Casas AD

Mirando al NORTE

Un lago. Un bosque. Naturaleza en estado puro es lo que rodea esta vivienda estadounidense cercana a la frontera con Canadá. Fundirse con ella (y dejar que ésta entre a raudales) es su 'leit motiv'.

Salón, cocina y comedor componen el espacio central.

Ngoc Minh Ngo

"Esta casa expresa mi deseo de crear una arquitectura que despierte el deleite, de la misma manera que lo hace una escultura. La composición de formas y los materiales puros, naturales, cobran vida con las sombras y la luz del sol. Los elementos del paisaje ayudan a tejer una arquitectura en comunión con el sitio", expresaba el arquitecto Jim Olson (del estudio Olson Kundig) al presentar este proyecto, una vivienda en la Península Superior de Michigan, es decir, la península estadounidense más al norte del estado del mismo nombre, cerca de la frontera con Canadá. La naturaleza, imponente, condiciona gran parte de la estructura y del interior.

En esta vivienda, "el diseño reacciona al paisaje circundante, y la disolución de fronteras interiores y exteriores, así como la creación de vistas hacia el bosque y el agua" han condicionado todo el proyecto. Maravilla. "Los materiales exteriores se han escogido para resistir el paso del tiempo y acompañar el entorno, mientras que los colores en el interior se inspiran en el paisaje. Por ejemplo, una lama de madera interior coincide con el color de la corteza de los árboles cercanos", explican desde Olson Kundig.

Tim Bies

La vivienda se ha vertebrado en dos direcciones. Por un lado, "el eje Este-Oeste crea un camino desde la puerta de entrada hacia el lago, mientras que ventanas de suelo a techo a lo largo del eje Norte-Sur enmarcan el jardín y bosque", comentan los arquitectos. Dos zonas también dividen la casa: área social (un amplio comedor-salón-cocina como espacio central) y refugio privado (esas habitaciones aisladas, pero con grandes ventanales, perfectas para descansar e inspirarse mientras los árboles golpean tu ventana). Efectivamente, si un elemento es clave en esta construcción son las vistas, imposibles de desaprovechar, y que a su vez constribuyen a esa fusión interior-exterior.

La altura del techo y las dimensiones de las habitaciones varían en cada estancia, y, aunque a priori nos parezca frío, el hormigón liso con el que se ha construido la vivienda "refleja el color y la luz a lo largo de este retiro penínsular. Incluso en invierno, la entrada calentada por el sol crea una cómoda transición entre interior y exterior". Sol, naturaleza, paz, casi el confín del mundo... ¿quién necesita nada más?

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