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Diseñan unas fibras conductoras que aumentan 15 veces su longitud normal

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Podrían utilizarse para nuevos dispositivos flexibles, plegables y que se retuerzan como brazos de robots extensibles

  • por Mike Orcutt | traducido por Teresa Woods
  • 27 Julio, 2015

Una imagen de microscopio muestra como los nanotubos de carbón se doblan al estirarse y relajarse las fibras, lo que conserva su alta conductividad.

Es difícil saber exactamente cómo los tecnólogos podrían emplear fibras conductoras que rindan a alto nivel aun cuando se les estire hasta 15 veces su longitud normal. Pero es posible que unas fibras, desveladas la semana pasada por un grupo internacional de investigadores, puedan ayudar a definir nuevas aplicaciones en la robótica, usos en exoesqueletos, abrir camino hacia nuevos textiles o alimentar conjuntos de sensores que monitorizan la salud estructural de importantes superficies curvadas como las que se encuentran en el exterior de un avión.

Se han logrado muchos progresos en años recientes hacia nuevos tipos de dispositivos electrónicos que puedan doblarse, flexionarse y estirarse. Pero los creadores de las nuevas fibras dicen que todavía se necesita disponer de mejores materiales elásticos y conductivos para servir de alambres, sensores y para su uso en dispositivos deformables de almacenamiento de energía y pantallas.

Estas fibras nuevas, que se crean envolviendo un núcleo de goma con láminas de nanotubo de carbón (ver Músculos de nanotubos a prueba de calor, ligeros como el aire), son relativamente baratas y fáciles de fabricar, afirma Ray Baughman, un profesor de química y el director del Instituto de Nanotecnología de la Universidad de Tejas – Dallas (EEUU). Baughman, que lideró el estudio, dice que podrían resultar particularmente útiles para cosas como brazos robóticos extensibles o para formar la base de conjuntos de sensores que monitorizan el estado de aviones que "se mutan" para adaptarse a las condiciones variables del vuelo.

Para fabricarlas, primero los investigadores estiraron fibras de goma hasta 15 veces su longitud para después envolverlas con láminas de nanotubo de carbón. Cuando dejaron de estirar las fibras, los nanotubos individuales se doblaron como acordeones. Al estirarse de nuevo, las láminas se doblaron de una forma distinta, para dar cuenta del encogimiento de la circunferencia del núcleo de goma mientras se alargaban las fibras.  El grado en que se puedan estirar sin perder su alta conductividad supone una gran mejora sobre cualquier conductor elástico previamente demostrado, afirma Baughman.

Una aplicación potencial de estas fibras sería el diseño de cables cargadores superelásticos para la electrónica de consumo, dice Baughman. Lo siguiente que quiere hacer es introducir el nuevo material elástico en textiles que podrían cumplir varias funciones eléctricas. No ha comentado si estas aplicaciones podrían incluir pantalones que se estiren cuando detecten que el usuario ha ganado unos kilos.

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