Economía

EL FUTURO DE LA AVIACIÓN

Así será volar entre Big Data y maletas 2.0

La maleta conectada de Lufthansa y Rimowa, capaz de mostrar la tarjeta de facturación de forma electrónica. RIMOWA

Lufthansa imagina un futuro muy presente donde el Big Data nos ofrecerá una experiencia de vuelo más personalizada y en la que Internet a bordo será un derecho.

Desde que se realizara el primer vuelo comercial de la historia, el 7 de noviembre de 1910, hasta hoy, muchas son las cosas que han cambiado en estas lides: los aviones son cada vez más rápidos, cómodos y seguros; mientras que los aeropuertos se han convertido en viejos conocidos de muchos de nosotros.La siguiente era pasa por la digitalización.

Carsten Spohr, CEO de Lufthansa, ha defendido que 2017 es «el año de la digitalización» de su aerolínea, entendida como una evolución de la experiencia de vuelo y no como una disrupción completa a la imagen y semejanza de otros sectores de actividad. «Nuestro negocio al fin y al cabo sigue siendo mover a gente del punto A al B de forma segura.Pero ya desde hace dos años, identificamos la innovación y la digitalización como un punto esencial para mejorar la experiencia y la inspiración de nuestros pasajeros en torno al avión», explicó el directivo durante el Digital Aviation Forum, celebrado en Frankfurt la pasada semana.

Pero que nadie piense que esta transformación digital no se queda en una mera comparsa de la industria de la aviación: «Queremos prepararnos para la tercera dimensión de la digitalización; aquella en la que se abran nuevos mercados en torno a lo digital y no sólo como mejora de nuestro actual núcleo de actividad», añade Spohr. «No queremos ser superados por actores nativos digitales, como ha sucedido en el sector hotelero o de transporte por carretera, queremos estar en esa batalla». Un campo de guerra en el que los móviles serán las ballestas y los datos emergerán como los nuevos soldados al servicio de la aerolínea: «Hay pocas compañías en el mundo con acceso a tanta información como nosotros, lo cual es a la vez una oportunidad y un gran reto de seguridad y confianza».

Es por ello que una de las grandes innovaciones de Lufthansa en los últimos tiempos tiene al Big Data como protagonista.Se trata de SMILE, una herramienta con la que la empresa alemana ha conseguido consolidar un gran volumen de datos (información personal de los vuelos, los perfiles de los programas de fidelización, estudios de mercado e, incluso, información procedente de beacons y otros dispositivos conectados en aeropuertos) para analizar mejor el perfil de cada cliente, ofrecer recomendaciones y ofertas personalizadas en tiempo real, tanto a la hora de comprar el billete como una vez que está esperando su vuelo.

Antes del vuelo

Volar no es solo despegar, surcar los cielos y aterrizar. Antes del viaje, está el tedioso pero imprescindible paso de preparar nuestra maleta para los días venideros, una etapa artesanal y no exenta de quebraderos de cabeza que, ahora, las aerolíneas quieren solventar. O, dicho de otro modo, cubrir con un manto digital toda la experiencia de volar con equipaje.

Una de las curiosidades más prácticas que se pudieron ver en el Digital Aviation Forum estaba relacionada con el equipaje. Y es que, ¿quién no se ha desesperado en la cola para facturar una maleta o para imprimir tediosas etiquetas en su casa? Ahora, Lufthansa y Rimowa han creado unas novedosas maletas que cuentan con una pantalla de tinta líquida en la que, con la magia de una sencilla app móvil y una conexión Bluetooth, se muestra la etiqueta necesaria para su embarque. Asimismo, gracias a estas maletas inteligentes, podremos seguir el camino de nuestro equipaje en todo momento, incluso gestionando su reclamación en caso de pérdida en tiempo real y desde la propia aplicación móvil. De hecho, incluso podremos recibir al instante las compensaciones oportunas en forma de bonos de Amazon y otras tiendas online, así como transferencias de PayPal.

En el aire

Una vez que el avión ha despegado, la experiencia digital enfrenta un desafío de enormes proporciones: la conexión a Internet. En ese sentido, Lufhtansa fue una de las aerolíneas pioneras en incorporar esta tecnología en sus vuelos de larga distancia, algo que quieren replicar ahora en los trayectos de corto y medio alcance. Para ello, la aerolínea ha incorporado unas novedosas antenas capaces de reorientarse automáticamente para apuntar siempre a alguno de los tres satélites que la compañía Immarsat ha desplegado para ello.

El reto de la compañía pasa por incorporar esta tecnología a todos sus aviones para el segundo trimestre de 2018. «El 50% de los pasajeros en Europa preferirían una conexión WiFi al sándwich que se sirve a bordo de los vuelos», defienden desde la empresa. Un placer mundano en la tierra, pero que se convierte en un objeto de deseo y lujo en cuanto nos subimos a un pájaro de metal.