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Ruth Toledano, agredida en el Toro de la Vega: “Es una muestra de la violencia que se respira”

El Toro de la Vega, en la que un morlaco es lanceado hasta la muerte, congrega a unas 35.000 personas./ William Criollo.

Alberto Ortiz

La colaboradora de eldiario.es Ruth Toledano ha sufrido este martes una fuerte agresión en la espalda cuando asistía a los polémicos festejos del Toro de la Vega, en los que cada año un grupo de vecinos de Tordesillas alancea a un toro hasta matarlo. En esta ocasión, la hostilidad vecinal ha sido una constante, especialmente contra los activistas y los periodistas presentes. Durante el día, muchos vecinos han increpado e insultado a los que participaban en las protestas antitaurinas y han arrojado piedras contra algunos de ellos provocando heridas graves a una activista que ha tenido que ser atendida.

¿Cómo era el ambiente al principio de la celebración?

Como otros años desde primera hora de la mañana se ha empezado a concentrar la gente del propio pueblo y también de otras zonas y aficionados que viven en otros sitios. Como desde hace años se espera que vaya gente contraria había mucha tensión previa.

¿A qué se debe el aumento de la hostilidad en esta ocasión?

Yo lo atribuyo a dos cosas. En primer lugar, sabían que la protesta iba a ser muy numerosa porque muchos políticos se han unido al rechazo e incluso han participado en la manifestación contra el Toro de la Vega. Muchos medios de comunicación se han hecho eco de las protestas y gran parte de la sociedad se está uniendo a esta corriente en contra del festejo en Tordesillas.

Y por otro lado, después de que Leo Harlem retirase su intención inicial de ser el pregonero de este año, los organizadores han recurrido a André Viard –gurú de la tauromaquia y cabecilla del lobby taurino– que es un tipo muy violento y que ha proclamado un pregón en el que ha relacionado al Partido Animalista con el integrismo. Luego ha dicho que el integrismo lleva al fanatismo, y el fanatismo al terrorismo. “El Toro de la Vega es un acto de defensa de la libertad de las minorías”, ha llegado a decir.

¿Cuándo han comenzado los incidentes?

Una hora antes de que comenzara la suelta del toro, que a no ser que haya algún problema suele ser a las 11.00, un grupo de activistas se ha concentrado en la zona donde el toro tenía que salir. Ante la concentración de ese grupo de personas, se ha generado mucha tensión verbal. Los tordesillanos han irrumpido con insultos y ha comenzado a generarse mucha hostilidad hacia estos activistas. En un determinado momento la Guardia Civil ha agrupado a los activistas y se los ha llevado a rastras y a empujones.

¿Ha podido comprobarlo en persona?

Sí. Yo estaba haciendo fotos de todos los hechos que acabo de relatar cuando un individuo me ha comenzado a increpar y a decirme de mala manera que me fuera a otro sitio. Me ha dicho que a todos los periodistas nos iban a matar, que éramos escoria y a continuación me ha llamado puta, guarra y un largo etcétera de insultos semejantes. Era un señor mayor y asqueroso. Es en ese momento en el que yo he visto que un montón de activistas se habían encadenado a la zona por donde sale el toro porque hay un reglamento interno que dice que si hay peligro para los participantes, el toro no puede salir. La idea era retrasar la salida hasta las 12.00 para que se cancelara.

Pero no se ha conseguido.

No. Yo iba en mi camino hacia los activistas para hacer fotos pero el señor de antes me ha seguido y ha continuado increpándome. Acto seguido me ha pegado un puñetazo fortísimo que me ha dejado tirada en el suelo. Allí tumbada me ha zarandeado y varias personas le han acompañado. Pero la agresión que he sufrido no es más que una muestra de la enorme violencia que se respira allí.

¿Cómo ha actuado la policía?

Había numerosos agentes de policía que lo han visto todo. Tanto a pie como a caballo. Cuando finalmente he conseguido levantarme me he dirigido a ellos para que detuvieran al agresor. Todo lo que he recibido por respuesta ha sido un gesto de un policía hacia el otro. Uno de ellos me ha cogido del brazo y me ha conducido donde estaban retenidos los demás activistas a pesar de que yo he insistido en numerosas ocasiones que era una periodista.

¿Y ahí han acabado los incidentes?

En absoluto. He conseguido escaparme y asistir al resto de la “celebración” o como se quiera llamar. Pero la tensión y la violencia eran tan grandes que de pronto los vecinos han comenzado a arrojar piedras a los activistas que quedaban. Uno de los pedruscos ha alcanzado a una chica y la ha dejado inconsciente, sangraba muchísimo y, aunque al final no ha ocurrido nada grave, podría haber sido una tragedia. Un año de estos va a pasar algo muy gordo si continúa este festejo, una muerte o heridos de mucha gravedad.

Imagino que habrá gente en el pueblo que no esté de acuerdo con el Toro de la Vega, ni con la violencia hacia los activistas.

Es cierto que pese al clima de violencia general que se vive en la localidad hay mucha gente que esta celebración le causa repulsa y que no está para nada de acuerdo. El problema es que tienen tanto miedo a la reacción violenta de los demás vecinos que no muestran públicamente su rechazo. Al PACMA han llegado declaraciones anónimas en las que se relata el miedo a expresar en público la condena al Toro de la Vega. No lo pueden decir.

Después del impacto mediático que está cobrando esta cita, ¿cree que el fin del Toro de la Vega está próximo?

El fin de esta barbarie está próximo, eso está claro. No sé si en un año, en dos o en tres pero seguro que va a acabar pronto. La sociedad actual no soporta una cosa así, un nivel de violencia tan brutal, ya no solo contra el animal sino entre los vecinos, violencia policial, etc. Pienso que un pueblo que es famoso en el mundo entero por imágenes como las de hoy no puede aguantar una presión social así durante mucho tiempo. Pese a que es una fiesta de sospechoso interés turístico, lo cierto es que los únicos extranjeros que asisten son activistas italianos, franceses o alemanes que no entienden cómo se pueden producir actos semejantes en pleno siglo XXI.

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