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¿Hay vida ahí fuera?

El exoplaneta más próximo a nosotros reaviva el gran sueño de la ciencia y el pensamiento: la búsqueda de vida extraterrestre

Javier Sampedro
Recreación artística del planeta Proxima b y su estrella
Recreación artística del planeta Proxima b y su estrellaESO/M. Kornmesser

Nuestra especie ha pasado por unas cuantas revoluciones del conocimiento, desde el giro copernicano que nos señaló nuestro lugar en el cosmos hasta la relatividad einsteniana que hizo de ese lugar un organismo vivo, donde el tejido del espacio y el tiempo percibe la materia cercana y se curva para dictarle cómo ha de moverse. Pero ningún descubrimiento perturbaría tanto nuestra percepción del mundo, y de nuestra posición en él, como el hallazgo de vida inteligente ahí fuera. No solo devastaría el fundamento de toda religión –la idea de que somos únicos en la creación— y desmantelaría cualquier idea filosófica basada en la peculiaridad de la naturaleza humana, no solo nos dejaría estupefactos y maravillados, sino que permitiría someter a prueba el enigma central de la biología: hasta qué punto somos producto del azar, y hasta cuál de las leyes de la naturaleza.

No hemos encontrado vida inteligente, ni vida alguna, en ninguna parte del cosmos a la que hayamos mirado, pero lee en Materia cuál es el candidato número uno para buscarla. Está ahí, a solo unos pocos años luz, orbitando sobre la estrella más cercana al sistema solar, Próxima Centauri. No es el único exoplaneta que está en la zona habitable de su estrella (los astrónomos han descubierto ya otra docena, y sin duda hallará muchos más), pero sí el más cercano a nosotros, el que tenemos más a mano. Incluso antes del descubrimiento, de hecho, ya había un proyecto del fundador de Facebook, Marck Zuckerberg, y el magnate ruso Yuri Milner, apoyado nada menos que por el físico teórico Stephen Hawking, para alcanzar Próxima Centauri en 20 o 40 años. El hallazgo de Próxima b, el exoplaneta más cercano a nosotros, estimulará sin duda ese proyecto rompedor y arriesgado, y también la construcción de unos telescopios con un poder de resolución sin precedentes.

Son buenas noticias para la astrofísica y las ciencias del espacio. Cuando vamos a cumplir 60 años del primer vuelo de Gagarin, y ya hemos cumplido 40 de nuestro último viaje tripulado a la Luna, las agencias espaciales tienen sed de aventuras que estimulen los sueños de la humanidad, el vértigo metafísico que supone explorar otros mundos, y Próxima b será un magnífico gancho para la próxima odisea del espacio. Disfruten del viaje.

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