Demanda entre hermanos por administración de bienes que suman US$ 400 millones.
Por aguas turbulentas navega estos días uno de los principales conglomerados marítimos del país: el Grupo Empresas Navieras -matriz de Interoceánica y Agunsa- , que tras anunciar en julio un millonario acuerdo para vender en US$ 160 millones su línea de contenedores, intempestivamente ha tomado rumbo de colisión.
Una potencial crisis que tiene como epicentro el puerto de Valparaíso, donde dos de las herederas del patriarca del holding -Beltrán Urenda Zegers, fallecido el 22 de junio de 2013- exigieran judicialmente a dos de sus hermanos "rendir cuenta" sobre el manejo de las inversiones familiares, tras enterarse por la prensa de la venta de parte de las sociedades heredadas de su padre y por la eventual enajenación de acciones en otras sociedades anónimas.
A través de dos acciones que se tramitan en el 1° y 3° juzgados civiles de la ciudad puerto, María Elena (65) y María Carolina Urenda Salamanca (53) ingresaron en conjunto sendas demandas. Una contra Beltrán Urenda Salamanca (67) y otra contra su José Manuel Urenda Salamanca (62), acciones con las que buscan que sus hermanos mayores hagan una "rendición de cuentas" judicial sobre el manejo y estado de las sociedades familiares.
Antecedentes que se emplearán para exigir eventuales compensaciones económicas y que "puedan servir de base para las presentaciones ante la Superintendencia de Valores y Seguros", con el fin de determinar si ambos ejecutivos "han cumplido todos (...) los trámites que la ley exige para la licitud de venta de activos", dicen ambas demandas.
En círculos judiciales, además, señalan que es probable que la próxima semana se sumen nuevas causas contra los hermanos Beltrán y José Manuel.
Y si bien María Carolina Urenda al ser contactada no quiso referirse al caso y su hermana, María Elena, no fue ubicada en su domicilio, el abogado de ambas, Mario Zumelzu, confirmó la presentación de las demandas y señaló escuetamente que "ambas acciones siguen en curso".
En tanto, en las oficinas de Valparaíso y Santiago del estudio jurídico Urenda y Compañía no fue posible contactar a los hermanos Beltrán y José Manuel, por cuanto se encontraban fuera del país, se informó.
El empresario, abogado y ex senador Beltrán Urenda Zegers amasó una fortuna en la Quinta Región. Primero desde el estudio jurídico que en 1914 fundó su padre (Carlos Urenda Trigo) y luego en el negocio naviero. Éxitos que lo catapultaron a la arena política en 1990, cuando fue electo senador por la Quinta Región Costa hasta 2002.
Asú, Urenda llegó a controlar empresas con un valor de mercado que supera los US$ 400 millones (ver recuadro).
Ocho meses antes de morir, el patriarca del grupo redactó su testamento y lo depositó en una notaría de Valparaíso. En él, ordenó apartar $ 210 millones de su fortuna para repartirlos entre empleados de confianza y algunos familiares. Y el grueso de su patrimonio lo legó a sus ocho hijos: Beltrán Felipe, María Elena, María Beatriz (63), José Manuel, Macarena (60), Gabriel (55) María Carolina y Diego Otto (50) Urenda Salamanca.
Además, el empresario nombró "albacea con tenencia de bienes" a Sergio Pinto Romaní y como partidor de la herencia a María Isabel Ancarola. Al respecto, las dos hijas de Urenda también presentaron una demanda contra el albacea, para que antes del 2 de octubre próximo acepte o rechace "el encargo", ya que hasta la fecha no ha asumido su rol, impidiendo con ello que se realice el inventario de bienes del ex senador y la partición de su herencia.
Según explicó Carmen Quiroz, secretaria personal por más de 40 años de Beltrán Urenda padre, Sergio Pinto se desempeñó como contador de una naviera de la familia Urenda y Ancarola es abogada de esa misma oficina (ver entrevista en recuadro).
En la última parte del testamento de Urenda se lee que espera que sus hijos "actúen en común para la administración y disposición de los bienes que heredan de su padre. Y que procuren no solamente conservarlos sino que, en lo posible, acrecentarlos para que todos ellos y sus hijos puedan gozar de un buen nivel de vida y ayudarse mutuamente".
Deseos que , sin embargo, chocan con la realidad. Según consta en las demandas ingresadas por sus hijas en la Corte de Apelaciones de Valparaíso (el 9 y 10 de septiembre pasado), ambas señalan no tener noticias sobre la marcha de las inversiones familiares desde 2009. Ponen especial atención en dos sociedades: "Los Ceibos de Inversiones" y "María Elena de Inversiones", en las que actúan como gerentes generales sus hermanos José Manuel y Beltrán, respectivamente, y desde las cuales se controla el grupo naviero familiar (ver recuadro).
Según la demanda, en septiembre de 2009 falleció la madre del clan (María Elena Salamanca), con lo que sus ocho hijos pasaron a ser herederos de parte de los bienes que ella mantenía en sociedad conyugal con su padre. Pese a ello, María Elena y María Carolina argumentaron que sus dos hermanos mayores no "les han informado ninguna gestión realizada respecto de las acciones que tenían sus padres fallecidos y de las cuales son dueñas desde esa misma fecha", relata el abogado de las demandantes en su escrito.
"Desde la muerte de la madre de mis representadas hasta la fecha, no se les ha convocado a juntas ordinarias o extraordinarias de accionistas alguna (...) no conocemos el estado financiero de las sociedades, sus activos, sus pasivos, sus balances ni su estados de resultados", agrega la presentación judicial.
