El Campus de Google, un pedazo de Silicon Valley en Madrid

El Campus de Google se consolida en medio año como una plataforma clave para las 'startups'

Nada más cruzar las puertas de Campus Madrid, una tiene la sensación de encontrarse en una de esas cafeterías tan de moda en Malasaña. Los síntomas son: mesas comunales, azulejos, decoración industrial, wifi gratis y, como remate, un cuadro monumental de Cavolo. Pero si uno agudiza la vista se da cuenta de que sus pobladores están más pendientes de sus ordenadores que de atusarse las barbas que no tienen. Éste es el kilómetro cero del emprendimiento, un pedazo de Silicon Valley al lado del Palacio de la Almudena.

Sólo han pasado seis meses desde que Google puso en marcha esta incubadora de startups tecnológicas.En este tiempo Campus Madrid ha logrado convertirse en un espacio clave para el emprendimiento. "Somos ya una comunidad de más de 11.000 miembros, hemos realizado más de 70 programas de educación y acogido cerca de 300 eventos de la Comunidad", explica su directora, Sofía Benjumea.

Aunque se resiste a hacer comparaciones con los otros campus que la compañía de Mountain View tiene en ciudades como Londres o Tel Aviv, Benjumea sí reconoce que están "muy contentos con los resultados" obtenidos. Según se puede leer en una de las paredes del recinto -escrito con tiza, claro-, hasta el momento, las startups que tienen como sede esta antigua fábrica de baterías han generado 1.269 nuevos puestos de empleo.

Una de las iniciativas que nació de esos corrillos que se forman en la cafetería en torno a un portátil fue Woom, una aplicación pensada para mejorar la fertilidad de las mujeres que desean quedarse embarazadas. Sus creadoras son Laurence Fontinoy y Celia Morales, dos ex trabajadoras de Google y eBay, respectivamente, que decidieron dejar sus trabajos para montar su propia empresa. "A veces pienso, ¿cómo habríamos hecho esto desde casa? Te sientes muy sola y más después de trabajar durante 20 años en una empresa. Aquí ves a otros como tú, hay madres, hay jóvenes, hay gente mayor... es un ecosistema muy rico", explica Fontinoy.

Ese "ecosistema" del que habla, la cafetería al que todo el que se registre en la página de Google tiene libre acceso, les posibilitó compartir mesa y merienda con desconocidos que han acabado siendo parte de su equipo. "Al venir de dos grandes corporaciones, no hemos tenido que preocuparnos nunca de resolver temas legales, búsquedas de personal... Poner en marcha tu propia empresa supone enfrentarse a un papel en blanco, tienes que hacer todo tú y aquí pudimos entrar en contacto con todo tipo de profesionales del mundo digital", apunta Morales.

Finalistas

Tras acabar de definir su proyecto, a finales de octubre se presentaron al Campus de Emprendedores organizado por SeedRocket, la aceleradora de empresas alojada en Campus Madrid, donde quedaron finalistas. Esto les dio la llave de la tercera planta del edificio, de acceso restringido y en la que en la actualidad conviven con otras 16 startups que fueron seleccionadas de la misma manera. "Si en el café es el momento de hablar con todo el mundo, en SeedRocket puedes afinar con quién quieres hablar. Sólo tienes que explicar a los mentores qué es lo que necesitas y ellos te ponen en contacto con algún experto en la materia", explica Morales. "Aquí te ponen las pilas", añade Fontinoy,"apenas seis meses después de haber empezado a trabajar en nuestro proyecto, estamos preparadas para lanzar la versión beta".

Woom estará disponible a mediados de marzo. La app está pensada para mujeres de entre 30 y 45 años. Según los datos que manejan, alrededor del 20% de las mujeres españolas que quieren quedarse embarazadas tienen que acudir a una clínica de fertilidad para lograrlo. "Dos tercios de las mujeres intentan concebir pasados los 30 años, cuando su fertilidad ha comenzado a descender", apunta Fontinoy.

"Hemos desarrollado un algoritmo que nos ayuda a entender la ventana fértil de la mujer, algo que la involucra a ella y a su pareja. Con los datos aportados por la usuaria, el algoritmo se va volviendo más preciso, más inteligente", explica Morales. Además, la aplicación ofrece contenidos para ayudar a entender el funcionamiento del cuerpo femenino, a mejorar sus hábitos de vida y sus relaciones de pareja. "Queremos ayudarlas a quedarse embarazadas", sentencia Fontinoy, "nos mueve la ilusión de lograr algo gordo".

"El emprendedor español está altamente cualificado, con mucho talento técnico y muy trabajador", explica Benjumea, "estamos viendo cada vez más a emprendedores españoles que piensan en grande y desde el primer día en global. Eso es lo que necesitamos, más ambición y ser conscientes de que competimos en un mercado global".

Campus Madrid cuenta con emprendedores de todos los perfiles, edades y con proyectos en distintas etapas de desarrollo. Graphext, por ejemplo, llegó con mucha parte del camino hecho. "Lo que hacemos es mapear contextos de información, es decir, intentar encontrar todas la relaciones de cualquier ámbito, que está compuesto por personas u organizaciones y eso puede servir para entender un ecosistema cualquiera", explica uno de sus fundadores, Victoriano Izquierdo.

Esta herramienta es, en realidad, una prolongación de su proyecto de fin de carrera. Hace unos años, mientras estudiaba Informática en la Universidad Carlos III, Izquierdo, que ahora tiene 25 años, ideó una página web que serviría de punto de encuentro para los residentes de su Colegio Mayor. "Les pedí que subieran una foto suya acompañada por alguna información como qué estudiaban, de dónde eran y cuántos años tenían. Mi idea era ordenar los datos de forma que las fotos se agrupasen por proximidad imaginando que podrían ser amigos. Pero no fue así", ríe ahora al recordarlo. Uno de sus profesores de la universidad, Esteban Moro, le sugirió que añadiese otra variable más: cómo se relacionaban entre ellos en las redes sociales. El resultado fue una representación gráfica y fidedigna de cómo se distribuían en el comedor de la residencia. Había dado con la clave.

"Entonces pensé que molaría hacer esto con otros ámbitos", explica. Pero no podía hacerlo solo así que se asoció con otro informático, Miguel Cantón, y se pusieron manos a la obra. En julio llegaron a SeedRocket, sin pasar por la cafetería y con la herramienta desarrollada.

En la actualidad, Graphext es capaz de tomar información pública de contextos acotados y expresarla de manera gráfica simplificada de manera elocuente. De esta forma pudieron, por ejemplo, detectar "una anomalía" en la formación anterior del Congreso de los Diputados. "Vimos que había falta de conexiones -coincidencias en redes- entre un miembro de uno de los partidos mayoritarios y la persona que ocupa el lugar central dentro del mismo". Ese fallo en Matrix no era otro que Eduardo Madina y la persona con la que no conectaba era con Pedro Sánchez.

Ya tienen su primer empleado, Juan Morales, han hecho algunos trabajos puntuales para medios como El País o El Confidencial y están a punto de cerrar su primer contrato. "Ha sido alucinante la experiencia de estar aquí", dice mientras señala una agenda repleta de reuniones. El respaldo de Google le ha facilitado entrar en contacto con inversores y empresas de todo el mundo. "Hacen posible que gente como yo, que nunca ha trabajado en este ámbito y que desconoce cómo funcionan determinadas cosas pueda reunirse con empresas como Carrefour, con quién vamos a empezar a trabajar el 1 de febrero, o con Audi, con quién estuve reunido ayer". "Ésa es la magia que tiene este lugar", afirma.