Un paseo por Arles

Un paseo por Arles

Con el desfilar de los años y de los viajes, si antes me atraían de una ciudad sus puntos de interés más conocidos, ahora en cambio como más disfruto es paseando sin rumbo fijo por sus calles, percibiendo sus colores y olores, observando cómo perduran y se fusionan diferentes épocas y estilos arquitectónicos e imaginando cómo viven sus habitantes a través de la cotidaneidad que despliegan de puertas afuera. Y Arles, capital de La Camarga francesa, es una urbe especialmente agradecida a pie de calle. Acompáñame en un paseo por las plazas y callejuelas de Arles en una agradable tarde de verano.

Un paseo por una ciudad milenaria como Arles, que conserva el mayor patrominio de época romana tras la mismísima Roma, bien podría arrancar en su anfiteatro, en su teatro romano o quizá en la Place du Forum, lugares que tantas veces congregaron a sus habitantes en el pasado.

Place du Forum de Arles
Place du Forum de Arles

Mi hotel (Hotel la Muette, 15 Rue des Suisses) se encuentra prácticamente anexo a la Place du Forum, así que hacia allí se dirigen mis primeros pasos. La plaza realmente tiene su encanto, junto a las calles anexas podría decirse que estamos en la Arles más turística y atractiva (en el sentido más superficial). Decididamente, se trata de una plaza en donde ir a tomar una copa al atardecer, ya sea en l’Apostrophe o en la terraza del Café Van Gogh que tan famosamente pintó el genial artista durante su tumultuosa estancia en Arles. Si en ella Van Gogh disfrutó tantas noches de la compañía de su amigo Paul Gauguin, si allí retrataron ambos a Madame Ginoux –la regenta y su primera modelo arlesiana–, o si fue el lugar en donde comenzó a gestarse la tragedia entre ambos no lo sabemos, y tampoco es relevante para disfrutar de un agradable rato viendo la vida pasar.

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Las ciudades francesas siempre me han parecido de una elegancia señorial, lánguida y desgastada, y Arles junto con Toulouse y Avignon ejemplifican para mí lo mejor de esta estética, pero además son ciudades muy vivas y con una vibrante escena cultural. Y elegancia encontraremos a raudales en la Rue du Forum y en tantas otras calles del centro de Arles.

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Muy cerca podremos hacer una parada en el Bar Le Tambourin (Rue du Palais), favorito de los locales y que aparte de excelencia gastronómica nos recibirá con unos colores netamente provenzales.

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Y a escasos metros encontraremos la Place de la Republique, verdadero centro neurálgico de la ciudad. Sin duda que por esta plaza pasaremos varias veces en nuestros paseos por Arles.

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Si todavía no hemos contemplado el magnífico anfiteatro romano de Arles, hoy plaza de toros (Les Arènes d’Arles) puede ser buen momento para encaminar la Rue des Arenes, acercarnos y circunvalarlo. Como ya comentamos en una anterior entrada, este anfiteatro fue construido en el 90 d.C. por los mismos artesanos que edificaron el Coliseo de Roma, tras acabar éste. Y es que Arles por aquel entonces era capital de la Galia y una de las ciudades más importantes del imperio, fruto de la predilección que tenían por ella Julio César y su sucesor Augusto. En la Place Bornier encontraremos una buena vista del teatro romano de Arles, y seguramente apreciaremos actividad en su interior en preparación de algún evento, ya que Arles alberga decenas de eventos al aire libre durante todo el año.

Bajamos de nuevo por la Rue des Suisses y toparemos con la Rue Robert Doisneau. Los buenos amantes de la fotografía reconocerán este nombre de inmediato, ya que junto a Henry Cartier-Bresson, Doisneau fue uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX. Por tanto, no es de extrañar que encontremos allí el edificio de la Ecole Nationale de la Photo, la escuela más importante de fotografía de toda Francia. Además, Arles celebra Les Rencontres d’Arles, el mayor festival de fotografía en Europa cada año entre los meses de julio y septiembre, donde toda la ciudad pone a disposición sus espacios públicos y privados para disfrutar de este fascinante arte.

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Proseguimos hasta toparnos con la Rue Docteur Fanton, donde hallaremos varios restaurantes en que reponer energías. Como por ejemplo, en la terraza del Le Plaza – La Paillotte donde podremos degustar magret, foie, cordero o chorizo de toro, entre otros platos. Y es que el toro de La Camarga está bien presente en su capital, tanto a nivel gastronómico como en sus fiestas y finalmente en las corridas de toros que continúan celebrándose en la ciudad del Ródano.

También podremos sentarnos en alguno de sus cafés –como no–, como el de Laure Autrement Café, porque en Arles se vive en la calle, no en vano estamos hablando de una ciudad mediterránea con más de 300 días de sol al año.

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Por estas calles podemos y debemos perdernos pues hay un sinfín de rincones repletos de colores y sabores provenzales, en una de las ciudades como decimos más vivas y animadas del sur de Francia.

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Después, podemos buscar el Quai de la Roquette para tener una primera vista del Ródano, un río de crucial importancia en la historia de Arles y de todo el sur de Francia. Aquí se han rescatado de sus aguas barcos romanos, centenares de ánforas y los bustos de Julio César y Augusto; del primero, estaríamos hablando nada menos que del único busto que se conserva en el mundo esculpido en vida del mito. Si se confirma su autenticidad, se trataría de una obra de vital importancia pues nos mostraría las facciones reales de Julio César. En cualquier caso, podemos admirar el busto muy cerca, en el museo de l’Arles Antique.

Continuamos en dirección oeste y nos adentraremos en el exclusivo barrio de La Roquette. En época romana se encontraba en el extrarradio de Arles y gran parte de su suelo estaba ocupado por el hipódromo. Ahora, es el barrio más deseado de Arles. Leonardo Da Vinci solía decir que la simplicidad es la máxima sofisticación, y al pasear por estas estrechas calles jalonadas de casas de fachadas desgastadas y puertas y ventanales medio desvencijados veremos también no pocos escaparates con productos bio y orgánicos, que colocan en sus bicicletas unos vecinos elegantes de mediana edad que seguro no pasan por estrecheces económicas. Esta sofisticación y art de vivre nos recuerda a la isla de Aix en el oeste de Francia y sus calles no menos exclusivas (bajo una apariencia igualmente sencilla).

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Para saber más, podemos consultar la web de Turismo de Arlés o mejor, contactar con ellos si nos interesa una visita guiada.

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#Francia#Europa#Provenza#arles

Publicado por Manuel Aguilar

"Viajar es uno de los mejores caminos para encontrarse a uno mismo."
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