Desde hace un tiempo hemos visto marketing retro en todas partes (algunas veces sin darnos cuenta). Desde los contenidos en la web sobre «los mejores juguetes de los 90’s», hasta una campaña planeada como la de los pepsilindros. Pero… ¿por qué funciona? La moda se repite cada cierto tiempo, por eso no es extraño que en el 2015 veamos en los aparadores de las boutiques más exclusivas, maniquíes vestidos como nuestros padres lo hacían hace años. En el marketing pasa algo similar. Las modas se repiten, los niños crecen y cuando pasa el tiempo, esos niños se convierten en adultos con capacidad económica para adquirir un producto en específico y el poder de decisión de compra. Si nos ponemos a pensar en cuáles son los juguetes que teníamos cuando éramos pequeños, es muy probable que si tienes aproximadamente 25 años, veas juguetes parecidos en un almacén; esto se debe a los famosos insights. En nuestra mente se encuentran recuerdos asociados con emociones, que son los que se aprovechan en el marketing para vender un producto emocionalmente. En este momento los llamados millennials, personas que oscilan entre los 19 y 32 años, son los que fueron niños en los años 90’s, pero se han convertido en adultos jóvenes con una capacidad de compra. Si tocas las fibras sensibles (nostálgicas) de su niñez, probablemente puedas desarrollar un producto o servicio deseable. Por esta razón las marcas se han enfocado en el marketing retro de acuerdo a la nostalgia de los nuevos adultos. Algunos ejemplos de marketing retro son:
- Pepsi y los Pepsilindros.
- Restaurantes como Johnny Rockets, Barracuda Dinner, Papa Guapa.
- Sabritas y las Pizzerolas.
- El relanzamiento de Furby, Little Pony y Tamagotchi (ahora en su versión para smartphone).
- Ombligueras, pantalones altos, camisas a la cintura y el famoso overall en firmas de moda.
- Apps como: Instagram y Snake 97.
¿Cuáles otras campañas de marketing retro recuerdas? Imagen cortesía de iStock
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