me di cuenta de que el sistema funcionaba cuando vi a mi hija en la clínica al lado de una campesina esperando para atenderse con el mismo médico”, cuenta Gronda con orgullo.

Costos

Umana cubre sus costos de estructura únicamente con las cuotas anuales de los afiliados, en promedio 10.000 al año entre nuevos asociados y renovaciones, y la cobertura crece con su red de prestadores que incluye clínicas, consultorios particulares, profesionales independientes, centros de diagnóstico, laboratorios de análisis clínicos, farmacias y ópticas, entre muchos otros.

Para formar parte de la red, basta con que los profesionales asuman la responsabilidad de tratar a todos los pacientes por igual y a cobrar la consulta al precio que les fija la prepaga o similar. Esto ocurre naturalmente cuando se dan cuenta de que el volumen de pacientes es grande (y potencialmente enorme), que no hay órdenes ni autorizaciones que aprobar ni resúmenes mensuales que verificar, que no hay diferentes planes que incluyen o no las prácticas, y que cada consulta fortalece la salud del cashflow.

La nueva fase en desarrollo es mHealth y HealthTech, que aprovecha la tecnología para ampliar el alcance y la inmediatez de los servicios. Este año, firmaron un acuerdo con la red Mamotest, por el que las mujeres visitan un centro adherido para realizarse la mamografía. Las imágenes se envían digitalmente a un centro especializado de diagnóstico en Corrientes y la paciente recibe el resultado en el día.

Cuando se requiere una segunda opinión, hay un acuerdo con un centro en Estados Unidos. En la práctica, una mujer se realiza un estudio en la Puna y un especialista podría estar viendo las imágenes a las pocas horas en Estados Unidos por un costo de $ 500.

El sistema de salud

Además de beneficiar a gran cantidad de mujeres que hasta ese momento no tenían acceso a la salud en condiciones dignas y de mejorar las condiciones generales de la región, recibió en 2009 el Premio Mundial Empresarial y de Desarrollo junto a nueve compañías elegidas por Naciones Unidas por colaborar con los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Umana también tiene el apoyo de entidades como la OMS, el BID y Ashoka, la red internacional de Emprendedores Sociales Innovadores más influyente del mundo, por su probabilidad de lograr un impacto de escala a nivel global.

La Fundación Schwab premió al doctor Gronda en 2005 como Emprendedor Social del Año y lo llevó a contar su experiencia al Foro Económico Mundial de Davos, Suiza. Incluso la Universidad de Harvard lo consideró el sistema de salud más inclusivo y de mayor excelencia del mundo.

“Estamos democratizando el acceso a la salud. Por primera vez en 40.000 años, la gente va a tener el poder de decidir cómo usar la medicina”, dice Gronda. Tantos premios, tanto reconocimiento internacional.

¿Por qué no se expandió, todavía, a toda la Argentiná

¿Por qué, si con un costo anual promedio de $ 1.500 podríamos cubrir el 80% de nuestras necesidades de salud, seguimos pagando esa cifra, o más, por mes, y no optamos por un sistema como Umana en la Argentina, Bive en Colombia, Toth en Chile o Cartão de TODOS en Brasil?

La industria de la salud es un negocio millonario, en manos de pocos, que está comenzando a transitar cambios que pueden modificar radicalmente cómo vemos y usamos los servicios médicos. Será cada vez más común enterarse de alianzas como la que firmaron este año Uber, Airbnb y la start up uruguaya Connectus Medical, que ofrece a los 50 millones de personas en el mundo que necesitan hemodiálisis la posibilidad de transportarse y alojarse en lugares preparados para cubrir todas las necesidades que puedan llegar a tener.

En la era de la disrupción, quizá es hora de soltar los miedos, de dejar la codicia de lado y confiar en nuestra capacidad de rearmar el sistema, sin base ni punta. Quizá sea hora de confiar en nuestra capacidad de ser humanos.

Por Ignacio Valencia Ru

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