Hace mucho que una marca dejó de ser “aquello que distingue un producto o servicio de otro”, hoy las marcas mueven sociedades, países y hasta el mundo entero. Le hemos inyectado tanto poder que llegan a convertirse en propósitos -que digo propósitos- en parte de nuestra vida y hasta le agarramos cariño. Todo lo que involucra una marca es un tema que no tocaré aquí -además de ser bastante complejo- sin embargo, sabemos que lo que logra moverlas son las experiencias que tenemos con ellas, los sentimientos que nos evocan, las vivencias que experimentamos usándolas etc. Y resulta evidente que como consumidores queremos más y pedimos más. ¿Cómo saber que vamos por buen camino? No cuesta mucho darse cuenta que el branding es algo más que la creación de una marca, implícitamente es fácil ver cómo te va mostrando de qué manera necesita gestionarse y es allí cuando debemos poner atención y escucharla como amigo atrapado en la friendzone. Cuando una marca apenas se muestra al mundo parece que todo va lento y tardaremos en ver alguna señal positiva, pero como la marca no está 100% resuelta en el manual corporativo, nuestro deber es mantener firmemente la propuesta de valores con la que se gestó. Existe alguien que se ocupa de eso y el término para hacer que aparezca es “Brand Guardian” y se dedica a controlar, detectar, regular y optimizar las diferentes activaciones de tenga la marca. Brand Guardian o te observo desde mi ventana En un proyecto inmobiliario no existe un área más importante que otra, son diversos los departamentos que aportan al crecimiento del proyecto en sí y aun cuando eso suma al perfeccionamiento de la gestión de la marca, los resultados finales van a arrojar inconsistencias, percepciones erradas, incoherencias, incompatibilidades etc y nadie quiere invertir en un nido de locuras. ¿Por qué aunque trabajemos y proveamos para nuestras áreas/departamentos todo se vuelve un desastre?, porque nadie verifica que estamos haciendo, cómo lo hacemos y si realmente le funciona a los demás eso que hacemos. Resulta idílico cuando todos aportan valor a sus respectivas marcas pero si nadie regula los procedimientos o mecanismos con que vamos a ello, posiblemente estemos en caída libre y no al éxito. Cosas tontas ¿Qué pasa si una conocidísima marca de ropa interior sensual y erótica incluye así como por cosas del destino en su vitrinismo ropita de bebé? O ¿Qué ocurre si mi trabajo en la compañía es excelente pero perjudica a dos departamentos más? Y una última ¿y si nuestro community manager postea material viral de cualquier índole y somos un centro de salud?, tranquila(o) que yo respondo por ti. Estamos fallando y muy mal. Como vimos en los casos anteriores, la coordinación, la coherencia y muchas veces el sentido común cobra significado en los resultados que queremos obtener, por lo que la figura del Brand Guardian surge de quienes de manera organizada y centralizada pasan un filtro de calidad ante cualquier material expresivo de una marca (externa o interna), mejorando el material que recibieron inicialmente. Tal vez a la final todos seamos guardianes de la marca, pero el ejercicio del Brand Guardianship debe llevarlo un equipo profesional que estudie a diario las incidencias de la marca, además, no solo se trata de vigilar sino de facilitar y garantizar los valores junto a la identidad de la marca y que estos se ejecuten de manera correcta. Brand Guardianship ¿Cómo funciona la cosa? Pues te digo de una que puede ser confuso pero principalmente es así: La empresa en cuestión debe evaluar que tal anda en eso de la optimización de la marca, si ciertamente la empresa monitoriza la marca y la evalúa regularmente deberá reunirse con todos en la compañía y juntos comentar sobre los aportes que más beneficios han traído para maximizarlos y crear estrategias fuertes y sólidas, pues el Brand Guardianship ayuda por sí solo a generar una buena vinculación de marca con los consumidores, aumenta la eficacia y eficiencia de las iniciativas y acciones, crea una mejor cultura de marca interna y potencia las buenas prácticas entre los equipos y áreas de la compañía. Pero si por el contrario no tenemos ni idea de dónde empezar lo recomendable siempre es salir del Off Brand determinando lo que necesitas, a quienes necesitas y qué quieres lograr con esas acciones en relación a la empresa y la marca, lo que venga después va a ser más fácil. No todo son gastos Uno de los problemas más comunes al momento de incluir nuevos profesionales (o cuando se forman académica o técnicamente a empleados en nuevas áreas) es creer que un gasto astronómico de dinero garantiza los beneficios y no es así. La importancia de gestionar las marcas correctamente nos da una ventaja competitiva muy importante: evitamos que todo el dinero que ya tenemos presupuestado para medios, publicidad, redes sociales etc se evapore y en su lugar se transforme en valor para la marca. Construir una marca no es fácil por lo que mantenerla tampoco debería serla.
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