El joven de 22 años comenzó a cuestionar su verdadera identidad cuando se encontraba en el templo donde recibía educación para ser monje budista. Ahora es una de las modelos más populares de Tailandia.
Ciudad de México, 6 de febrero (SinEmbargo).- Su nombre es Mimi Tao y actualmente es una de las modelos más populares de Tailandia.
Llegar a donde está le costó enfrentar a una sociedad poco abierta por no aceptar “el tercer sexo, oponerse a los ideales de sus padres, contó la joven a la BBC.
Cuando nació varón fue nombrado Phajaranat Nobantao. “Cuando mis padres enfrentaron muchas dificultades económicas me enviaron a un templo budista. Allí pasé un período de entrenamiento, en el que nuestros maestros querían saber si teníamos suficiente paciencia, ganas de aprender y deseos de seguir las enseñanzas de Buda“.
Mimi fue ordenado ser monje junto con otros 200 jóvenes; sin embargo, fue ahí cuando decidió explorar su verdadera identidad, pues sus verdaderos deseos eran ser mujer y no un monje budista.
Mimi estaba segura que ser un hombre por dentro de le daría es paz que tanto necesitaba. “Tenía sentimientos femeninos, pero no quise decir nada porque sabía que la sociedad tailandesa no aceptaba abiertamente al tercer sexo, especialmente si se trataba de un monje”, relata Mimi al medio inglés.
Su necesidad de ser mujer era más grande cada vez, por lo que un día decidió comenzar a tomar pastillas anticonceptivas. “Las pastillas me hacían sentirme femenina, mi piel era más suave y comenzaron a crecerme los senos. Traté de ocultar los cambios pero una vez cuando mi madre vino a visitarme se dio cuenta y se puso furiosa conmigo“.
La BBC explica que pasado un año terminó su educación como monje, pero cuando su familia enfrentó otra crisis económica, decidió buscar trabajo. Entró a un cabaret y después de un tiempo logró convertirse en modelo, un trabajo bien visto en la sociedad tailandesa.
Su sueño de ser aceptada por la sociedad la llevó a contactarse con una modelo profesional para pedirle un consejo: “Ella me dijo que debería trabajar el doble que otras jóvenes porque al principio no me aceptarían como mujer”.
Mimi decidió trabajar y mandar su perfil a agencias de París, Milán, Londres y Nueva York. Algunas puertas se le cerraron por no tener el dinero suficiente para viajar y conocer a los que se interesaban por ella.
“Entonces me dije a mí misma: debo ir a un lugar en el que pueda crecer. Soy una buena semilla y si pones una buena semilla en una roca no crecerá. Necesita buena tierra”, recuerda Mimi.
Decidió viajar a Singapur, donde logró trabajar en varias campañas para promocionar lencería, y después regresar a Tailandia, donde ahora es una de las modelos más populares.
“Me gustaría pensar que he ayudado a cambiar la forma en que se ve a los transexuales en mi país. Pero aún hay ocasiones en las que sufro discriminación en mi comunidad”.
Aunque ha sufrido mucha discriminación, la joven ha logrado ser aceptada tal y como es por su madre.
“Cuando salimos juntas ella me presenta diciendo, ‘ésta es mi hija, es modelo y es famosa’. Ser aceptada por mi familia me da mucha fuerza. Si somos aceptadas por nuestras familias, entonces nos aceptará también la sociedad, el país y el mundo”, dice al prestigiado medio europeo.
