MÚSICA Entrevista con el Papi

El punk se inventó 'para conquistar a las chicas'

  • Miraflores, 2014. Detrás de un lomo a lo pobre, espera el bajista de Los Saicos, aquella banda de surferitos limeños que tuvo la gran visión del punk nueve años antes de que la palabra fuera siquiera acuñada. ¡Demolición!

A mediados de los años 60, César Castrillón, el Papi, y Erwin Flores, disfrutaban de lo lindo atravesando la ciudad de Lima a toda velocidad a lomos de un Rambler. "Erwin siempre dice que es lo más estúpido que hicimos en nuestras vidas y que no lo cuente, que da mal ejemplo. Pero lo bonito es que en aquella época, como apenas había coches en las calles, podíamos cruzar la ciudad entera pisando hasta donde diera el pedal del acelerador. Hoy es imposible con este tráfico", recuerda el Papi contando uno de los pequeños placeres que no pueden revivir Los Saicos en su segunda juventud.

Corría el año 64 cuando el Papi, Erwin (solista y guitarra rítmica), Pancho Guevara (batería) y Rolando "el chino" (guitarra) se inventaron en el local de ensayo del limeño barrio de Lince un tema, 'Demolición', que cincuenta años después les lanzaría a un nivel de fama mundial que jamás esperarían. Nueve años antes de que se diera por inventado el punk en el Reino Unido, esa canción acelerada y salvaje, con mensaje destructivo, sería considerada recientemente y por muchos estudiosos como el germen, la primera canción punk de la historia. Y es toda una revelación que fuera en español -y no en las cunas anglosajonas del rock- y engendrada en una ciudad como Lima.

La resurrección comenzó en el 99, cuando el sello español Electro Harmonix lanzó un disco con algunos de los temas de Los Saicos. Aunque en su día habían sido famosos, la repercusión de la banda no llegó a cruzar fronteras. "Éramos como ''reicitos' aquí, no necesitábamos salir", cuenta el Papi en el bar Haití del limeño barrio de Miraflores, otra de las cosas de la ciudad que no han cambiado. Igual que sigue sin cambiar la calidad del "lomo a lo pobre" (con papas y plátano frito) que al bajista de Los Saicos le gusta pedir. Desde esa publicación, el mito de Los Saicos no hizo sino crecer. Artistas internacionales como Iggy Pop fueron sumándose a su cada vez más amplia legión de 'fans' y su condición de precursores del punk quedó registrada cada vez en más artículos periodísticos y libros. Los Saicos se habían convertido en una banda de culto, "aunque estoy seguro de que muchos no sabían ni si estábamos muertos", dice el Papi, que siempre habla medio en broma pero muy en serio.

Fotografía: Germán Aranda

"Yo supe de la existencia de Los Saicos en 2002", bromea el músico, que asegura no haberse enterado de algunas de las publicaciones de los discos de la banda. Algo parecido a lo que sucedió con Sixto Rodríguez, tal y como explica el documental 'Searching for a Sugar Man', "con la diferencia de que Sixto era muy modesto y nosotros no", apunta. Y eso que el Papi reconoce que se le saltaron las lágrimas al ver la película: "Lo vi como algo parecido a lo que nos sucedió a nosotros". No en vano, Los Saicos también tuvieron su documental, 'Saicomanía', en 2011. Por aquel entonces, la banda ya había regresado a los escenarios 50 años después, medio por sorpresa, y en la presentación del filme lo hicieron también acompañados por otro joven grupo local, los Silver Mornings. "Todavía no me puedo creer cómo tocaba el guitarrista de 14 años que tenían", recuerda.

La insistencia de los colegas de La ira de Dios les llevó a reaparecer en 2010, ya sin Rolando Carpio, fallecido en 2006. Un regreso repentino y medio de sorpresa 50 años después de colgar los instrumentos también de manera abrupta y tras sólo dos años grabando temas juntos. El reencuentro tuvo lugar en Lima, pero meses después agitaron una sala en Benidorm. "¡Y era gente muy joven que se sabía nuestros temas!", exclama el Papi.

Hace una semana, Los Saicos volvieron a reunirse en Lima, aunque no para tocar. Las vidas de sus miembros discurrieron demasiado alejadas de la música y también de Lima -Erwin y el Papi se reencuentran casi cada semana entre Washington y Virginia, donde viven- como para convertir el reencuentro en algo constante. Aunque se hicieron famosos por crear ese proto-punk tan especial, lo cierto es que Los Saicos tenían muy poco de punk en su esencia. "Apenas sabíamos que existía el terrorismo o la guerra de Vietnam. Éramos jóvenes totalmente movidos por las hormonas y por una energía de alegría por la edad que teníamos. Para nosotros, Lima era maravillosa, y también éramos positivos en el sentido de confiar en los avances de la ciencia. ¡Erwin trabajó después para la NASA!", cuenta el Papi, negando cualquier actitud destructiva en la esencia de sus canciones. "'Demoler' era una canción pensada como una broma entre nosotros, ni siquiera pensábamos grabarla hasta que nos lo sugirieron de la discográfica". ¿Y esos gritos ásperos? "Pues es que yo tenía dificultad para cantar y tocar el bajo en las canciones más rápidas, de modo que decidimos que Erwin cantara esos temas y esa voz es lo que le salía. Si hubiera cantado yo 'Demoler', seguramente habría sido un desastre y a lo mejor nunca nos habríamos hecho famosos", confiesa.

En las palabras del Papi, se adivina la actitud traviesa de sus mejores años de 'rockstar' en Lima, resucitada a sus alrededor de 70 años de edad. Cuenta que la noche anterior a la conversación con ELMUNDO.es dio una entrevista a dos chicas acostado con ellas en la cama, como en sus mejores años, cuando empezaron a tocar "para conquistar al máximo número de chicas posible". No sabían bailar los chicos del barrio de Lince ("una especie de Liverpool peruano") y por eso inventaron el punk en aquella ciudad en la que no se podía escapar del tango, el vals y otras músicas de baile.

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Los Saicos, en su gran momento. El Papi es el segundo por la derecha.

Los Saicos, en su gran momento. El Papi es el segundo por la derecha.