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Quienes visitan regularmente esta bitácora conocen mi interés el tema del trabajo sexual. Mi insistencia data de cuando trabajaba activamente en la prevención de VIH y coordinaba talleres cuyo grupo meta eran las mujeres. En aquel momento participé en un taller que me hizo cuestionarme hasta el día de hoy ese realidad personal de pronfundas, implicaciones sociales, que en la sociedad cubana se le llama prostitución, y que si está ligada al turismo internacional se le nombra jineterismo.

Sin embargo, para mi «puta» o «jinetera» no son términos despectivos, pues como feminista me apropio del lenguaje para resignificarlo. Es más, la palabra «puta» me encanta (tanto o más que «tortillera») pues en cierto sentido hablan de mujeres que hacen sus cuerpos, vidas y destinos lo que ellas quieren.

Por otro lado, la música, como una de las expresiones artísticas que pone a circular ideas rápidamente, ha abordado con insistencia este tema; si bien en todos los casos no queda muy claro el mensaje, lo que tampoco es de extrañar puesto que el trabajo sexual es una temática que suele dividir públicos.

Ojalá un día en la Isla se sienten putas, decisores de políticas públicas y clientes a pensar que hacemos para que estas mujeres no sigan siendo depositarias de la hipocresía de la sociedad cubana que prefiere sacrificarlas recluyéndolas en un «centro de mujeres aseguradas», a pesar de que la prostitución no sea delito. Una amiga abogada lo explica de la siguiente manera:

La prostitución en Cuba no está enmarcada como una figura delictiva, pero cae dentro de las prohibiciones sociales, dada la política del país. Por lo tanto, si esta se ejerce con ayuda de un tercero que se beneficia, cae dentro del delito Proxenetismo y trata de persona, y por ahí se sanciona. En el caso contrario, se le aplica a la mujer índice de peligro como una medida pre-delictiva. Este índice de peligro puede llegar hasta la limitación de libertad por cuatro años, recluida en un centro de estudio-trabajo. Las primeras medidas se toman con la intervención del jefe de sector en el área de residencia, a través de actas de advertencias, reuniones con el grupo de prevención, y luego si la conducta se mantiene se le abre un expediente de peligrosidad y se juzga en un tribunal como si fuera un delito común.

Retornando a la música y su valor para hacernos pensar en esta realidad hay dos temas cubanos sobre la prostitución que me encantan. Uno de ellos, «Le llaman puta» del grupo Obsesión, de la cual he compartido la letra en esta bitácora y que hoy la encontré en Youtube, aunque no me satisfacen del todo las imágenes que han asociado a dicha lírica.

Esta una canción que de alguna manera pone la responsabilidad del comercio sexual no en la mujer sino en el complejo sistema de relaciones sociales que hacen que ella encuentre como solución a la precariedad material de su vida el ejercicio del sexo comercial. No lo dice todo sobre el asunto, pero es sin dudas un acercamiento y honesto a la temática.

Hombres, dos puntos (:) MIERDA
Esa es la conclusión de su vida
En el barrio hay muchas que también concuerdan
Solo un poco de hierba para no pensar y a trabajar!!!
Obligada a hacer lo que no desea,
le huye a la idea
Pero la miseria tiene la cara fea aunque no se crea
Y entonces lo que sea !!!

«Pasaporte» de Alexander Abreu y Havana D’ Primera, es el otro tema que quiero destacar . El autor, como Obsesión, no se dedica a acusar a la mujer, sino que la sitúa en el contexto de una sociedad compleja. Esas «caritas de pasaporte» mujeres casi todas (los hombres dentro de esta práctica están prácticamente invisilizados) que, como le escuche decir públicamente a Krudas Cubensi en una presentación en la UNEAC, mantienen a sus familias, viajan cada año a la Isla, llevando mucho más que pacotillas en sus maletas (habría que saber con certeza cuánto ellas aportan al PIB nacional).

Ella dice que la vida se le da bien dura
Con los problemas, con la censura
Que por eso, necesita un pasaporte

Imprescindible caminar por otras tierras
Al precio que sea necesario
Sin lucha, sin guerra

Nadie sabe bien, lo que se esconde en su alma, que en silencio va del brazo de una copa
Desahogándose, embriagando la esperanza, de ser libre de empezar a caminar, sin fin
Nadie sabe bien, lo que se esconde en su alma, que en silencio va del brazo de una copa
Desahogándose, embriagando la esperanza, de ser libre de empezar a caminar

En mi opinión, las jineteras no son ni más ni menos que quienes hacen jineterismo profesional (si, esa gente que va a los eventos con la intención de conocer extranjeros y crear una relación de «amistad» ), se buscan una beca (para desintoxicarse de la asfixiante Isla) o se mantienen casadas con sus esposos porque ellos ganan un buen salario o son los padres de sus hijxs. Todo me parece plausible y humano. Pero la sociedad cubana solo levanta el dedo para señalar a las primeras.

Una respuesta a “Carita de pasaporte (+vídeo)”

  1. ¡Cuántas almas infames y manchadas
    En no tocados cuerpos cristalinos!
    ¡Cuántas almas de virgen perfumadas
    En cuerpos comerciados y mezquinos!

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