Construir una fábrica nueva en un país en vías de desarrollo implica un «riesgo» terrible para una empresa. Crear unas instalaciones desde cero en una región con diferentes estándares de calidad, cualificación de trabajadores o legislación, se traduce en un «coste muy elevado» en tiempo y recursos. Y aún más en procesos más especializados como la mezcla de productos alimentarios en polvo. En esta industria, las compañías han optado por procesar el producto en las instalaciones que ya tienen y asumir los gastos de transporte, tarifas aduaneras y almacenaje, además de alargar los tiempo en su cadena de suministro. La solución a esta problemática viene del grupo Blendhub, que ha desarrollado la primera fábrica portátil para el sector con la ayuda del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), dependiente del Ministerio de Economía.
Blendhub, en San Ginés (Murcia), está especializada en formulación y mezcla de productos alimentarios en polvo como fibras, agentes gelificantes y espesantes, estabilizantes, emulsionantes o proteínas lácteas, cárnicas y vegetales. La empresa crea soluciones, servicios y equipamiento para la industria agroalimentaria. Ante la necesidad del sector a la hora de empezar a trabajar en nuevos países, la compañía decidió diseñar una fábrica capaz de ofrecer «rapidez, flexibilidad y un menor riesgo y coste», señala el presidente del grupo Blendhub, Henrik Stamm Kristensen.
El resultado de este esfuerzo innovador, respaldado con el apoyo económico del CDTI, es Portable Powder Blending (PPB). Se trata de una fábrica portátil, con patente internacional, que se puede transportar en un contenedor de 12 metros. El usuario sólo necesita una conexión eléctrica de 70 kw en el punto de destino para empezar a producir.
La fábrica, con patente internacional, se mueve en un contenedor de 12 metros y envasa hasta 800 kilos
Además, tiene un diseño modular. «Pueden acoplársele nuevos módulos con funcionalidades adicionales», comenta Kristensen. Blendhub, por ejemplo, ha desarrollado uno que permite envasar cantidades desde los 15 a los 800 kilogramos. También incorpora «múltiples tecnologías» necesarias para la producción de mezclas en polvo, como un sistema NIR (Espectroscopia de Infrarrojo Cercano) de control de calidad o MES (Sistema de Ejecución de Manufactura), que permite controlar y optimizar la fábrica a larga distancia. De esta forma, puede ejecutar los mismos procesos que una fábrica convencional, desde el pesaje de los ingredientes hasta los procesos de dosificación, tamizado, mezcla, llenado y envasado.
La fábrica puede instalarse en «cualquier lugar del mundo o eslabón de la cadena de suministro» y permite «comenzar a producir con estándares europeos, incluso en países subdesarrollados». Además puede instalarse cerca de las materias primas y controlarse a distancia. El fabricante sólo necesita tres operarios y «tiene garantizada la protección de su propiedad industrial», ya todo el proceso está automatizado y los trabajadores no conocen la fórmula alimentaria que están procesando.
Los retos del desarrollo
Blendhub ha tenido que solventar dificultades de 'hardware' y 'software' para el desarrollo de PPB. A nivel mecánico, «es complejo concentrar todos los procesos productivos de una fábrica convencional en una solución compacta viable, con una productividad anual competitiva», afirma el presidente de Blendhub. A nivel de software, ha conseguido integrar todos los controles del proceso productivo, «garantizando una trazabilidad total». Hasta la fecha, la empresa ha instalado una fábrica portátil en la India y otra en España, y está en negociaciones avanzadas para instalar otra en México para 2015.
