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      Qué compraría una experta si un mecenas pagara la cuenta

      Victoria Noorthoorn, la directora del Museo de Arte Moderno, eligió obras de cuatro artistas que le gustaría sumar a la institución. El precio: 102 mil dólares.

      Qué compraría una experta si un mecenas pagara la cuentaAutorretrato. De Flavia Da Rin. “Es simple, bella y de una humanidad concreta”, define Noorthoorn. Diego Waldmann

      La directora del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA) está entusiasmada. "Si uno pudiera, se llevaría todo de acá", fantasea Victoria Noorthoorn. La propuesta de Clarín es recorrer la edición 25 de arteBA como si un mecenas anónimo le permitiera comprar obras para enriquecer la colección del MAMBA, sin limitaciones de presupuesto. La curadora elegirá cuatro trabajos con características disímiles, por un total de 102 mil dólares.

      La primera selección: la brasileña Lucía Koch. "Es una creadora que juega con las sensaciones, la urbanidad, la arquitectura y la luz", comenta. "En su trabajo, trata de modificar aquello que percibimos como algo cotidiano", dice la curadora y licenciada en Historia del Arte. En el espacio de la Christopher Grimes Gallery, de Santa Mónica (EE.UU.), se destaca Air. Se trata de un cortinado de seda de 7 paneles en forma de letra L, de por lo menos dos metros de altura. Tiene colores que remiten a la naturaleza, desde el ocre de la tierra y el ocaso, debajo, al azul del cielo en lo más alto. La obra se mueve suavemente todo el tiempo y en especial con el paso cercano de la gente. "Altera la percepción, es envolvente, con teatralidad, tiene que ver con lo femenino y con los estados de ánimo", explica Noorthoorn. "De alguna manera, vuelve al aire corpóreo y te obliga a detener la marcha y pasar suavemente", argumenta. Este trabajo de Koch cuesta 35 mil dólares.

      La búsqueda continúa. La directora del MAMBA -en arteBA, además, está a cargo de coordinar el ciclo central de conferencias- mira con cuidado. Algunas obras la seducen, pero no quiere repetir trabajos similares a los que ya pasaron por el museo, ni elegir creadores que tienen protagonismo en las colecciones de otras instituciones.

      Toma la decisión y ocurre la segunda parada del recorrido, en el stand de Ruth Benzacar Galería de Arte. Allí, se destaca una serie de figuras en blanco y negro. Se ven cuerpos desnudos y abrazados de una mamá (la artista), su bebé y su nena. Se unen en cada imagen, con contorsiones que transmiten unidad y amor. Son doce fotos enmarcadas en 44 por 32 centímetros, de la fotógrafa argentina Flavia Da Rin, bajo el título de Autorretrato. La obra es de este año. "Es joven, con trayectoria y proyección. Flavia siempre está inquieta, investigando. Se renueva, aunque haya realizado muestras exitosas. Nunca va a lo seguro", evalúa la directora del MAMBA. ¿Qué ve Noorthoorn en esta serie? "Es simple, bella y de una humanidad concreta, mientras el mundo atraviesa un momento de crisis. Hay un juego maternal con los hijos, una situación de intimidad en ese vínculo, el más fuerte que tenemos", analiza. La serie completa se vende por 25 mil dólares.

      Llega el momento de Matías Duville, que apenas pasó los 30 años. En este caso, la obra señalada es The Universal, un collage de carbonilla, aerosol y pastel sobre papel. Tiene 260 centímetros por 360 y se terminó este año. Se puede ver en el espacio de Barro Arte Contemporáneo, de Buenos Aires, y sale 35 mil dólares. Allí, hay planos inclinados, en blanco y negro, con la figura del mar, montañas, palmeras que parecen azotadas por una tormenta. Explica la directora del MAMBA: "Es un artista argentino de proyección internacional, un dibujante eximio. En sus trabajos representa mundos improbables, pero sugeridos por la realidad. Son mundos despoblados, donde está presente la catástrofe... Invita a reflexionar sobre la existencia, la naturaleza y la tensión con el hombre".

      En este viaje de compras imaginario, Noorthoorn se dará un gusto. La última obra que elige, pasará en breve a la colección del MAMBA. Gracias al Premio Adquisición Konex, el museo pudo comprar un trabajo valuado en 100 mil pesos (unos 7 mil dólares). Se trata de Algunos segmentos, un film de 1970, grabado a 16 mm color y digitalizado, de siete minutos. Es una obra de Elda Cerrato. Se trata de una de las primeras películas de animación sobre las pinturas en óleo de la propia artista. "Es una obra de pop experimental, una exploración por figuras que tienen algo de erótico, un toque de humor y también de místico", analiza la licenciada en historia del arte.


      Sobre la firma

      Ezequiel Viéitez


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