Bajo estas circunstancias, añade el jurista, "mis representadas se enteraron por la prensa que la Compañía de Navegación Interoceánica, filial del Grupo Empresas Navieras (GEN) recibió y aceptó una oferta de compra de su principal activo: la línea de contenedores, uso de la marca y contratos". Allí reitera que esta información no ha sido entregada oficialmente ni siquiera "en las reuniones familiares -según consta en las actas de las mismas-" por sus hermanos, pese a los altos cargos que ocupan en las empresas del grupo.
Punto en el cual las demandas deslizan otra acusación: "mis mandantes han tomado conocimiento que se han vendido acciones de las cuales María Elena de Inversiones (y Los Ceibos de Inversiones) eran dueñas, sin saber, a qué sociedades corresponden las acciones vendidas, si se han transado en bolsa" o fuera de ella. "Tampoco se conocen los montos obtenidos y qué pagos se han efectuado con el producto".
Según las demandas, los hermanos Beltrán y José Manuel junto con administrar las dos sociedades de inversiones, ostentan altos cargos en el conglomerado.
Frente al control que -según acusa la demanda- ejercen los dos hermanos mayores en las empresas familiares, el abogado Mario Zumelzu formuló peticiones concretas y "ampliadas" a los tribunales, "a fin de llegar a un cabal entendimiento de la situación y determinar a cuánto asciende la masa hereditaria" que dejaron los padres del clan (ver recuadro).
"Todo ello, con la finalidad de que se les pague a mis representadas el monto de las rentas posiblemente percibidas, con los respectivos intereses", dice el texto.
Carmen Quiroz Campusano fue la secretaria personal de Beltrán Urenda por más de 40 años. En su testamento, el ex parlamentario le legó $25 millones como agradecimiento por su lealtad
"Yo soy secretaria taquígrafa y a él le gustaba dictar, por lo que le era más fácil trabajar conmigo" recuerda.
-¿Aún trabaja en Urenda y Cia.?
-Trabajé ahí hasta abril de este año, por petición de sus hijos, porque como yo era la secretaria personal tenía todos los archivos e historia para poder trabajar en muchas sociedades y cosas que había con respecto al fallecimiento de don Beltrán y para apoyar al contador. El 30 de abril cesé en mi cargo, pero sus hijos, los abogados José Manuel y Beltrán, son muy generosos y por eso estoy vinculada económicamente al estudio hasta diciembre.
-¿Beltrán Urenda en sus últimos años visitaba su oficina?
-Poco antes de fallecer dejó de ir.
-¿Quién quedó a cargo?
-Los dos hijos mayores. Beltrán en el estudio de Valparaíso y José Manuel en Santiago.
-¿También en las navieras?
-Claro.
-¿María Elena y María Carolina Urenda tienen conflictos con ellos?
-María Elena es fotógrafa y María Carolina, la menor de las mujeres, estudió algo así como turismo. También está Macarena, que es concejal de Viña, y su hijo es abogado de Urenda y Cía. en Valparaíso. Además está María Beatriz, que está casada con Darío Zañartu, que es abogado y corredor de propiedades... yo tengo muy buena relación con ellos, hombres y mujeres, pero he sido distante de su familia.
-¿Las hijas de don Beltrán iban al estudio jurídico?
-Estaban alejadas. Esa era la costumbre. Quizás ahora van más.
-¿Los hijos de Urenda están peleados por la herencia?
-No lo sé, pero hay un albacea (Sergio Pinto Romaní). Con él deben solucionarse los problemas de la sucesión. El fue contador en una naviera de don Beltrán. También es partidora de la herencia María Isabel Ancarola, una abogado del estudio Urenda en Valparaíso.
-¿Cómo era el carácter de don Beltrán?
-Era el típico amigable componedor. Yo vi discusiones, pero don Beltrán nunca levantaba la voz. Podía entrar alguien a su oficina -un abogado o pariente- a discutir cualquier cosa, pero él nunca levantaba la voz.
-¿Le entregaron los $25 millones?
-Sí. Tuve injerencia en algunas cosas de su testamento y tuve el privilegio de darle las gracias personalmente. Fui la única, porque -siendo su secretaria- sabía que existían esos legados cuando los redactó.
Las sociedades de inversiones que Beltrán Urenda y su señora crearon en sociedad conyugal se denominan María Elena y Los Ceibos de Inversiones. Ambas son dueñas de un 50,26% y 33% de Inversiones Tongoy, que a su vez tiene el 20,9% del Grupo Empresas Navieras (GEN).
Este último holding controla el 74% de Interoceánica y el 70% de Agunsa, compañías donde Beltrán y José Manuel Urenda Salamanca ejercen como directores y presidentes.
Estos dos hermanos también tienen el control del estudio jurídico Urenda y Cía..
En ese contexto, Interoceánica informó en julio un acuerdo con la alemana HSUD para venderle su negocio de contenedores, a más tardar el 31 de diciembre. Anunció que en tres días hizo saltar sus acciones de $28 a $ 46 por papel.
Por estos motivos, las hermanas Urenda demandan que los tribunales fijen un plazo para que Beltrán y José Manuel presenten los balances y estados de resultados (desde 2009 a agosto de 2014) de las dos sociedades de inversiones de la familia. También, solicitan el desglose de todas las ventas de acciones (con detalle de las corredoras y compradores) efectuadas por estas dos firmas en los últimos cinco años.
