Golpes de calor

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El buen tiempo y el sol propios del verano permiten que podamos disfrutar del aire libre con nuestros bebés o niños. Disfrutar de la playa, montaña, tiempo libre o vacaciones es lo que sin duda invita el tiempo estival, sin embargo debemos tener especial precaución con el sol, ya no sólo por su exposición directa, sino por el riesgo de sufrir un posible golpe de calor o insolación.

Los adultos también corremos el riesgo de poder sufrirlo, pero los bebés son una población de alto riesgo ya que su organismo aún no sabe autorregular su temperatura según sea la temperatura del exterior. Hasta que no alcanzan el primer año la termorregulación no comienza a funcionar adecuadamente.

Los golpes de calor se suceden cuanto se produce una elevación repentina de la temperatura corporal debido a :

• Alta temperatura exterior
• Alta humedad en el ambiente
• Mala ventilación

Son mucho y muy diversos los síntomas que se pueden producir ante un golpe de calor, pero entre los más frecuentes nos encontramos:

• Nauseas
• Dolor de cabeza
• Aumento de la temperatura corporal (más de 37,3 grados)
• Adormilamiento
• Desmayo
• Confusión

Por otro lado, la insolación es otro tipo de golpe de calor pero concretamente de debe a una exposición directa a los rayos del sol.

Sus síntomas son exactamente los mismos pero también se incluyen las quemaduras de primer o segundo grado.

¿Qué precauciones podemos tomar?

Siempre debemos procurar que haya una correcta ventilación y temperatura en todas las estancias de la casa, recurriendo a ventiladores, procurando que las corrientes nunca den directamente sobre el bebé. Se puede usar el aire acondicionado en caso de días de gran calor, pero nunca deben dar directamente sobre el bebé y deben ser siempre temperaturas suaves.

Si tenemos que salir al aire libre, debemos procurar siempre evitar las horas de mayor calor, asegurarnos de que el bebé lleve una ropa cómoda y ligera de colores claros y a poder ser de algodón o fibras naturales, y debemos cuidar siempre la hidratación del bebé (administrarle agua, frutas…)

Líquidos y fruta para evitar posibles golpes de calor

Si vamos a desplazarnos con el coche, es conveniente que ventilemos y refresquemos el interior del coche y, sobre todo, nunca debemos dejar al bebé o niño solo dentro de él, además de que no es seguro dejar sin vigilancia a un bebé, el interior del coche se calienta rápidamente y ello sumado a la incapacidad de regular la temperatura corporal es mayor la probabilidad de que se pueda desembocar un golpe de calor.

¿Qué hacemos si el bebé o niño no parece encontrarse bien?

Lo primero que tenemos que hacer es:

• Llevarle a una estancia o lugar con un ambiente fresco, ventilado y con sombra para que disminuya su temperatura corporal.
• Ofrecerle líquidos que no estén excesivamente fríos
• Si la temperatura de su cuerpo supera los 38 grados le podemos administrar ibuprofeno o paracetamol
• Si el niño se encuentra mareado podemos tenderle en el suelo con los pies elevados
• Una vez tomadas estas medidas, si los síntomas no disminuyen progresivamente o si el bebé o niño parece empeorar, debemos acudir rápidamente a urgencias.