Las caras anónimas de Ourense

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

Mon Devane ganó el premio Xuventude Crea de la Xunta del pasado año

05 feb 2016 . Actualizado a las 22:28 h.

Seguramente muchos se crucen a diario con su obra. En cualquier esquina, callejón, pared, mural. Pero pocos saben o se han preguntado alguna vez quién está detrás, por ejemplo, del retrato que disimula, de camino a Oira, las casetas de Fenosa. Él es Mon Devane. Un ourensano nacido en 1985 que, como por arte de magia, descubrió de joven que lo de los espráis, los retratos y los murales eran lo suyo. Detrás de un nombre artístico había un niño que pintaba pero que no fue hasta que llegó a la escuela Antonio Faílde cuando algo hizo clic en su cabeza, asegura, y encontró su camino. «Empecé dibujando en clase y en casa y escuchando música rap. Ahí empecé en el mundo del grafiti. Hacía bocetos y letras», así describe sus comienzos. Descubrió en la escuela otras posibilidades: «Fue Ilustración la que me abrió los ojos y me di cuenta de todo lo que podía hacer. Fui creando cosas que no sabía que podía. Ganando volúmenes...».

Tras estudiar también Diseño Gráfico y salir al extranjero, a perfeccionar inglés, regresó a Ourense. Ya entonces, Mon llevaba años haciendo grafitis en la calle. Y tenía claro que quería enfocar su carrera más que al diseño, a la pintura. De esa manera abandonó el mundo del grafiti, evolucionó -dice- y pasó al muralismo. Al arte urbano. Mon Devane vive de su pasión. «Hay meses de proyectos buenísimos y otros que no. Pero vas tirando», afirma. El boca a boca es actualmente su mejor publicidad. «Empecé haciendo cosas para particulares, pintando persianas. Te llamaban como medida antigrafiti, curiosamente. Y vi que ganaba dinero», explica. Se define exigente. Y por eso, subraya, cada vez pule más sus trabajos. Ahora intenta buscar su propio hueco. Que la gente conozca su trabajo y que sea eso lo que les anime a contactar con él. «Quiero que me llamen por la obra que hago. Estoy intentando enfocar todo a un estilo más personal», afirma. En eso está y ya da sus frutos.

¿Estilo? Lo tiene claro: realista, figurativo, expresivo y monocromático. Y trabaja, sobre todo, el retrato en gran formato. «Me atraen las caras, las miradas. Cuando veo el resultado y la expresión.... Me gusta lo figurativo». No sabe cuántas obras suyas hay por las calles de Ourense ni destaca alguna. Sin embargo, cree que la que ganó el año pasado el concurso Xuventude Crea de la Xunta puede resumir perfectamente cuál es ahora su rumbo. «Normalmente lo último que hago es lo que más me gusta», afirma. También destaca el trabajo que hizo para Fenosa en unas casetas de Oira. Un proyecto que él mismo propuso a la empresa. «La idea fue mía, lo único que me dijeron fue ?cambia esa bombilla y pon una de bajo consumo?», ríe. Es, dice, uno de sus trabajos más visibles. «El modelo es un amigo mío, que posó para mí. La gente a veces le reconoce por la calle, sobre todo por la zona». Por cariño, destaca el que está en El Cercano, un viaje mural a la praza do Ferro. Mon Devane no solo trabaja en la capital ourensana, su obra ya se puede ver en otros lugares. En Verín, por ejemplo, está inmerso en varios proyectos. ¿Su sueño? Pintar una gran fachada. No podrá ser, dice, por su vértigo. Pero ya trabaja en otra obra. En esta ocasión en pequeño formato. «Sobre escombros estoy pintando a ourensanos de mi generación que sobresalen por algo», explica. No sabe definirse. Dice que es artesano del espray pero que, en definitiva, lo que le gusta es pintar, expresar y retratar.

Devane comenzó haciendo grafitis y fue derivando su trabajo hacia

el muralismo